La dualidad resume lo que queda luego del primer repaso veloz de las imágenes que de Hebe de Bonafini guardan los archivos fotográficos de El Litoral. Junto a unas pocas imágenes en blanco y negro, abundan los colores cambiantes de las protestas en las calles de una ciudad con muchos menos edificios que -como el resto del país- cuando terminaba el siglo, tenía serías dificultades para alumbrar la justicia sobre su pasado reciente.
También hay otros registros, un poco más cercanos, ya de sus últimas dos décadas de vida, bajo el signo de la distancia con Santa Fe, con sus ex compañeras de luchas.
Hay fotografías de cuando su voz potente y probadamente valiente llegaba a la capital provincial, en la década del '90, para reclamar justicia y llevar a juicio al entonces juez federal Víctor Hermes Brusa. Pero sólo se la menciona varios años después, en el contexto informativo de otras imágenes, cuando sus posiciones partidarias y ciertas contradicciones con su propio discurso (muchas veces en reivindicación de la violencia revolucionaria) obligó a las Madres de Plaza de Mayo de Sana Fe a tomar distancia de su figura y de su conducción.
Desde aquí, ante la luctuosa noticia, se advierten dos momentos con nitidez sobre Hebe y los santafesinos, sobre la fortaleza de esa mujer a partir de doblegar su dolor, pero también sobre sus posiciones polémicas, no pocas veces autoritarias y hasta con episodios xenófobos.
Por una parte, se guarda para siempre su respaldo a las acciones que emprendieron las organizaciones locales para reclamar primero destitución y luego cárcel a Brusa. Y otro otro, es lamentable su filo fascista escrache de 2010 a periodistas, que fue presentado como un pretendido "juicio ético" que tuvo -por ejemplo- en el supuesto banquillo de los acusados a figuras de la talla de Magdalena Ruiz Guiñazú, también recientemente fallecida. Y ese momento de Bonafini fue determinante en Santa Fe.
Para cuando se produjo el juicio a Brusa (que fue puesto en crisis a raíz de un accidente náutico) Hebe Pastor de Bonafini era entonces la figura principal de una sola entidad nacional, las Madres de Plaza de Mayo que, con no pocos gestos heroicos e incluso con desapariciones, lucharon contra la dictadura. Hasta allí no había mácula sobre sus pañuelos blancos y la enorme estatura moral y ética de sus posiciones hacía retroceder a no pocos dirigentes políticos y eclesiásticos que habían quedado demasiado cerca de los uniformes militares ensangrentados. La bandera de las reivindicaciones por los derechos humanos era ciertamente transversal a todos los partidos políticos con vocación democrática y sin dudas el pueblo, una entidad que siempre es distinta según quien la exprese, las abrazaba.
En cambio, para abril de 2010, la madre de Plaza de Mayo de Santa Fe, Celina Kofman, debió salir a explicar que las madres santafesinas no compartían aquel acto público contra periodistas.
En una entrevista radial que divulgó la agencia Dyn y que El Litoral publicó, Queca -fallecida en 2020- no avaló esos escraches e incluso recordó que los Kirchner no fueron "nunca a la Plaza de Mayo a reclamar por los desaparecidos".
Kofman dijo entonces que "hubo periodistas cómplices de la dictadura, pero también desaparecidos como cualquier persona". Fue seguramente una manifestación ante la prensa difícil, porque la santafesina recordó que Bonafini "formó políticamente a muchas de las Madres de Plaza de Mayo y dio coraje a las que menos teníamos", pero "hace diez años comenzó a haber diferencias entre su pensamiento y el de las filiales de las madres en el interior, razón por la cual muchas de ellas decidieron irse, como es el caso de nuestra delegación en Santa Fe", explicó en 2010, en diálogo con periodistas de LT9 radio Brigadier López.
En resumen, la presencia de Hebe durante las marchas contra el indulto del gobierno peronista de Carlos Menem en 1989, la devoción con que se leían sus comunicados en las concentraciones en la ciudad de Santa Fe contra las leyes de obediencia debida y de punto final de la segunda parte del gobierno radical de Raúl Alfonsín, cuando de los juicios a las juntas se pasó a los intentos de golpe de Estado, o sus reflexiones y su firmeza en conferencias de prensa junto a Madres de la ciudad de Santa Fe para respaldar a las organizaciones de Derechos Humanos locales que pusieron el foco en la magistratura que ostentaba Brusa -en plena democracia- pese a su rol (luego probado judicialmente) durante los años más obscuros, contrastan con lo que luego de terminado el milenio, entre 2000 y 2010, marcaría una fuerte distancia entre Hebe de Bonafini y las Madres de Santa Fe encabezadas por Celina Kofman.