-El libro cuenta que la DEA está en el país desde su fundación en 1973.
El periodista y escritor Julián Maradeo cuenta en el libro "La DEA en Argentina. Una historia criminal" los 49 años de actuación de la agencia antidrogas más poderosa del mundo en el país. Su relación con los distintos gobiernos y poderes del Estado, y el caso Santa Fe. Y el primer agente encubierto argentino: un miembro de la troupe de Titanes en el Ring.
-El libro cuenta que la DEA está en el país desde su fundación en 1973.
-Desde el momento cero, el 1 de julio de 1973. El año que viene el año que viene cumple 50 años.
-¿Con que misión se fundó y quienes participaban de la oficina local?
-La primera pregunta que me hice cuando empecé a desarrollar la investigación es por qué si Argentina en la narrativa oficial era un país de tránsito, no un país productor, la DEA había tenido una oficina de estatus regional, que es superior a la que tiene ahora, que es de estatus país. Esa respuesta me la da Michael Levine, que durante la década del 70 era agente encubierto de la DEA en Argentina, y es que la oficina de Buenos Aires era utilizada como una base ilegal de operaciones de cara a Bolivia, que era el objetivo. El primer argentino contratado fue René Abraham Tenembaum, que en simultáneo era uno de los protagonistas de la troupe de Titanes en el Ring y que aprovechaba las giras por la región también para realizar trabajos como encubierto para la DEA. El siguiente argentino es Guillermo González, que cuando se incorpora en 1997 era comisario de la bonaerense. González cumple hasta hoy el rol de GPS para los nuevos jefes de la DEA en Argentina. Por ejemplo, con John Wallace, el nuevo jefe que llegó en febrero desde México y que uno de sus primeros viajes al interior fue a Santa Fe para reunirse con el gobernador.
-En el libro contás que, si bien los objetivos de la DEA eran Bolivia, Paraguay y Perú, asentarse en Argentina era conveniente porque podían hacer lo que querían, sin importar si era legal o no.
-Hay distintas etapas. Ex agentes en Argentina dicen que en los 70 y 80 la DEA cometió una serie de ilegalidades porque nadie ejercía ningún tipo de control. El primer acuerdo bilateral entre Argentina y Estados Unidos fue durante la presidencia de Alfonsín. Ahí se circunscribe la acción de la DEA a la cooperación a través de cursos de capacitación, donación de tecnología y para compartir información. Eso es lo único que puede hacer la DEA en Argentina. Lo que demuestro es que a las ilegalidades cometidas desde los 70, le ha sumado, por ejemplo, que pone a disposición de las fuerzas federales y provinciales de seguridad una caja de dólares que figura en la contabilidad norteamericana pero no en la argentina. Este es uno de los elementos clave para la captación de los agentes. Otro de los elementos importantes de este proceso de captación es cómo empiezan a trabar vínculos con jueces y fiscales federales, a quienes no solamente les permiten acceder a información privilegiada que puede hacerlos lucir en una investigación, sino que también los invitan a lo que se conoce como los tours judiciales en Estados Unidos con todo pago. No hay funcionario, fiscal, juez, agente de las fuerzas federales de seguridad o espía a los cuales le fui contando esto que se sorprendieran. Todos lo saben.
-Argentina se sumó a la guerra contra las drogas que había lanzado Nixon un año después, en 1974. ¿Cómo fue la relación de los distintos gobiernos desde entonces con la DEA?
-Hay una alianza funcional con la dictadura que Estados Unidos rompe cuando cuando se conocen internacionalmente las violaciones de los derechos humanos. Con Alfonsín hay muy poco trabajo de la DEA. La particularidad es que Alfonsín, para recibir donaciones, se obliga a sí mismo a rendirle cuentas cada seis meses a la DEA sobre cómo estaba la problemática del narcotráfico a nivel local. El gobierno de Menem durante unos seis años y el de Macri, fundamentalmente por la relación establecida por Patricia Bullrich, fueron los dos mejores momentos de la DEA en Argentina al punto tal de que le permitieron hacer lo que quisiera sin ejercer ningún tipo de control. Pero hay temas que trascienden los gobiernos. Por ejemplo, los Grupos de Operaciones Conjuntos que empezaron a funcionar en 2017 por una resolución firmada por Bullrich, que son una especie de grupos de élite de investigación criminal contra el narcotráfico en Argentina.
-¿Como funcionan y quienes los integran?
-La DEA impone dos condiciones en su constitución, una figura en la resolución y la otra viola todo tipo de norma. La primera es que los agentes de las diferentes fuerzas federales que querían formar parte de estos grupos operativos conjuntos debían pasar por un polígrafo que midiese la idoneidad, una técnica que utiliza el FBI y la CIA. Lo segundo es que en el proceso de selección, los aspirantes debían tener una reunión final a solas con los agentes de la DEA. Esto significa que agentes argentinos formados por las instituciones policiales argentinas para actuar en territorio argentino son comandados en las sombras por la DEA. En documentos confidenciales a los que accedí consta que estos grupos operativos tienen a su disposición cajas de dólares en negro y los jefes de las fuerzas de origen de estos agentes le vienen solicitando el Ministerio de Seguridad que les informen que hacen porque ellos no están al tanto. Acá no hay grieta porque esto comienza con estos dos grupos operativos, uno en el NOA y otro en el NEA, y con Aníbal Fernández se amplían a 7 lugares más, entre ellos Santa Fe. Tanto el gobierno de Mauricio Macri como en el de Alberto Fernández son plenamente conscientes de lo que estoy hablando.
- ¿Cuál fue el momento más crítico de la relación?
-A partir de 2012, y es muy importante tener en cuenta qué pasó en ese momento, porque también demuestra la complejidad y la sofisticación del poder de la DEA en Argentina. A partir de la incautación de un cargamento en un avión militar de Estados Unidos, se tensiona al máximo la relación bilateral y entre otras cosas se levantan varios programas, como uno que le importaba mucho a la DEA que es Frontera Norte. En ese momento se hablaba del apagón de la DEA en Argentina entre 2012-2015 y en realidad lo que hizo fue reducir al mínimo la cantidad de agentes en la oficina de Buenos Aires y trasladarlos a Montevideo, pero mientras cortó todo tipo de relación con el gobierno federal fortaleció su vínculo con una decena de gobiernos provinciales que son los que le interesa, fundamentalmente las fronterizas y donde hay diferentes vías a través de las cuales puede circular los cargamentos.
-En el caso de Santa Fe es importante tener en cuenta que pasa la Hidrovía.
-Exactamente. A mí me sirve la Hidrovía para mostrar algo puntual. Generalmente la DEA cuando establece relaciones con las provincias, suele prestarse a dar un paso de comedia que le permite al gobierno provincial de turno mostrar que se está trabajando en un vínculo con la agencia antinarcóticos más poderosa del mundo. Pero en realidad se trata de una ficción. A la DEA no le interesa la problemática local, lo que le interesa es todo aquello que suceda y que afecte a Estados Unidos.
-En Santa Fe, la DEA y el gobierno firmaron un acuerdo en febrero de 2022.
-Allí Perotti anunció la creación de una presunta unidad de élite conducida por Maximiliano Bertolotti, que se relacionó con la DEA a través de Marcelo Sain. Lo que no se mostró es que va a ser formada en el marco del Plan USCAP en Bogotá, donde se trabajan técnicas militarizadas. No hay ningún especialista que diga que en Argentina, más allá de la escalada de la violencia en Rosario, se deben utilizar técnicas militarizadas, porque retroalimentan la violencia y en ningún caso han mostrado ser garantía de éxito.
-Es muchas partes del libro contás el nivel de colonización que tiene la agencia sobre las policías provinciales y las fuerzas federales, pero también sobre la justicia federal. Hay fueros donde los integrantes que no le responden son honrosas excepciones.
-En el caso de la cooptación policial lo grafico con un ejemplo que me dio un policía de Jujuy. En 2017 la DEA invitó a integrantes del área de Drogas Peligrosas de las diferentes policías provinciales a un curso de capacitación que se iba a realizar en un hotel cinco estrellas en Buenos Aires con todo pago. Allí se encontraron que aparte de tener todo pago, le dieron a cada uno de ellos mil dólares de viáticos. Cuando se lo contaron a sus colegas hacía colas para ir. En el plano judicial, está la relación que traba con los jueces y fiscales federales. En particular con los del fuero penal económico, que tienen vínculos de excepción, como sucedió en el caso de la farmaceútica Goldpharma, que le permitieron llevar ilegalmente a los detenidos, antes que al juzgado, a la embajada de Estados Unidos para que declaren ante la fiscal de Wisconsin de forma online. Está además la figura del "abogado facilitador", defensor de alguno de los objetivos de la DEA que se pliega a la estrategia de Estados Unidos y luego como premio es impulsado en la carrera judicial. Por ejemplo, en octubre de 2020 por primera vez en la historia de la DEA en Argentina fue condenado un informante de la agencia por instigación de narcotráfico. El abogado que le puso la DEA fue Luis Alberto Imas, que hoy es juez del Tribunal Oral Penal Económico 3. Otro tipo de jueces que también le interesan son los que se encuentran en zonas donde hay puertos. El que más se nombra, pero no es el único, es Adrián González Charvay, titular del Juzgado Federal de Campana, que participó días atrás del secuestro de 1.500 kilos de cocaína en Rosario.
-¿Cuál es hoy el vínculo entre el gobierno y la DEA?
-Los dos funcionarios que mejor se llevaron con la DEA en este siglo son Aníbal Fernández y Patricia Bullrich porque tienen, primero, una predisposición muy grande a trabajar y cumplir con los deseos de Estados Unidos; y por otro lado porque tienen un tipo de mando vertical que es el que le interesa a la Agencia para poder coordinar el trabajo. Sabina Frederic delegó la relación de la DEA a Valentina Novick, que me confirmó todo sobre la caja de dólares en negro, hasta que los agentes que componen los grupos operativos conjuntos no responden a sus fuerzas nacionales sino a la DEA. Novick viene de La Cámpora y trabajó muy bien con la Agencia, a punto que termina ratificando la expansión de 2 a 7 de estos grupos operativos conjuntos. Esto significa que la relación entre la DEA y el Gobierno Nacional en este preciso momento es excelente. Y excelente significa que conocen las ilegalidades que comete la DEA y mira hacia otro lado.
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