Cristian Dzwonik, reconocido por su apodo Nik, es un humorista gráfico argentino, cuyo perfil editorial - mas bien conservador- le ha valido ser una “rara avis” dentro del espectro de humoristas gráficos argentinos. Básicamente, no es apreciado, en su propio ambiente, por su afecto al plagio. Hasta se podría decir que su fama es, precisamente, por esa conducta para nada disimulada y hasta quizás deliberada.
El último fin de semana, Nik, fue protagonista de un contrapunto con el actual ministro de Seguridad de la Nación. La gravedad del hecho no se dimensiona en la "polémica" sino en todas las lecturas, subterráneas, que subyacen a lo que es una “apretada” institucional de enorme calibre.
Aníbal Fernández, ministro de Seguridad nacional, reaccionó a tuit del humorista en el que expresaba : “Regalar heladeras, garrafas, viajes de egresados, planes, platita, lo que sea, lo que venga. Qué triste no escuchar nunca la palabra TRABAJO, ESFUERZO, FUTURO, PORVENIR. Los va a volver a derrotar la DIGNIDAD del pueblo”. A partir de esto, el tuitero más activo del gabinete nacional - sin que o llamen o mencionen- respondió: “Muchas escuelas y colegios de la CABA reciben subsidios del Estado y está bien. Por ejemplo la escuela/colegio ORT. ¿La conocés? Sí que la concés... O querés que te haga un dibujito? Excelente escuela lo garantizo. Repito... ¿Lo conocés?”.
ORT es el colegió al que concurren las hijas de Cristian Dzwonik, además de 11.000 alumnos, 1.000 docentes y que pertenece a una institución judía, no gubernamental, fundada en 1936 y vinculada a ORT Mundial
Si Anibal fue tonto es grave. Más grave es si no lo fue
Quien dirige la política represiva y el monopolio de la violencia federal, si cometió un exabrupto, no está en condiciones de ejercer un cargo por la peligrosidad de la ignorancia sobre la dimensión de su cargo. Revelar aspectos de la vida personal en general y de la hijas en particular de un ciudadano que hace reir a un sector de la sociedad, pero enardece a otro es una habilitación a la violencia, para adeptos a una franja política y a la vez para sus subordinados que son, ni más ni menos, que las fuerzas armadas de seguridad interior.
De esta manera, sería una irresponsabilidad meridiana que el funcionario público, miembro del gabinete Ejecutivo, emita un mensaje personal - de manera pública- cuando la investidura de su cargo puede generar suspicacias insospechadas.
Ahora, como la mayoría de quienes leemos la política, desde hace años, y tenemos conceptuado a Anibal Fernandez como uno de los más inteligentes, astutos y profesionales de la política de nuestro país, además de poseedor de una capacidad de "operación" ilimitada - en superficie y subterránea- comprendemos que esas palabras escritas, meditadas, medidas y lanzadas, no puede son para nada inocentes.
Más allá de la intencionalidad, concreta y final, de Fernandez II, opera como un mensaje mafioso contra un personaje público cuya tarea, para quienes entienden, causa quizás mas daño que la opinión del más reconocido y legitimado columnista político.
Sabe lo que hace. Lo que genera
El mensaje del Ministro de Seguridad deja entrever la más perversa de las afirmaciones "..quien puede lo más, puede lo menos".
No respondia Fernandez a Nik.
Alertaba a los individuos, con algún grado de influencia sobre la población, que nadie está seguro, en su ámbito íntimo si no se cuadra con lo simpatiza, o no, a un funcionario público. La "polémica" no está ubicada en el plano institucional, siquiera empresarial – estatal, sino en el personal. En ese ámbito la fuerza de uno y otro es abusiva, temeraria y hasta terrorista.
Quienes lo hemos vivido en carne propia sabemos el efecto que causa, no sólo en la persona víctima de la amenza y la coacción, sino en el resto de los colegas que, consciente e inconscientemente, perciben la pesadez de la ruptura del respeto a las líneas que no deben cruzarse en la confrontación democrática desde una situación de vulnerabilidad e indefensión.
Abuso institucional y cobardía
Anibal Fernandez, usó al "más débil" de la corporación mediática que ocupa, hoy, la centralidad opositora, para enviar un mensaje al resto de quienes construyen, como obreros-trabajadores, el discurso que molesta al oficialismo.
El rápido olvido del episodio, o el paso a "otros temas" marcaran la fortaleza de este super Ministro y el poder con el que ha sido investido.
Se trata del Ministro de Seguridad, responsable de la política de Estado, que debería bregar por el mejoramiento de nuestra cotidianidad, en un flagelo que hace que nuestra vida y la de nuestros hijos sea temerosa, enrejada y miserable.
Marcó la cancha, la "seguridad" que viene a garantizar es la de los propios, no de la ciudadana. Esa es su preocupación, misión y así lo manifestó para que quede bien claro.