La Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) reclamó a la dirigencia "responsabilidad política", al tiempo que advirtió que una "inflación asfixiante que genera miseria".
Llamó a todos los sectores a trabajar juntos para que a ningún argentino le falte “paz, pan y trabajo”.
La Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) reclamó a la dirigencia "responsabilidad política", al tiempo que advirtió que una "inflación asfixiante que genera miseria".
Antes de la fiesta de San Cayetano el próximo 7 de agosto, la Iglesia llamó a todos los sectores a trabajar juntos para que a ningún argentino le falte “paz, pan y trabajo”.
“En estos tiempos complejos, en que ningún sector parece dispuesto a ceder en sus intereses, nos hará bien a todos los que somos dirigentes en distintos ámbitos —políticos, sociales, sindicales, empresariales, religiosos, etc.— dejarnos interpelar por las palabras del Papa Francisco”, afirmó la CEA.
En un documento, señaló que "la profundidad de la crisis reclama proporcionalmente la altura de la clase política dirigente, capaz de levantar la mirada y dirigir y orientar las legítimas diferencias en la búsqueda de soluciones viables para el pueblo”, tal como sostiene el Santo Padre.
El mensaje lleva las firmas del titular de la CEA, Oscar Ojea; de Marcelo Colombo, vicepresidente 1°; Carlos Azpiroz Costa, vicepresidente 2°; y Alberto G. Bochatey, secretario general de la Comisión Ejecutiva.
"Se necesita más que nunca en los políticos un ejercicio de la responsabilidad que vaya más allá de los propios intereses”, resaltaron los prelados.
Y expresaron: “Pedir por el trabajo es pedir que todos los trabajadores y trabajadoras tengan derecho a vivir dignamente del fruto de sus esfuerzos cotidianos y a desplegar sus potencialidades y talentos para aportar al crecimiento de nuestra Patria. ¿Cómo no pedir a San Cayetano que todos los varones y las mujeres de buena voluntad puedan vivir dignamente del fruto de su trabajo?”.
Además, manifestaron su preocupación por la cantidad de “hermanos y hermanas” que diariamente se acercan a los comedores.
“El pan que se pide para todos, el que se logra con el propio trabajo, es un clamor de justicia”, subrayaron.