La ganadora de la primera etapa de la licitación corta fue la operadora actual y quien estuvo a cargo de las obras durante 26 años: la compañía Sudamericana de Dragados S.A., filial local de la belga Jan de Nul.
Se trata de la "licitación corta", previa a la que abarcará los próximos diez años. Los tres contendientes de la actual operadora fueron descalificados por "errores técnicos y administrativos insalvables". Pero uno de ellos presentó una impugnación, que demoró el trámite de apertura de la oferta económica.
La ganadora de la primera etapa de la licitación corta fue la operadora actual y quien estuvo a cargo de las obras durante 26 años: la compañía Sudamericana de Dragados S.A., filial local de la belga Jan de Nul.
Los otros tres contendientes quedaron descalificados, con lo cual, si la propuesta económica de la actual prestadora es correcta, trabajará por otros 180 días corridos prorrogables. Eso salvo que prospere la impugnación presentada por uno de los grupos descalificados, sobre la que debe expedirse la Administración General de Puertos.
Había otras tres propuestas para ganar este contrato: una conformada por la Unión Transitoria de Empresas (UTE), con la belga Dredging International, la compañía china CCCC Shanghai Dredging CO y la argentina Servimagnus SA; otra la holandesa Boskalis; y, por último, la unión entre la dinamarquesa Rhode Nielsen y Emepa SA, del empresario Gabriel Romero. Con respecto a ésta última, se da la particularidad de que durante más de un cuarto de siglo trabajó como socia directa con Jan de Nul bajo el nombre de Hidrovía Sociedad Anónima. La ruptura se produjo en los últimos años, luego de que Romero declarara como arrepentido en la llamada "causa de los cuadernos", y admitiese haber pagado coimas durante el gobierno de Cristina Fernández.
La concesión del dragado de la hidrovía fue otorgada por Carlos Menem y prorrogada por decreto durante un período de 25 años por presidentes como Eduardo Duhalde y Cristina Fernández, el contrato venció finalmente el 30 de abril de 2021 y, en esa oportunidad, Alberto Fernández resolvió extender una vez más la concesión, primero hasta septiembre y después hasta marzo, aunque con una intervención mayor del Estado.
La Administración de Puertos dio a conocer un dictamen de precalificación el 11 de febrero pasado en el que eligió a Jan De Nul en la oferta técnica del dragado de la vía fluvial por la que salen rumbo al exterior entre el 75% y el 80% de las exportaciones argentinas por un período adicional de seis meses. Lo hizo al descalificar a los otros tres consorcios que pretendían competir ahora, como paso previo a la licitación que abrirá paso a 10 años de concesión.
El dictamen descalificó a las empresas por no cumplir los requisitos técnicos y les impidió pasar a la compulsa económica, lo que generó críticas de parte de los afectados y la publicación de una solicitada en la que cuestionan la medida. En tanto, la UTE de Rhode Nielsen y Emepa SA (la empresa de Romero) presentó una impugnación, previo depósito de una caución de u$ s 800 mil, sobre la que deberá expedirse la AGP antes de proseguir con el trámite.
En cuanto a las razones de la medida cuestionada, en el gobierno afirman que Shangai Dredging, DEME Group y ServiMagnus fueron descalificados porque cometieron al menos dos "errores administrativos y técnicos insalvables" a la hora de presentar su proyecto: el primero y más importante, está relacionado con los antecedentes de dragado que las empresas debían acreditar. Eran 26 millones de metros cúbicos entre todas las compañías que integraban el consorcio -de manera proporcional a su participación accionaria- y en el período de los últimos cinco años, con obras finalizadas y certificadas. A la argentina ServiMagnus, que tenía el 10% de la UTE donde la mayoría se reparte entre chinos y belgas, no le daban los antecedentes de dragado. El otro punto, según afirman desde el Estado, tenía que ver con las lanchas y la disponibilidad de equipos que fue presentada con los plazos vencidos.
En el caso de la UTE integrada por Emepa, ni siquiera presenta dragas de su socio danés, que no las posee. Lo que ofrece es una promesa de contratos de charter de dragas de parte de otra empresa, Maruba S.A.
El dictamen de la AGP al que accedió El Litoral resuelve, expresamente, "calificar a la firma N° 2 COMPAÑÍA SUDAMERICANA DE DRAGADOS S.A. (CUIT N° 30- 68301325-7) para la Apertura del sobre N° 2 correspondiente a la obra 'Dragado de mantenimiento de la vía navegable troncal' por única oferta válida y ajustarse al pliego de bases y condiciones que rige la contratación en trato". Esto significa que la empresa Jan de Nul, que ya maneja los números de la Hidrovía, continuará realizando las tareas de dragado del río Paraná siempre y cuando no haya errores en la presentación del segundo sobre.
Esta licitación es, en alguna medida, un borrador de lo que será la compulsa por la licitación "larga", que desembocará en una concesión por 10 años o más. Las compañías interesadas en el dragado de la hidrovía tienen alrededor de un año para recalcular los detalles de sus presentaciones, salvar los escollos técnicos y definir por la oferta económica.
El secretario del Sindicato de Dragado y Balizamiento, José Luis Gavilán, expresó la "honda preocupación" por el hecho de que en el proceso licitatorio "se vienen sucediendo interrupciones por cuestiones administrativas", cuyo efecto será "perjudicar el servicio a prestar en la Hidrovía", generando "incertidumbre e inestabilidad" a los trabajadores.
En una nota formal remitida a la AGP, consigna que los integrantes del gremio "exigimos y requerimos" que "garantice el cumplimiento de los plazos", así como la continuidad laboral.
En el texto, desliza además que "no se puede desconocer la capacidad técnica de quienes han venido operando la vía navegable por más de 25 años", incluso con capacitación internacional para el personal.