Sábado 9.7.2022
/Última actualización 13:09
A fines de junio de 2022, los analistas de mercado proyectaron que la inflación minorista para el corriente año se ubicará en 76,0% interanual, 3,4 puntos porcentuales superior al pronóstico de la encuesta previa. Así lo reveló el último informe del Relevamiento de Expectativas del Mercado del BCRA. Son datos que aún no registran el impacto que produjo el pasado sábado la renuncia del ex ministro Martín Guzmán.
Las listas de precios mayoristas se dispararon desde entonces con nominalidades que van del 10% hasta el 30%. Eso y el cepo al cepo que disrumpió las cadenas de producción y abastecimiento, añadieron síntomas de faltantes relativos de algunos productos en las góndolas.
Al mejor estilo venezolano, el papel higiénico fue el "síntoma" del fenómeno. El dato es la "frutilla" del postre que se inició con la escasez de gasoil porque el gobierno demoró importaciones a falta de dólares. Al menos esta semana concretó la licitación del "gasoducto en marcha" Néstor Kirchner que cambiaría importaciones por exportaciones pero que se demora por disfunciones internas del oficialismo (desde la renuncia de Kulfas hasta aquí).
Respecto de la inflación núcleo -que no contabiliza los precios regulados desde el gobierno- quienes participaron del REM pronosticaron para diciembre un 79,8% minorista según el "topo 10" de los analistas que mejor aciertan sus prospectivas.
El registro resulta significativo por cuanto el dato decisivo para precios regulados es el de las tarifas. Silvina Batakis ratificó en las últimas horas a los camporistas que manejan el área de Energía, que no saben aún cómo "segmentar" el aumento en gas y luz, en especial en el Área Metropolitana del Gran Buenos Aires, donde el kirchnerismo cuida su base electoral preferencial.
La decisión -más allá del discurso de Cristina Fernández desde Calafate, buscando atemperar la implosión del Frente de Todos- añade incertidumbre al escenario. Menos por tener un plan que por militancia, la ministra de Economía ratificó el rumbo económico y el acuerdo con el FMI, y salió a hacer acuerdos de precios. Guzmán se fue porque eso no funcionaba y porque no podía subordinar a sus subalternos cristinistas en energía.
La incertidumbre realimenta así al dólar "blue". Estaba en $239 el 1 de junio; trepó hasta $273 en el cierre de la semana. Miguel Pesce, recurrió al remanido argumento del "mercado chico"; el problema del presidente del BCRA es que ese precio relativo de la economía -el del dólar- subió como el de todas las mercaderías esenciales. Menospreciar el termómetro no alivia la fiebre.
El Contado con Liquidación subió hasta $301,99 y agrandó la brecha con los $133,95 del dólar "oficial" en el Banco Nación. Juan Carlos De Pablo suele decir que hay precio "de lo que existe", y no es el caso de ese dólar que "no existe".
Pesce -ante la evidencia del daño de su torniquete a las divisas- prometió soltar dólares para la importación de fertilizantes y agroquímicos y para los nutrientes que no se podían comprar y amenazaban desde los alimentos balanceados para aves, ovinos y porcinos, hasta el alimentos para gatos y perros. Buena parte de la sociedad es demasiado sensible a la suerte de sus mascotas; eso y los platos de comida son variables que no se pueden ajustar sin costos superlativos.
El gobierno pagó esta semana un vencimiento del FMI con ayuda del FMI. Kristalina Georgieva advirtió que "las acciones dolorosas a veces son necesarias"; espera por medidas para la reducción de subsidios y -sobre todo- bajar las transferencias discrecionales a provincias. Batakis era la "lapicera que funcionaba" cuando privilegiaba transferencias discrecionales a Axel Kicillof bajo señorío de Wado de Pedro en Interior; el Fondo apunta a cerrar esa sonda decisiva para la supervivencia cristinista.
El presidente habla por estas horas después de una semana de silencio. El secretismo de lo que elaboró con la vicepresidenta y Sergio Massa sólo sirvió para alimentar sospechas que tienen por escenario una evidencia. ¿Quién se impuso, quién se sometió? El dato importa menos al país que a un grupo de poder. Guzmán se fue, hay más inflación, se dispararon los dólares, bajaron los bonos y las acciones, el Banco Central imprime más pesos. La sociedad paga los costos de una devaluación sin devaluar oficialmente, sin obtener los beneficios de esa medida, sin un plan.