Hernán Botta es docente de Derecho Internacional Público y decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario que ofició de anfitriona, tres meses atrás, del encuentro nacional de la Justicia Federal.
Hernán Botta es docente de Derecho Internacional Público y decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario que ofició de anfitriona, tres meses atrás, del encuentro nacional de la Justicia Federal.
A 90 días de aquel encuentro de fuerte trascendencia institucional, evalúa que "está claro que para los vecinos de la ciudad la situación no muestra signos notables de haberse modificado", pero a la vez reconoce que "no pasó tanto tiempo" como para que se verifiquen resultados concretos en las cuestiones de fondo. Y en este diálogo con El Litoral explica por qué.
"Con relación a los cambios en la Justicia, no pasó una cantidad de tiempo como para que se hagan operativos cambios o cuestiones muy específicas. Aunque sí es posible advertir una mayor actuación conjunta de fiscales del fuero federal con fiscales del Ministerio Público de la Acusación: se han coordinado acciones conjuntas y, en ese sentido, es posible verificar algún cambio en el accionar. Esa es una evolución".
En lo relativo a las autoridades políticas, que también estuvieron presentes en el encuentro del 12 de mayo, "están abordando el problema que preocupa y tiene tal trascendencia en la vida cotidiana que no podrían no hacerse cargo". En ese sentido, "se está avanzando en un proyecto de ley que tiene por objeto fortalecer la Justicia Federal: en tanto y en cuanto es consensuado, esa iniciativa tiene mucho más valor".
Otro avance, analiza, es que "se enviaron pliegos para cubrir algunas vacantes de la Justicia Federal de Rosario que era una de las preocupaciones planteadas en su momento".
También se verifica una intensificación de las reuniones a nivel político e institucional: gobernador, autoridades de la Justicia Federal, jueces de la Cámara, magistrados, legisladores de la provincia, lo que indica claramente la profundización de ese 'tomar nota' de la gravedad de la situación".
Pero "en la calle, en la vida cotidiana de los rosarinos, no es verificable una mejora ni acciones concretas o que indiquen una superación en la situación: en algún punto, estamos en la misma situación".
Es probable, indica Botta, que "la clave sea entender el evento que tuvo lugar en su momento como lo que fue: una marcada señal institucional, un avance en el sentido de que es posible establecer consensos para avanzar en la situación. Fue una señal institucional importante pero, por supuesto, se requiere que se profundice en acciones concretas. Hasta ese punto aún no hemos avanzado".
En definitiva, "no pasó tanto tiempo pero se ha avanzado en el análisis de instituciones intermedias como los colegios profesionales, las universidades y también actores de la sociedad civil que entienden que el que nos aqueja es un fenómeno multicausal y complejo, que no podría simplificarse en que la solución pasa solamente por determinada acción de la clase política. Por supuesto que es la que tiene que encabezar las acciones y está en ella el poder de provocar los cambios. Pero el fenómeno es tan complejo y multicausal que no podemos incurrir en reduccionismo de pretender que las soluciones vengan de un solo espacio".