Los desafíos que enfrenta Javier Milei para los próximos meses de su gestión
La movilización por la educación pública exhibió un punto débil del presidente. Según Santiago Caputo, el malestar social aún no le roba confianza a la figura del Jefe de Estado.
Los desafíos que enfrenta Javier Milei para los próximos meses de su gestión
Las propaladoras de La Libertad Avanza no se cansan de decir que pase lo que pase con la Ley Bases y el paquete fiscal en el Congreso "el presidente tiene plan b, c y d". Ese es el mensaje que va dirigido hacia afuera de la Casa Rosada, pero en particular el que tiene como principales destinatarias a las legiones propias. Esas que actúan las 24 horas como un mecanismo de relojería muy bien aceitado, y que los popes cibernéticos libertarios denominan "la territorialidad digital".
Un engranaje central de la comunicación gubernamental, pero que de todos modos, hace pocas horas tuvo su primera falla técnica. Nos referimos al punto débil que expuso la imposibilidad de contrarrestar la movilización callejera masiva en la Marcha Federal por la Educación Pública, que superó todo lo establecido en los manuales del mundo virtual oficialista y cayó mal en el despacho más importante de Casa de Gobierno.
Así y todo, pese al traspié y en pos de desmentir los rumores, los más acérrimos defensores del jefe de Estado en Balcarce 50 declaran que "muchos creen que Javier es impulsivo, temerario, sin embargo demuestran que no lo conocen, porque en la intimidad es más calmo de lo que creen", y agregan: "Miren cómo lo subestimaron y sin embargo está acá, sin estructuras legislativas ni armados políticos con intendentes, y mucho menos con gobernadores".
Lo que demuestran las mediciones en red que observa permanentemente el máximo asesor presidencial, Santiago Caputo, sostienen que la gente está mal pero confía en el Gobierno porque "todo lo malo que pueda haber hoy es mejor a todo lo malo de antes", comentó una alta fuente de la primera línea liberal libertaria.
En los despachos de Balcarce 50 saben, que salvo los cinco o seis integrantes de la mesa chica mileísta, cualquiera está en la mira presidencial. El clima de temor que circunda los pasillos del palacio de gobierno certifica la sensación. Todos los días hay rumores de despidos y recortes que alientan nostalgias de "lo bien que estábamos cuando estábamos mal", comentó un trabajador de la Casa con salario congelado y licuado por decisiones administrativas que eliminaron horas extras que inflaban recibos de sueldo con básicos paupérrimos que se mantienen desde hace décadas.
De la calle a la Rosada
"Cuando el mal clima de la calle se cuela acá, donde por añadidura estás en un lugar de privilegio, la cosa es grave", opina uno de los empleados históricos en la sede del Poder Ejecutivo Nacional. Un sector del funcionariado que está integrado a la lógica del ajuste sistemático y permanente hace y firma lo que le dicen, una minoría se resiste y deja cargos en los que fueron nombrados hace pocos meses. "La motosierra eterna" de Adorni fue celebrada por el núcleo duro del Gobierno pero no tanto entre los que miran hacia las elecciones de medio término del año que viene.
"Buena parte del ajuste, que no ocultamos, ya está hecho y no nos da vergüenza decirlo, faltan cuatro meses más", señaló uno de los hombres de confianza de Karina Milei, que todavía siente malestar, en particular con Emiliano Yacobitti, el vicerrector de la UBA, al que le advirtieron por interpósitas personas que "ya no hay más vacas sagradas" y que con las auditorías que haga la AGN "se le van a terminar todos los curros".
La marcha del martes colmó la plaza de Mayo y reunió al "tren fantasma" de figuras del pasado reciente, según la mirada oficialista. Pero en LLA saben que excedió a los universitarios, a parte de la UCR y al kirchnerismo. Crédito: Reuters
Es que los colaboradores más cercanos a Milei afirman en on: "Nosotros no retrocedemos", y suman en off que "este gobierno viene a cambiar este sistema de privilegios, del que no está exento nadie, tampoco los medios ni sus periodistas". La lista de enemigos y objetivos de la administración central es tan vasta y ambiciosa como el DNU de desregulación de la economía, así como el proyecto de la ley ómnibus.
Rechazo al kirchnerismo
La base de sustentación de LLA sigue siendo el rechazo al kirchnerismo, los mismos acólitos oficialistas lo proclaman cuando tienen la ocasión. Uno de ellos celebró la vuelta de Cristina Kirchner a las disertaciones, porque razonó que "basta contrastarlas con los cuatro gobiernos que integró para que se deslegitime sola". También, como hizo públicamente Milei, agradeció que sea Kicillof (y no otro gobernador) el que acepte ser subido al ring. "Si ellos son el demonio, nosotros somos Dios", se argumentó de cara a las legislativas 2025.
Los libertarios supieron de antemano que los desencantados camporistas que ahora reniegan de su ex jefa y Máximo Kirchner habían empezado a tejer lazos con el mandatario de la provincia de Córdoba, Martín Llaryora. Rápido de reflejos, configuraron la idea de un gran acuerdo nacional bajo el rótulo de Pacto de Mayo en su territorio para comprometerlo a la causa que propone liberar a las fuerzas productivas sin prudencias ni resguardos. Tildar de soviético a Axel K. es otra forma de invitarlo a confrontar con ellos y sus adversarios internos, que no son pocos.
La voz de Andrés "Cuervo" Larroque acusando a sus antiguos compañeros de lucha de que andan en algo raro si no apoyan al gobernador bonaerense camino al 2027, es música para los oídos mileístas, y confirma, a entender de los estrategas gubernamentales, que están bien encaminados.
Bases y pacto
"Si no hay Ley Bases no hay Pacto de Mayo" sostuvieron en la Rosada desde que se reiniciaron las negociaciones por este segundo intento de convertir en normativa legislativa el plan de gobernanza libertaria. Pero está claro que si los dos emblemáticos procesos se diluyeran en el devenir de las diferencias, habrá un sólo responsable para Balcarce 50; será la política, que tendrá por delante un adjetivo tácito que la califique siempre de "mala".
Más que enfrentar a una fuerza y a sus aliados, lo que hace Javier Milei es capitalizar el desprestigio en que la corporación dirigencial ha colocado al sistema democrático, y en particular a su músculo más sensible que es el Parlamento. Es cierto que Milei se alía con un sector de la casta política, judicial, empresarial y mediática. "Si, pero lo hace de manera pragmática y temporal", aducen sus más intensos adláteres, que usan la misma lógica explicativa cuando hablan, por ejemplo, del regreso de la cuarta categoría del impuesto a las Ganancias o la necesidad de tener que regular subas indiscriminadas de precios en prepagas, alimentos y medicamentos.
"Son decisiones excepcionales y de corto plazo en el contexto de la herencia recibida", expresan por lo bajo desde Hacienda, mientras que el objetivo de liberar el cepo cambiario no termina de materializarse por dudas razonables y costos que la gestión de LLA no quiere afrontar, menos aun cuando sabe que de sus errores se alimenta ese círculo rojo que siempre es amigo del campeón, pero nunca de los que caen en desgracia y sufren la aflicción del despoder prematuro.