Milei echó a Diana Mondino tras su apoyo a Cuba y designa a Gerardo Werthein, cercano a EE.UU.
El presidente decidió desplazar a la Ministra de Relaciones Exteriores luego del voto argentino en la ONU en rechazo al bloqueo económico contra la isla. Gerardo Werthein, de fuertes lazos con Washington, ocupará su lugar.
Milei echó a Diana Mondino tras su apoyo a Cuba y designa a Gerardo Werthein, cercano a EE.UU.
El presidente Javier Milei echó en la tarde de este miércoles a la ministra de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, Diana Mondino. El actual embajador en EE.UU., Gerardo Werthein, será designado en su reemplazo, según confirmó el vocero presidencial Manuel Adorni.
La decisión de desplazar a Mondino ocurre luego de una cúmulo de desavenencias entre la Casa Rosada y la Cancillería. El punto de quiebre fue el voto en la Asamblea General de la ONU en contra del embargo económico sobre Cuba. Esta decisión marcó la primera vez desde el inicio del gobierno libertario que Argentina no se posiciona junto a Estados Unidos e Israel en una votación de este tipo, aunque la de este miércoles fue la 32° oportunidad en que la representación del país en la ONU vota en ese sentido.
Diana Mondino, saliendo de Casa Rosada. Foto: Archivo / REUTERS / Agustin Marcarian.
Este desencuentro habría sido el detonante para la salida de Mondino, a quien el gobierno ya había advertido sobre la necesidad de alinearse con las directrices presidenciales. Según fuentes de la Casa Rosada, al enterarse de la decisión en pleno regreso de Córdoba, el presidente decidió despedir a la Canciller.
El caso Falklands y la Agenda 2030
La relación entre Diana Mondino y Javier Milei ya venía mostrando signos de desgaste desde hace tiempo, con reiterados incidentes que exponían diferencias en la visión de política exterior.
El episodio más reciente tuvo lugar semanas atrás, cuando un comunicado oficial de Cancillería utilizó el término "Falklands" para referirse a las Islas Malvinas, tras una reunión entre Mondino y un alto representante de la Cruz Roja. Aunque el término fue retirado rápidamente del comunicado, la noticia ya había sido publicada en los medios de comunicación, desatando una ola de críticas en las redes sociales. Ante el revuelo, Mondino se defendió, atribuyendo la situación a una "versión maliciosa" por parte de un funcionario que, según ella, estaba motivado por "ideología de izquierda".
El comunicado oficial del gobierno nacional emitido por la Cancillería Argentina llamando Falklands a las Islas Malvinas.
Sin embargo, el incidente con Malvinas no fue el único desencuentro. Según fuentes cercanas al Ejecutivo, la relación entre la Casa Rosada y la Cancillería también sufrió tensiones debido a un desacople en temas de alineación internacional. La agenda "libertaria" que impulsa Milei, con énfasis en la "batalla cultural" contra el progresismo y una postura crítica hacia organismos internacionales, no siempre fue bien recibida en Cancillería, donde aún persisten sectores con posturas diplomáticas tradicionales.
El clima de tensión llegó al punto en que el presidente, días atrás, según comunicaron medios nacionales, remitió una carta a funcionarios del Servicio Exterior de la Nación, en la que subrayaba la importancia de alinearse a las nuevas directrices de su gobierno. Cabe recordar que Milei se manifestó abiertamente en contra de la "Agenda 2030" de la ONU, calificándola de "programa socialista" que viola principios como la soberanía y la libertad de los estados-nación, durante un discurso en Nueva York en el que describió al organismo internacional como un "Leviatán de múltiples tentáculos" que atenta contra los derechos fundamentales de los individuos.
A los desacuerdos de alineamiento en las relaciones exteriores, se suman otros episodios que alimentaron la tensión con Mondino como el escándalo con China, luego de la frase peyorativa en la que sostuvo que "los chinos son todos iguales", en referencia a una inspección en la base espacial que el país asiático tiene en Neuquén.
La ministra intentó aclarar sus palabras, explicando que se refería a que todos los participantes en la inspección eran civiles, pero sus comentarios generaron malestar y, en última instancia, intervino Karina Milei, hermana del presidente y secretaria general de la Presidencia, en la relación con Beijing, dando el primer paso de la intervención sobre ese sector, donde luego avanzó sobre la Agencia de Inversiones, un área clave de Cancillería en la relación con empresarios internacionales.
Werthein, el contacto con EE.UU.
El empresario Gerardo Werthein, quien hasta ahora se desempeñaba como embajador argentino en Estados Unidos, asumirá el rol de ministro de Relaciones Exteriores en reemplazo de Mondino. Desde su nombramiento como embajador en Washington, Werthein ha acompañado de cerca a Milei en cada encuentro que el presidente ha mantenido en territorio estadounidense, consolidando su papel como una figura clave en las relaciones bilaterales con el país norteamericano.
Karina Milei, Javier Milei y Gerardo Werthein, junto a Elon Musk.
Werthein, quien es veterinario de profesión, cuenta con una destacada trayectoria en el mundo empresarial y en el ámbito deportivo. Hasta 2019, fue parte del Grupo Werthein, uno de los holdings más importantes de Argentina, con inversiones en sectores como finanzas, seguros y agricultura. En el ámbito periodístico, también incursionó adquiriendo el periódico uruguayo El Observador, en una sociedad con el empresario Gabriel Hochbaum y otros inversores. Además, Werthein ha sido una figura influyente en el deporte, especialmente en el Comité Olímpico Argentino, cargo que obtuvo gracias a su relación cercana con el exgobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli. Desde 2024, ocupa el puesto de vicepresidente en el Comité Olímpico Internacional (COI).
La llegada de Werthein a la Cancillería supone, en teoría, un alineamiento más claro con la visión libertaria que Milei ha expresado desde el inicio de su mandato. En su nuevo rol, Werthein tendrá la tarea de consolidar una política exterior que se ajuste a los intereses del gobierno, centrada en una postura crítica hacia organismos internacionales en un contexto global cada vez más polarizado, donde las elecciones presidenciales en los Estados Unidos marcarán un parteaguas en la política mundial.