Milei reorganiza su fuerza ante la avanzada opositora que promete potenciar el plan de lucha contra sus políticas
Con medidas fuertes que generan enojo en gobernadores, docentes y sindicalistas, el presidente se prepara para la apertura de las sesiones ordinarias en el Congreso, mientras festeja que enero cerró con superávit primario, tras 12 años.
Javier Milei, presidente de la Nación. Crédito: Remo Casilli/Reuters
Es notable la diferencia de análisis que hacen quienes participan activamente del Gobierno de La Libertad Avanza y la diseminada oposición, a la que se le escapó de las manos la posibilidad de dar una batalla más potente a la determinación de Javier Milei de aprovechar que no hubiera un acuerdo entre gremios y cámaras empresarias para fijar un nuevo salario mínimo, vital y móvil. Una referencia que aunque no resuelve los problemas inflacionarios que arrastra la Argentina hace décadas, favorece el hecho de establecer un piso al ingreso promedio y la actualización de los planes Potenciar Trabajo.
Entre bambalinas, Casa Rosada celebra que quienes encabecen la resistencia contra las iniciativas y la “batalla cultural” que lleva adelante la administración central, sean artistas y referentes fragmentados de sectores cercanos al ex Frente de Todos. “Las redes pueden ser muy útiles, pero también forman parte de un micromundo que te aleja de la realidad si las usas mal”, consideró en Balcarce 50 uno de los jóvenes responsables de administrar la gestión virtual del jefe de Estado y su gestión, quien a la vez reconoció que una de las premisas de su equipo es seguir diariamente qué es lo que circula en el ámbito de los cotos digitales públicos de quienes se referencian con el antimileísmo. “Están aferrados a lo que vino a cambiar LLA y sin argumentos válidos que sostengan lo que defienden. Ese vacío de líderes con ficha limpia los obliga a depositar esperanzas en liderazgos que son tan mediáticos y fugaces que no afectan las decisiones que tomamos”.
Los operadores libertarios consideran que mientras se dé este contexto de “falsa épica” en la oposición, no hay peligros que pongan en riesgo el trabajo que desarrolla el Palacio de Hacienda, que de la mano del Luis Caputo, en medio de las subas tarifarias, del transporte y con otros rubros generales de la economía, salió a anunciar un superávit primario de 2 billones de pesos. Destacando que es el primero que se da en 12 años, un dato que sumado al 20,6% de inflación de enero que publicó el INDEC fue tomado con algarabía por las huestes de Yrigoyen 250.
Con el apoyo del jefe de Estado a esta idea de no negociar el déficit cero, también se buscó neutralizar las críticas de la ex vicepresidenta Cristina Kirchner, quien volvió al ruedo en un intento de retomar el protagonismo perdido debido al paupérrimo resultado que obtuvo el gobierno que compartió con Alberto Fernández y Sergio Massa.
Javier Milei, presidente de Argentina.
En un principio hubo respuestas a su documento de 33 páginas con diatribas al primer mandatario y a su ministro de economía. Pero la orden subsiguiente fue no darle la más mínima entidad. “Es un mensaje para su propia tropa y no lo vamos a validar nosotros convirtiéndolo en una suerte de manifiesto revolucionario, menos aún con ese lenguaje extemporáneo”, señaló uno de los altos funcionarios que participa de las reuniones de Gabinete de los martes y jueves.
Milei le dio otro cariz al texto, apuntó que tiene por objetivo dinamitar el nuevo compromiso conjunto que LLA está sellando con Mauricio Macri, con el propósito de afianzar una alianza que no implicará un cogobierno, pero sí un frente que fortalezca a la administración central y permita la suficiente gobernabilidad para fortalecer al ala legislativa, donde se analiza ir enviando de manera segmentada el articulado que formó parte de la Ley Bases, y que en caso de continuar siendo rechazado por acuerdistas y no dialoguistas, expondrá aún más a los que eligen priorizar sus prebendas y privilegios. “Las herramientas para seguir gobernando así están disponibles, y de hecho, las estamos usando”, advierten desde la mesa chica del primer mandatario.
“Cuando los gobernadores empiecen a entender que no pueden seguir dilapidando recursos, como dijo Javier (Milei), mientras tenemos ‘dos tercios de los chicos que están en condiciones de pobreza’ no habrá posibilidades de sentarse a una mesa de negociaciones y debate como la que se materializó el 19 de diciembre del año pasado”, aseguran fuentes gubernamentales. Es que la idea más firme que se reproduce en las galerías de la sede del Ejecutivo es que el ajuste no va a recaer sólo en la Nación, las provincias también deben tener como meta alcanzar el déficit cero, “sino la batalla contra la inflación es desigual”, señalan capitostes libertarios.
Por ahora los mandatarios provinciales se mantienen en una lógica crítica y de rechazo a las iniciativas que recortan los giros discrecionales que recibían, así como el Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID), especialmente por la posición que toman los gremios docentes cercanos al kirchnerismo. Sin embargo, en Balcarce 50 estiman que es cuestión de tiempo para que los caudillos regionales “recapaciten” y dejen de hacer ese papel. “Las elecciones que se vienen en 2025 serán un ordenador inevitable”, infieren en los despachos de Casa de Gobierno.
A escasos días de la apertura de las sesiones ordinarias en el Congreso, el presidente Milei ya despejó los rumores que circularon senadores como Martín Lousteau, con respecto a que no le iba a hablar a la Asamblea Legislativa. El dignatario garantizó que lo hará de cara a los diputados y senadores por una cuestión de protocolo. No son pocos los que entienden que el jefe de Estado aprovechará la ocasión y ejecutará un “pase de facturas” por lo ocurrido con el megaproyecto de ley que retiró del tratamiento en el Parlamento. El mismo que de todos modos, los estrategas oficialistas insisten en afirmar que tuvo como fin dejar en claro quién está a favor del cambio y quién no.
Javier Milei. Crédito: Yara Nardi/Reuters
Es casi un hecho que el 1 de marzo los bloques de Unión por la Patria y los de izquierda activarán en el recinto el uso de carteles y efervescentes repudios hacia el discurso presidencial. No se descartan movilizaciones en torno al edificio parlamentario a favor y en contra de lo que se plantee en el hemiciclo de la Cámara baja. Nuevamente los protocolos de Patricia Bullrich y Jorge Macri se activarán intentado evitar conflictos en la calle.
El mandatario nacional visitará este lunes la ciudad de Corrientes, luego de su extensa gira por Israel, Roma y el Estado Vaticano. La llegada a la provincia de uno de los gobernadores radicales que lo apoya, Gustavo Valdés, será para estar presente en los festejos por el décimo aniversario de la Fundación Club de la Libertad. Allí dará un discurso y volverá a Buenos Aires, donde lo aguardarán los preparativos para recibir al secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, y rápidamente partir rumbo a Washington con el objetivo de participar de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), donde compartirá espacio con el ex -y posible futuro presidente de EEUU- Donald Trump. Por cuestiones de agenda, es probable que se complique el hecho de que se produzca en esta ocasión un encuentro directo con el magnate que le brindó apoyo desde el primer día de su asunción.
A la vuelta, Milei promete eliminar los fondos fiduciarios, esos que él mismo catalogó como “una runfla que son como 20.000 millones de dólares”, que según añadió, “permite que muchos agentes de la política vivan de eso”. Los 29 fideicomisos activos en estos momentos son utilizados para financiar a sectores productivos, obra pública (por ejemplo el Plan Procrear), y el Fondo de Integración Socio Urbana (FISU), que le da a las cooperativas de organizaciones sociales el 9% del capital destinado a promover el desarrollo de asentamientos inscriptos en el registro nacional de Barrios Populares.
La apuesta de La Libertad Avanza es exponer todas estas prerrogativas que protege “la casta” contra el plan de lucha que organizan diversos sectores vinculados a Unión por la Patria, como el sindicalismo, que promete otro paro general luego de ser amenazado con sufrir un recorte en las partidas del Fondo Solidario de Redistribución (FSR) que manejan las obras sociales. Todo dependerá de la correlación de fuerzas que la política, la economía y la batalla cultural vayan planteando.
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