Jueves 31.12.2020
/Última actualización 17:06
Laura Mondino inicia su último año como concejala del Frente Progresista Cívico y Social, un mandato que comenzó en 2017 como compañera de banca de Emilio Jatón y que hoy la posiciona como referente del oficialismo en el Concejo Municipal. Militante del Partido Socialista, Mondino es miembro titular de la Junta Provincial del partido.
Como jefa del bloque, ¿cuáles fueron los desafíos a enfrentar?
Logramos aprobar todos los mensajes enviados por el Ejecutivo y eso permitió agilizar los procesos de toma de decisiones en un contexto histórico que así lo requería.
El desafío fue llegar a construir los consensos, ya que no hay mayoría automática en el Concejo y en cada caso fue necesario dar las discusiones que hacían falta. Con minorías que se complementan, con nuevos bloques que asoman como actores en la participación política, la composición demandó un alto nivel de discusión y madurez.
Y también al interior del Frente Progresista, donde la apertura que caracteriza al proceso que encarna Emilio Jatón permitió que el Frente renovara la presidencia del Concejo para el año que viene.
En principio, sabemos que a las mujeres todo nos cuesta más. Por suerte este año hubo una conformación distinta en el Concejo, donde las mujeres ganamos espacio y eso repercutió en el modo de construir política.
El mismo esquema se repitió al interior del interbloque, donde hoy somos cuatro mujeres (Valeria López Delzar, Mercedes Benedetti, Laura Spina y yo) y tres varones (Leandro González, Paco Garibaldi y Lucas Simoniello). Esto permitió lograr el equilibrio necesario para poder construir acuerdos con los otros bloques, en un año por demás de difícil por la situación de pandemia que atravesó todas las discusiones.
¿Cuáles fueron las prioridades a la hora de legislar?
Los efectos de la pandemia, claramente. En marzo, cuando todo esto empezó, entendimos que el foco debía estar puesto en atender y contener los problemas derivados de esta crisis y brindarle al Ejecutivo las herramientas que necesitara para gestionar.
Por eso, durante la mayor parte de este período de sesiones, los proyectos abordados tuvieron que ver con este tema. El Concejo acompañó cada una de las medidas tomadas por el municipio, que a su vez estuvieron en consonancia con lo que se decidía a nivel provincial y nacional. Se aprobaron ordenanzas como la declaración de emergencia sanitaria, la de balcones gastronómicos, Ciudad 30 y un paquete de medidas económicas muy importante para acompañar a los sectores más afectados por la pandemia: subsidios a jardines, clubes y centros culturales y exención y condonación de tributos, sólo por mencionar algunas.
Formamos parte del Comité de Crisis y llevamos a la mesa las problemáticas que nos planteaban los vecinos y vecinas en cada reunión: esto es inédito en la historia local, ya que no hay antecedentes de una construcción colectiva semejante por parte del Ejecutivo, con apertura a todos los sectores. Esto habla de la voluntad de escucha y diálogo permanentes de la gestión actual, una impronta que le brindó legitimidad a cada una de las decisiones que se fueron tomando.
Más allá de algunas pocas excepciones - ligadas al espacio político del ex intendente José Corral - en general desde todos los bloques se comprendió que estábamos frente a una situación de extrema vulnerabilidad, que se trataba de un año excepcional y que había que estar a la altura.
No quiero retomar el tema de la deuda de la gestión anterior porque a esta altura todos los santafesinos la conocen; pero sí decir que hubiera sido mucho más fácil poder afrontar esta pandemia sin esas condiciones de gran desorden económico y financiero que había en la Municipalidad en diciembre de 2019.
¿Cómo imagina el año próximo?
Lo imagino como una continuidad en cuanto a la complejidad de la situación social. Si bien las vacunas seguramente nos brindarán un marco de mayor tranquilidad y esperanza, deberemos seguir atendiendo de manera prioritaria la demanda social y fortaleciendo las redes de instituciones barriales.
El 2020 fue un año marcado por la solidaridad: en cada barrio hay mujeres armando una olla con lo que encuentran, pidiendo ayuda y poniendo algo al fuego para darles de comer a las familias que se cayeron del sistema, a los que se quedaron sin la changa que les permitía llevar un plato a la mesa.
El trabajo en los barrios es el que nos permite conocer el pulso de la ciudad. Hoy está en marcha el Plan Integrar, que es el programa que define los ejes del gobierno y cuyo sentido es volver a poner en el mapa a todos aquellos barrios del cordón oeste que fueron expulsados durante la gestión anterior.
Este Plan, que incluye obras públicas en los barrios pero también educación, cultura y construcción de ciudadanía, nos va a permitir empezar a pensar en una ciudad más equilibrada, desde un paradigma que hace eje en la convivencia social. Por eso la creación del sistema de Estaciones, que representa la presencia real y concreta del Estado municipal en cada barrio. Y por eso la apuesta a reconstruir las economías populares, fuertemente afectadas durante este año. Las obras, más allá de cambiar la vida de los barrios, van a significar una reactivación de la economía y un aumento de puestos de trabajo.
También imagino la continuidad de este esquema de permanente interacción con el empresariado local, los comerciantes y emprendedores de los distintos sectores económicos, ya que entiendo que la reactivación llegará en la medida que los gobiernos locales sean capaces de sostener la participación activa en esos procesos.
¿Cuáles fueron sus principales ejes de trabajo en el Concejo?
Fundamentalmente el trabajo social, con vecinos, vecinas e instituciones. Entiendo que allí radica una de las fortalezas de nuestra ciudad y que es necesario potenciar esas redes, generando propuestas de trabajo que dignifiquen, generen condiciones de igualdad y detengan la rueda de la exclusión.
Otro de los ejes de trabajo fue el tema de las mujeres: aprobamos el plan municipal de productos menstruales, por el que Santa Fe se convirtió en la primera capital del país en contar con políticas públicas de ese tipo.
Otro de los proyectos fue el de parto respetado, para evitar los abusos que se cometían durante la pandemia con las mujeres en situación de parto.
También aprobamos la Ley Micaela en Clubes, que prevé capacitación en perspectiva de género, para que nuestros clubes sean espacios libres de violencias.
Otro de los ejes que trabajamos fue el del turismo, con la aprobación de la ordenanza de alquileres turísticos temporarios para que las transacciones que se hacen por plataformas digitales sean reguladas por el Estado municipal. Queremos acompañar al sector empresarial local y generar las herramientas para seguir creciendo, con un Estado municipal presente.