Viernes 20.11.2020
/Última actualización 18:24
El Senado primero y Diputados después sancionaron –con un rápido y coordinado movimiento de sus mayorías- una ley marco de controles sobre los llamados “gastos reservados” en materia de Seguridad e investigaciones a cargo de efectivos policiales, así como de los fiscales que integran el Ministerio Público de la Acusación.
La Cámara alta alteró el orden de la sesión para apurar los tiempos y le dio media sanción a un proyecto de ley firmado por los jefes de los tres bloques. El texto a tratar estaba recién ingresado, y con un sobre tablas y la Cámara constituida en comisión, hubo 15 votos por la afirmativa, cuatro abstenciones, y todas las bancas (del recinto y remotas) ocupadas.
El expediente pasó de inmediato a Diputados para que sea ley, donde se opuso el bloque en minoría del Justicialismo, así como el de Igualdad. Allí no hubo sorpresas y contó con el respaldo de la mayoría que corresponde al Frente Progresista, Cívico y Social, cuyas autoridades ya había coordinado su labor con la Cámara de origen.
El texto comenzó su trámite formal unas pocas horas antes de la sesión y fue rubricado por los titulares de las bancadas del justicialismo, Armando Traferri (PJ-San Lorenzo); del radicalismo frentista, Felipe Michlig (UCR-San Cristóbal); y del radicalismo de Unión Santafesina, Hugo Rasetto (UCR-US-Iriondo).
En rigor, de una norma de este tipo, los senadores de todos los bloques debaten –de forma informal, fuera de comisiones- desde hace no menos de dos meses.
Esta vez, en el justicialismo no hubo dos partes con los mismos votos (6 a 6 como hasta ahora) sino que fueron ocho de los doce senadores los que optaron por apoyar la iniciativa, luego de algunas dudas. Alcides Calvo (PJ-Castellanos), Marcos Castelló (PJ-La Capital); Ricardo Kaufmann (PJ-Garay) y Marcelo Lewandowski (PJ-Rosario) dieron sus razones para pedir la abstención: la más fuerte fue que el tema no había madurado aún lo suficiente. El senador rosarino también deslizó que le hubiera gustado que los mismos criterios se hubieran aplicado, con tanta premura, sobre esos rubros de los gobiernos anteriores, lo que se leyó más como una crítica interna al bloque al que llegó en diciembre de 2019, que a una queja para con la oposición.