En la Legislatura de Santa Fe, la oposición apura la transición
El clima preelectoral se coló en el tratamiento de los propuestos como fiscales y defensores. La mayoría en la Legislatura desató una sangría de postulantes ante un imprudente envío del Ejecutivo, en medio de los comicios. El criterio político partidario se impuso a la misión del contralor legislativo. Todos pierden.
En la Legislatura de Santa Fe, la oposición apura la transición
La Asamblea Legislativa, que esta semana rechazó 29 de los 48 pliegos enviados por el Poder Ejecutivo, mostró que sin diálogo no es posible avanzar en la designación de fiscales y defensores públicos, necesarios para el sistema penal de Santa Fe. También, que mucho menos habrá condiciones para que se discutan pliegos de jueces, sin importar que lo haya pedido la Corte Suprema de Justicia públicamente: salvo que cambie el clima político los magistrados tendrán que esperar que la próxima Legislatura consagre a sus nuevos colegas.
El gobierno había dejado trascender que preparaba un envío con 80 nombres más para los estrados judiciales y otros cargos que requieren el visto bueno de senadores y diputados. Ahora habrá que ver qué conducta adopta ante la adversa respuesta del Poder Legislativo.
Bajo una lectura exclusivamente política partidaria, los representantes opositores aprobaron apenas a 19 de los 48 propuestos por el Ejecutivo. En todos los casos, según se explicó, son quienes ya estaban dentro del Ministerio Público de la Acusación o del Servicio Público Provincial de la Defensa Penal, que de subrogantes se convirtieron en fiscales o defensores adjuntos o que de esa categoría pasaron a titulares.
No importaron méritos o deméritos de todos los aspirantes a entrar, y vaya a saber para qué se les tomó la entrevista de evaluación personal del caso, antes de que se firmen (en un cuarto intermedio de una hora en medio de la sesión) los dictámenes de mayoría que recomendaron el rechazo de los 29 que no pertenecen al sistema. Sin más, en una misma bolsa, rotulada con la expresión "no hay consenso por culpa del Ejecutivo", que parece justificar todo.
Almanaque y cronograma
Guste o no, los tiempos se han acelerado cuanto menos 15 días. Puede culparse a la realidad política, así de manera innominada, o decirse sin medias tintas que el almanaque de la transición ha sido forzadamente apurado por los diputados y los senadores provinciales de la oposición. La mayoría compuesta por radicales, socialistas, macristas y demoprogresistas que tienen la legitimidad política e institucional para hacerlo, pero parece que han comenzado a actuar como si ya hubiera un gobernador electo. Sin observar el cronograma electoral. Todavía falta votar, se escuchó entre bancas del partido de gobierno.
Doble castigo para el PJ
Se impuso el criterio de Unidos para Cambiar Santa Fe con comodidad. El alicaído oficialismo no ha podido contar en cada votación de los pliegos que cayeron (y que no pueden volver a ser propuestos hasta el 1ro de mayo de 2024) con apenas 18 o con menos votos, de los 69 legisladores de ambas Cámaras. Y eso que el PJ contó con apoyos habituales (a su izquierda) por parte del Frente Social y Popular y de la bancada Igualdad, y con otros más circunstanciales (a la derecha) por los diputados celestes Juan Argañaraz y Amalia Granata.
El único portavoz del oficialismo en el recinto de Diputados, que incluso compitió en la interna contra las listas y los candidatos del Perottismo, fue Leandro Busatto. Su argumento más fuerte fue que el gobierno cambiará de manos el 11 de diciembre, que aún no hay nombre para el sucesor. Y que a la Legislatura no le importó votar en 2019, a solo días del cambio de gobierno, la ley de presupuesto sin que el entonces gobernador entrante del justicialismo (Perotti) pudiera opinar sobre el cálculo de gastos y recursos del gobernador saliente (Lifschitz).
Antes, el diputado radical Fabián Bastia, integrante de la Comisión de Acuerdos y vocero de la posición mayoritaria opositora había acusado al gobierno de haber provocado tantos rechazos a los pliegos, al no tener en cuenta el calendario electoral. Lamentó que no los haya retirado a todos para que se reanude el diálogo y avisó que ninguno más será aprobado por la actual composición legislativa.
Otra derrota
El peronismo santafesino ha perdido dos elecciones seguidas: las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias de gobernador del 16 de julio y las Paso presidenciales del 13 de agosto. Pero las fuerzas que a nivel provincial respaldan la candidatura a gobernador de Maximiliano Pullaro también sufrieron con el ascenso de Javier Milei. Unos y otros no parecen haber tomado nota de lo que pasó.
El dirigente más importante del peronismo santafesino, el gobernador Omar Perotti siguió adelante con el proceso de designaciones para el fuero penal, sin dudas necesario para fortalecer la acusación y la defenderse, sin atenerse a los climas que pudieran generarse por factores preelectorales. O a su uso como argumento para posponer designaciones.
Sí, el Ejecutivo fue imprudente. Pero tampoco se han atado a la misión del contralor legislativo quienes a libro cerrado aprobaron a unos y reprobaron a otros bajo el criterio de favorecer solo a los que buscaban un ascenso. "Total ya estaban adentro del Poder Judicial". ¿Puede imaginarse un criterio más corporativo?
A 12 abogados que concursaron para ser defensores y otros 17 que lo hicieron como aspirantes a fiscales, que obtuvieron un puntaje que los dejó en condiciones de formar parte de una terna y que luego fueron elegidos por el gobernador Omar Perotti para que sus pliegos fueran como candidatos a defensores, y que se les tomó la correspondiente entrevista personal sin que recibieran cuestionamientos en ese momento se los ha rechazado bajo un criterio político. Fueron sacrificados sus proyectos personales laborales en la pulseada entre opositores y oficialistas.
Lo ocurrido esta semana en la Legislatura es parte del compendio de ejemplos, de malos ejemplos, sobre la distancia entre la sociedad y sus representantes. No es casual que sea tan efectivo el peligroso discurso que los señala como "la casta". Las sociedades que tienen castas no son democráticas. La Argentina ha hecho lo necesario para no volver a tenerlas desde 1983, es un fuerte mensaje que una parte importante del electorado piense que se ha creado una.