Gabriel Carrizo, el líder de los vendedores de algodón de azúcar conocidos como "los copitos", aceptó ser llevado a juicio oral y público por el intento de asesinato contra la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner.
La decisión de Carrizo es uno de los últimos pasos procesales pendientes antes de cerrar la etapa de instrucción.
Gabriel Carrizo, el líder de los vendedores de algodón de azúcar conocidos como "los copitos", aceptó ser llevado a juicio oral y público por el intento de asesinato contra la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner.
El abogado de Carrizo, Gastón Marano, consintió que el expediente pase a la etapa de debate, a pesar de la condición de privación de libertad que enfrenta su cliente como vendedor ambulante.
El defensor del "copito" dejó en claro que la aceptación del juicio oral no implica conformidad con la forma en que se requirió el juicio, especialmente en lo que respecta a la manera en que la querella llevó a cabo el proceso, ni renuncia a presentar excepciones y nulidades que correspondan según la ley.
Además, sugirió que durante la etapa de instrucción suplementaria, previa al debate oral, solicitará la producción de pruebas que consideren útiles y que hayan sido solicitadas por su parte, pero no llevadas a cabo en esta etapa.
El escrito presentado, de dos páginas y enviado digitalmente al expediente, afirma: "Dado que mi cliente se encuentra privado de libertad, y con el fin de evitar demoras en el proceso mediante planteos dilatorios, solicito la clausura de esta etapa procesal y la elevación del presente sumario a juicio oral en el menor tiempo posible".
El abogado Marano también solicitó que el juicio se lleve a cabo ante un "Tribunal Colegiado", es decir, integrado por tres jueces de un tribunal oral federal, en este caso, en la Capital Federal.
La decisión de Carrizo es uno de los últimos pasos procesales pendientes antes de cerrar la etapa de instrucción y pasar al debate oral.
En la semana anterior, los otros dos detenidos, Fernando Sabag Montiel y Brenda Uliarte, también aceptaron que las actuaciones se eleven a la etapa de juicio. El fiscal Carlos Rívolo hizo lo mismo.
La querella que representa a Cristina Kirchner solicitó la suspensión de la elevación a juicio, aunque, subsidiariamente, también formuló la acusación, por lo que técnicamente el expediente está a punto de pasar a la etapa de juicio.