Miguel Lifschitz ratificó, una vez más, que no resigna la idea de reformar la Constitución provincial. No pudo hacerla mientras fue gobernador; tampoco promovió el proyecto en el último año desde que asumió como diputado. Sin embargo, mientras termina de definir su posible candidatura a senador nacional, confirma que no abandonó el tema y hasta desafía: "Me parece que el 2022 puede ser el año para discutirlo".
- ¿Le interesaría volver en algún momento sobre la reforma de la Constitución?
- Desde luego que me interesaría. Lo hemos trabajado mucho, y no puede lograrse sin acuerdos políticos amplios. Pero si se diera esa oportunidad, estamos dispuestos a sumarnos, a colaborar y participar activamente. Dos requisitos: uno, que lo podamos hacer en un tiempo o momento que no esté atravesado por las tensiones electorales, con lo cual diría que éste no es el año apropiado…
- Luis Rubeo propone elección de convencionales constituyentes en las generales de 2023. ¿Le parece bien?
- Me parece interesante la idea de que los constituyentes se puedan elegir en 2023, sí. Me parece que es una idea interesante. Habrá que ver si de manera simultánea o no con la elección presidencial de ese año, pero me parece que el año para discutirlo puede ser el próximo, si hay voluntad de las fuerzas políticas para hacerlo. Y no queremos que sea un debate sólo de estructuras o aparatos partidarios y legislativos, sino que sea de cara a la sociedad.
- ¿Pensó que si es candidato y electo senador nacional no podría promover ese debate en Santa Fe?
- Bueno, obviamente que no lo podría hacer de manera directa, pero seguramente nuestros referentes y representantes en la política santafesina participarían activamente.
- ¿Limitaría, si hay reforma, la reelección de los legisladores provinciales?
- Creo que sí, que alguna limitación habría que ponerle. Si bien en los cuerpos legislativos a veces la experiencia de muchos mandatos es valiosa, cuanto menos a los ejecutivos (los intendentes) habría que ponerles una limitación de dos períodos. Y creo que para los legisladores habría que pensarlo un poco más pero entiendo que algún tipo de limitación que facilite la renovación, también sería interesante, sobre todo cuando son cargos uninominales.
- Si es candidato, gana y asume como senador nacional, dejaría inconcluso su mandato como diputado. Si es candidato a gobernador en 2023 dejaría inconcluso su eventual mandato como senador nacional… ¿No genera ruidos eso?
- Lo de ser candidato en 2023 ya sería una hipótesis que ni siquiera está sobre la mesa. No es una idea que esté trabajando en este momento. De todos modos, creo que cuando uno asume una responsabilidad, obviamente la asume de manera plena. Pero cuando se participa en listas en los ámbitos legislativos, a diferencia de los Ejecutivos, la gente no solamente vota la cabeza de la lista, sino que vota una lista completa y por lo tanto, vota a un colectivo. Me parece que el reemplazo en esos casos es factible y es lógico. Eso no sería posible para un cargo ejecutivo; que un intendente o un gobernador abandone a mitad de término su gestión me parecería grave.
- Ha dicho ya que no constituiría un frente de frentes. ¿Pero se sumarán dirigentes que estuvieron y se fueron? ¿Se conversa con Mario Barletta, por ejemplo?
- Las puertas del Frente Progresista están abiertas. Estamos dispuestos a traer refuerzos que nos permitan ser un equipo más competitivo desde todos los lugares que podamos hacerlo sin perder la camiseta, lógicamente, ni perder la identidad.
- ¿Esos refuerzos podrían incluir sectores como los de Carlos Del Frade o Rubén Giustiniani?
- Ojalá. Creo que son espacios con los que tenemos coincidencia en muchos aspectos; también diferencias en otros. Pero el Frente Progresista es muy diverso y aspiramos a ampliar esa diversidad porque hoy la sociedad es difícil que esté representada por un solo partido. Eso puede lograrlo a veces el peronismo, no siempre. Pero hoy se necesita para tener gobiernos con base popular y legitimidad, que las coaliciones sean diversas y amplias, sin ser rejuntes electorales.
Seguridad y las políticas de "Omar"
Sobre la problemática de inseguridad que atraviesa la provincia y con una crítica medida, Lifschitz reclamó decisiones concretas. "Los ciudadanos piden solución al problema más allá de quién sea el ministro. Es necesario proponer acciones que le pongan freno a la situación. Es verdad que en Rosario o en la provincia el problema de la inseguridad y la violencia no se originó el año pasado. Eso es cierto. Es un problema de larga data, pero también es cierto que frente a los problemas, hay que tener respuestas, políticas y acciones; y si no funcionan, hay que cambiarlas. Yo sé que es fácil hacer política sobre la seguridad desde la oposición; lo hemos sufrido siendo gobierno durante mucho tiempo, por eso no quiero abusar de esa posibilidad. Es más, entendemos perfectamente la complejidad del asunto porque hemos estado a cargo de la problemática mucho tiempo. Creemos que se necesitan políticas integrales, de mediano y largo plazo, y acuerdos políticos para llevar adelante esas estrategias. Esto es lo que el gobierno de Omar tiene que poner en marcha", manifestó.
Narcocriminalidad, Druetta y control al MPA
Consultado acerca de las imputaciones que se plantearon desde el oficialismo sobre las gestiones del Frente Progresista y su presunta complicidad con la narcocriminalidad, Lifschitz dijo tener "absoluta tranquilidad".
"Siempre hemos dicho que si alguien tiene un dato concreto, debe formular la denuncia. Hasta ahora, no ha habido ningún dirigente de nuestro partido sospechado de tener algún vínculo con organizaciones asociadas al narcotráfico. Tenemos absoluta tranquilidad. En todo caso, quienes lanzan esas denuncias al aire debieran ocuparse de buscar los fundamentos. Eso no es bueno; ensucia la política. Termina desacreditando al conjunto. Es una práctica que no conocíamos en Santa Fe; una práctica muy instalada en el gobierno nacional o en la provincia de Buenos Aries. Lamentablemente se empiezan a utilizar acá", planteó.
- ¿Le preocupa que dos referentes del Frente (Lisandro Enrico y Maximiliano Pullar) hayan aparecido en las escuchas en el marco del juicio al ex comisario Alejandro Druetta?
- Ellos lo explicaron con claridad; son escuchas de diálogos perfectamente razonables entre legisladores de una región y un jefe policial que en aquel momento tenía respaldo y estaba cumpliendo una tarea muy aplaudida por la comunidad, como fue terminar con algunos líderes de bandas narcotraficantes en la cárcel. Si después de eso tuvo alguna acción ilegal como dictamina la justicia, no tiene nada que ver. Yo mismo como gobernador o intendente he hablado con jefes policiales que después terminaron, algunos de ellos, con causas penales. Pero bueno, es una tarea imprescindible cuando uno ocupa un cargo ejecutivo o cuando es legislador, también.
- ¿Qué opina sobre la decisión del Senado de crear una comisión de seguimiento sobre el trabajo de los fiscales?
- Diría que no fue pertinente desde el punto de vista político, porque como estaba el escenario, no era conveniente. Era una mala señal a la sociedad. Creo sí que las cámaras legalmente y de acuerdo a la Constitución están habilitadas para tener comisiones investigadoras sobre cualquier tema; no hay impedimento sobre eso. Pero políticamente no era adecuada, no era el momento, no habían fundamento ni justificativo para esa propuesta.