Con banderas argentinas, un importante número de ciudadanos se convocó en la intersección porteña de las Avenidas Entre Ríos y San Juan, donde se encuentra la estación de subte Rodolfo Walsh, para iniciar una marcha en memoria de las víctimas en nuestro país. Junto a carteles que recordaban los nombres de las víctimas, sus ocupaciones y la forma en la que murieron, realizaron una manifestación inicial en el lugar sin afectar el tránsito. La misma incluyó colocar un nuevo cartel a la citada parada, que la renombra como “Estación Víctimas del Terrorismo”.
Los presentes se dirigieron hacia la central de la Policía Federal Argentina, sobre Moreno, donde se encontraba el comedor donde más de 100 personas resultaron heridas y otras 22 murieron tras el ataque terrorista de mayor envergadura contra una sede policial. La convocatoria fue formulada por la Asociación de Abogados por la Justicia y la Concordia; la Asociación Familiares y Amigos De Víctimas del Terrorismo de Argentina (AfaVitA), Centro de Estudios Cruz del Sur y otras entidades afines. Entre los participantes estaba el diputado nacional Ricardo López Murphy, que dialogó con El Litoral.
El ex ministro de Defensa resumió su presencia simplemente en un “homenaje a las víctimas del terrorismo”. Advertido por el autor sobre 40 años en dirección contraria, indicó que es necesario “entender el fenómeno y la tragedia que vivió la Argentina, que es una cuestión compleja y fue analizada unilateralmente. Lo que está cambiando es eso, la unilateralidad.”
López Murphy, que podría retomar el cargo en el Poder Ejecutivo Nacional en caso de una eventual presidencia de Patricia Bullrich, también respondió cómo cae su abierta postura en un tema tan silenciado dentro de los espacios políticos y recordó que “nunca he ocultado mi opinión sobre todo esto hecho como es público y no todo esto. No lo haré en ninguna circunstancia. Nunca va a escuchar a mí ocultar mi opinión o convicciones”. Sobre si esa actitud le genera algún inconveniente en su participación partidaria, fue tajante: “No, todo el mundo conoce mi opinión”.
La masacre en el comedor: ¿Qué se recuerda?
El 2 de julio de 1976 Montoneros realizó el atentado terrorista doméstico más sangriento de la historia argentina. Ese día, un artefacto explosivo conocido como “bomba vietnamita” diseñado no sólo para estallar sino para producir la mayor cantidad de laceraciones, cortes y mutilaciones, estalló en la Superintendencia de Seguridad Federal (también conocida como Coordinación Federal) de la Policía Federal, en la ciudad de Buenos Aires, causando el derrumbe del techo del comedor en momentos en que el lugar se hallaba lleno de gente almorzando. Murieron 23 personas, incluyendo civiles que se encontraban de visita, y unas 110 resultaron heridas.
El artefacto explosivo, la “bomba vietnamita”, era del tipo Claymore, que constaba de entre cinco y siete kilos de trotyl y cargaba bolas o postas de acero que al detonar se disparaban como una metralla. El tipo de artefacto utilizado demuestra la crueldad y el intento de matar o herir gravemente a la mayor cantidad de personas posible de forma indiscriminada. Rodolfo Walsh, militante montonero, fue una de las mentes detrás de ésta y las principales actividades subversivas en nuestro país.