Miércoles 28.9.2022
/Última actualización 11:37
"Si el pobre es pobre, es porque el rico le robó", apuntó Loris Zanatta sobre un mito político en la Argentina. Lo vinculó a la concepción holística (la sociedad como cuerpo) de la tradición cristiana medieval, que involucra "la idea de prosperidad y comercio como pecado".
Profesor de historia de América Latina en la Universidad de Bologna (Italia), historiador del peronismo y de Evita, el catedrático italiano -distinguido como visitante ilustre por el rector Enrique Mammarella- disertó en el Paraninfo de la UNL buscando en la relación de religión y política, una "posible clave de interpretación" de por qué la Argentina no fue la potencia que el mundo pronosticaba hasta los '20 del pasado siglo.
"El golpe del 43' fue clérigo-militar", señaló. Lo definió como "la culminación del revanchismo de la tradición de un catolicismo basado en la tradición orgánica" contra el "progreso económico" concebido como "pecado".
Si bien reseñó que en el catolicismo hay voces como la de Joseph Ratzinger que admiten la modernización europea como producto de la "interacción de la tradición ilustrada, laica del iluminismo y la cristiana", advirtió que "no es lo que vemos en Latinoamérica
"Especialmente en la Argentina lo que estamos viendo es que el renacimiento del ideal de orden cristiano en el nacionalismo argentino", que "concibe a la tradición ilustrada como un enemigo para destruir: es el enemigo de la Patria. El elemento básico ideológico del naciente peronismo es Dios, Patria y pueblo", repasó.
"El pueblo es católico, las élites son coloniales vendidas a ideologías extranjeras (protestantes), sus valores son extraños al sentir nacional", sostuvo en referencia a esa concepción. "Las palabras no son inocentes.
"¿Qué quiere decir sentir nacional? La idea de que la Nación es un organismo que siente dolor, felicidad, en cambio el universo en el que el individuo está en el centro, es la personas, el individuo el que tiene sentidos
El ser nacional es el organismo y eso fue el peronismo: volver a la tradición orgánica, la idea de comunidad organizada, con las características del orden orgánico medieval adaptadas al mundo contemporáneo: la idea es unanimidad".
¿División de poderes?
"¿Por qué división de poderes si el pueblo es uno? Uno debe ser el poder; eso lo decía Fidel Castro: acá en Cuba la famosa división de poderes de Montesquieu no ingresará nunca", sostuvo Zanatta, sin referir explícitamente a los dichos de Cristina Fernández al respecto.
"Lo primero que hizo Perón -recordó- fue cambiar la Corte Suprema para tenerla adicta. Y su relación con la división de poderes fue siempre digna de ese tipo de regímenes: el pueblo es uno. Había uno que lo decía en alemán…
No estoy diciendo que Perón era como Hitler. Pero el modelo de la sociedad orgánica es esto"
Señaló que "el peronismo tuvo que convivir con la democracia representativa porque ganó en una época en que estaba terminando la guerra y por tanto era imposible no legitimarse democráticamente, pero siempre se comportó como partido único
"Verticalismo y corporativismo", subrayó. "La idea era organizar una sociedad de cuerpos. Fidel Castro decía -mejor que Perón- que 'no se puede vivir por la libre'; todos tenemos que ser algo de algo. El sindicato peronista, los empresarios peronistas, los profesionales peronistas, hasta los dentistas peronistas…".
Apuntó así al "Estado ético. Dentro de un concepto orgánico de la sociedad -especificó- el Estado no puede ser neutral, como no lo eran los reyes católicos. Su misión era convertir a la verdadera fe a los paganos y combatir a los herejes. Y por eso utilizaban todos los instrumentos del Estado en la época colonial".
"Si miramos la evolución ideológica del peronismo en los '70, si miramos la teología del pueblo, que hoy es la ideología que tiene en mainstream la iglesia católica a través del Papa Francisco, esto teoriza: la pobreza como arquetipo de pureza original y la prosperidad como amenaza a la pureza del pobre".
Evita, Jesuitas y pobreza
"Los discursos de Eva Perón -reseñó Zanatta- los escribían casi todos sacerdotes jesuitas, el principal el padre Benítez, que cuando hablaba de peronismo refería al comunismo de derecha. No piensen en Stalin, en Marx. El comunismo al que se refiere es el de la Biblia, del conjunto holístico, donde no existe el individuo, donde reina la armonía y donde por lo tanto no puede haber desigualdad causada por la propiedad privada, el comercio, los talentos individuales, la innovación tecnológica".
El catedrático apuntó que "Eva Perón es la celebración de la economía como teología. Una de las grandes innovaciones de la reforma protestante fue la progresiva separación -secularización- de la esfera política respecto de la religiosa, y de la esfera económica de la religiosa.
"No se pueden solucionar los problemas económicos dividiendo los panes y los peces: era parábola y milagro que no existen en la economía. Si distribuyo -es el típico caso de Eva Perón- panes y peces que nadie más produce, o que nadie más tiene incentivo a producir, mañana no habrá más ni panes ni peces. Y al haber salvado de la pobreza a 5 tipos hoy, voy a tener una pobreza de 50 % mañana.
"En la visión teológica en lugar de económica del evitismo, que controló los sindicatos y plasmó la visión económica del peronismo, la idea es que todas las cosas que son necesarias en una economía moderna: competitividad, innovación, productividad, ética del trabajo, no son apreciadas. La idea es que hay una cabeza del organismo cuyo deber es conservar la armonía creada del creado, del que depende el bienestar de todos".
Zanatta sostuvo que fue en los '80 cuando la Argentina afrontó su primer consenso democrático constitucional, y que eso representó "para una parte de la Iglesia Argentina abandonar la tradición histórica de la Nación católica orgánica y volver al mundo liberal, al corruptor del alma del pueblo".
Recordó que por entonces, Bergoglio "decía que la cristiandad latinoamericana tuvo dos grandes enemigos. El primero fue Juan Calvino -más que Lutero- cuya 'culpa' es haber separado el cerebro del corazón. Traducido significa el nacimiento del pensamiento racional moderno.
"El segundo gran culpable -no estoy seguro que el Papa Francisco lo hubiera leído- era John Locke. Es uno de los padres del constitucionalismo moderno, que apoyó el nacimiento de la burguesía y la sociedad de clases. Por lo tanto el capitalismo.
"Lo que había antes era el orden cristiano medieval donde están las raíces culturales, ideológicas, espirituales, morales, del problema que tiene Argentina con el progreso", concluyó.