Con un cerrado aplauso, todo el recinto de la Cámara de Diputados despidió a la jefa de taquígrafos, Lucrecia Rosatto que terminó su la tarea en la sesión preparatoria, para acogerse al beneficio jubilatorio. En los pasillos se señaló que estuvo 28 años como empleada y por lo tanto, pasaron siete conformaciones diferentes de la Cámara de Diputados y también siete presidentes diferentes. Y que ninguno de los cincuenta miembros del cuerpo tuvo el mismo tiempo de asiento en su banca que Rosatto en su labor.
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