La oposición tiene un lastre menos en su armado. Atado al mástil kirchnerista, el ministro de Economía resiste cantos devaluatorios. Reunión clave con Biden.
Mauricio Macri anunció este domingo que no será candidato en las próximas elecciones.
La decisión de Mauricio Macri de no postularse a presidente es apenas una incertidumbre menos en el armado de la propuesta electoral de la oposición. Pero no la resuelve, y mucho menos despeja el maremoto institucional y económico que enfrenta la Argentina.
Mientras los egos y el marketing se disputan imágenes y argumentos para configurar un menú electoral que atraiga atenciones, las usinas de Juntos por el Cambio se reúnen por estas horas para procurar una propuesta socioeconómica que sea políticamente sustentable, algo que no tuvo el frente electoral que triunfó en 2015.
Para cuando las urnas muestren su dictamen en octubre, si la tormenta no precipita este 2023 electoral, en el mejor de los casos el déficit fiscal no bajará de 2,5% con contabilidad creativa (mintiendo los números). Con al menos 15 mil millones de dólares menos ingresando a la economía nacional como consecuencia de la sequía, y con 3,9 billones de pesos de rojo fiscal proyectado, Sergio Massa viaja a Estados Unidos para acompañar a Alberto Fernández en su encuentro con el presidente Joe Biden.
Esa reunión será pocas horas antes de que el Indec difunda el indicador de pobreza, que rondará el 40% para la segunda mitad del 2022. Pero entrado este año, la tasa apunta al 45% mientras la inflación instalada en 6 al 7% mensual como piso, esmerila el consumo interno, afecta la recaudación y promete un PBI que caerá 2% según el Bank of America o 5,2% según la consultora Eco Go de Marina dal Poggetto. Sólo por mencionar dos ejemplos.
El ministro de Economía podría mejorar el ingreso de divisas con el "dólar Malbec" -extensible a otras economías regionales- pero ya no emitiendo más pesos, sino con medidas de "fomento". Sin conejos en la galera, el impulsor de la estatización de los U$S 30 mil millones de dólares de las AFJP (junto a Boudou) en 2008, ahora le saca al Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la Anses los bonos en dólares para dárselos a los bancos.
No es que esos bonos valgan más que los nuevos que habrá de emitir el Tesoro si es que los DNU no terminan invalidados por inconstitucionales. Es que muchos de ellos están emitidos bajo legislación extranjera y les darían a los bancos que eventualmente los compren la posibilidad de reclamar en Nueva York por los quebrantos del gobierno argentino. Y aún así a la Casa Rosada le faltarán recursos para financiar el déficit.
En cualquier caso el Tesoro -como el Banco Central- son hoy insolventes. Carlos Melconian confesó en radio Rivadavia este lunes 27 por la mañana, que las reservas "son negativas". Con ese telón de fondo Malena Galmarini de Massa cuestionó a la Casa Rosada por esmerilar los intentos de su marido para llegar al puerto electoral sin que las olas hundan al gobierno del Frente de Todos.
Fue el asesor del presidente, Alberto Aracre, el que le sugirió a empresarios en la Rosada sobre la posibilidad de un desdoblamiento cambiario. El concepto que implica devaluación es un canto de sirenas para el ministro atado al mástil del Instituto Patria. No en vano la ira explícita de Malena, seguida de rumores de renuncia de su marido, promesa de abismo institucional.
"Hacer una devaluación en el contexto que tiene la economía también es un salto al vacío", advirtió Daniel Artana, economista de Fiel. Es por eso que el FMI le pide a Massa la odisea un plan "consistente e integral", que bien leído son las reformas laboral, fiscal, monetaria y tributaria que Macri no se siente en capacidad política de afrontar y que el kirchnerismo no convalidará. Mientras no demuestre lo contrario, el barco que procura preservar el ministro es lo que queda del gobierno, no del país.
Acaso Biden pueda pedir algún armamento argentino para combatir a Putin en Ucrania, justo cuando el canciller ruso está por visitar a Lula. Acaso tenga maneras de asistir con dólares que calmen las agitadas aguas argentinas, en las que el antisistema de Milei promete tsunamis arrasadores en los comicios sin aclarar qué hará en las playas devastadas.
En las internas de Juntos por el Cambio hay una incertidumbre menos. En las del Frente de Todos, el oleaje amenaza el entendimiento de Máximo y Massa para la oferta electoral en la provincia de Buenos Aires, donde Cristina intenta refugiarse. Pero acaso esa delicada alianza tenga para el ministro un dilema decisivo, tras la reunión en Washington.
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