A poco de conocerse el último decreto provincial donde se suspenden eventos masivos de más de 500 personas y se vuelve el aforo de un 70% permitido en lugares donde se realicen actividades sociales -aquí se incluiría a bares, por ejemplo-, deportivas, culturales, religiosas, económicas y de servicios-, saltó la polémica. Según varias fuentes consultadas por este medio, hay mucho malestar entre varios intendentes de las principales ciudades de la provincia: los motivos, varios.
Primero, este malestar surge por la forma “precipitada e inconsulta” de comunicar el acto administrativo con las nuevas restricciones. Segundo, las “dudas que deja la letra chica”, del decreto provincial, el cual -sostuvieron las fuentes consultadas-, es “de muy difícil aplicación”.
En rigor, este diario pudo saber que este viernes 31 a primera hora de la mañana habrá una reunión de gabinete convocada de forma “urgente” en la Municipalidad de la ciudad capital para definir cómo se aplicará en la práctica -sobre todo los controles- este decreto.
Este jueves, luego de conocerse la difusión por los medios de comunicación de los alcances del acto administrativo firmado por el Gobernador Omar Perotti, el Ministro de Gestión Pública Marcos Corach y la titular de la cartera sanitaria, Sonia Martorano, hubo una reunión “de urgencia” por vía Zoom entre más de 200 intendentes de la provincia.
Allí participaron la propia ministra Martorano y el secretario de Integración y Fortalecimiento Institucional de la provincia, José Luis Freyre. De acuerdo a la información que obtuvo este diario, los jefes distritales plantearon a los funcionarios varias de estas cuestiones sobre las cuales expresan su disconformidad -y otras más puntuales-, que hacen a la aplicación efectiva del decreto.
“Hay dudas sobre si se amplían las actividades en las cuales se debe acreditar en pase sanitario. De ser así, este viernes y sábado 1° deberíamos salir a la Costanera, al Parque Garay a controlar y pedirlo al pase. Eso sería imposible, dada la cantidad de gente que asiste a estos lugares, porque habrá seguro más de 500 personas”, deslizaron otras fuentes ejecutivas interrogadas.
El aforo para locales gastronómicos -entre otros lugares de concurrencia- pasaría a ser del 70% (hasta ahora era de ocupación plena) es otro de los puntos en discordia: la pregunta es cómo se hará para efectuar controles específicos durante Año Nuevo, y de qué manera se articulará con los titulares de bares y restaurantes que ello se cumpla, dado que se espera un “aluvión” de asistentes.
Una alta fuente de prensa del municipio de Rosario confió a El Litoral que el malestar surge porque “no hubo una consulta previa; nos enteramos de la letra fina cuando salió en los medios… Previamente se habían efectuado algunas reuniones entre la Provincia y algunas cámaras de comercio, y no se adelantó nada de esto. La implementación en la práctica se hace muy difícil, y es muy poco el tiempo”, consideraron.
No obstante, “el diálogo (con el gobierno provincial) existe. Incluso se habló de alguna posible y eventual modificación (del decreto), para que quede más claro”, agregó. En la ciudad del sur, se estaba definiendo por estas horas cómo se aplicará el acto administrativo en bares, restaurantes, boliches e incluso espacios públicos.