Se va Maqueda y aún no hay relevo: cómo va a funcionar la Corte desde el 1 de enero
El apuro por generar una segunda vacante chocó con la falta de acuerdos políticos. Si no asumen Lijo ni García Mansilla, el Tribunal podrá funcionar con tres miembros, pero cada fallo requerirá unanimidad para sostener la mayoría. Ya había pasado cuando se fue Carlos Fayt.
Se va Maqueda y aún no hay relevo: cómo va a funcionar la Corte desde el 1 de enero
El ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación Juan Carlos Maqueda se despedirá del Tribunal prácticamente con el año, el próximo 29 de diciembre. Lo hará por cumplir ese día la edad de 75 años, que la Constitución Nacional pone como tope para la permanencia, de no mediar una propuesta presidencial y un acuerdo del Senado con el voto de dos tercios de sus miembros, para extenderla por cinco años más.
No se trata de un dato nuevo, pero ahora quedó confirmado en boca del propio magistrado y, al mismo tiempo que involucra una serie de paradojas que conviene destacar, plantea un escenario que tampoco es novedoso, pero sí llamativo. De no mediar en el interín la cobertura de alguna de las dos vacantes en el organismo (la que quedó pendiente tras la renuncia de Elena Highton de Nolasco y la que dejará el propio Maqueda), la integración de la Corte quedará circunscripta a tres ministros: el presidente Horacio Rosatti, recién reelecto por un nuevo período de tres años, Ricardo Lorenzetti y Carlos Rosenkrantz.
Esta acotación a tres miembros a partir del 1 de enero de 2025 no impedirá al Tribunal seguir funcionando, aunque para poder emitir fallos deberá garantizar la mayoría sobre los cinco votos que resultan de la integración prevista por la Constitución. Es decir que deberán ser por unanimidad de los tres ministros en funciones o, de ser necesario, podrá recurrir al sorteo de conjueces entre los 26 presidentes de las Cámaras federales. En tanto, sí podrá tomar decisiones administrativas con una mayoría de dos votos sobre tres.
Highton, Lorenzetti y Maqueda. La Corte de tres que funcionó en el primer semestre de 2016.
Esta situación ya se había dado en 2015, tras la renuncia de Carlos Fayt. Paradójicamente, a los 95 y tras protagonizar una fuerte batalla política y judicial contra el gobierno de Cristina Férnandez precisamente por la edad de su retiro. Fayt presentó la renuncia en septiembre de ese año, luego de que Mauricio Macri resultara electo derrotando al candidato oficialista Daniel Scioli, y la hizo efectiva el 11 de diciembre; un día después de que terminase el mandato de la entonces Presidenta de la Nación.
El veterano jurista no tuvo acuerdo de renovación del Senado, pero se mantuvo en el cargo por una acordada de la Corte que integraba, según la cual el límite de 75 años establecido por la Constitución en 1994 no regía para quienes habían jurado antes de esa fecha, cuando ese tope no existía. Precisamente, la falta de ese tope en la Carta Magna nacional había permitido en su momento al santafesino Casiano Iribarren evitar el cese establecido por la Constitución santafesina, a los 65 años, sentando un precedente que hoy mismo se sigue invocando (aunque ahora el límite sí exista, y la Corte nacional lo haya ratificado en su jurisprudencia, y en el sonado caso de la jueza Ana María Figueroa).
En cualquier caso, en el momento en que Fayt se retiró, la Corte quedó con tres integrantes: el propio Maqueda, también entonces Lorenzetti y la entonces ministra Elena Highton. Así funcionó durante seis meses, hasta el ingreso de Horacio Rosatti, en junio de 2016, y Carlos Rosenkratz en agosto de ese mismo año. Nombramientos que Macri pretendió inicialmente hacer por decreto, como aún hoy se reprocha a los magistrados, pero que al final se concretaron con el acuerdo de la mayoría constitucional de dos tercios que exige la Constitución, y con el necesario acuerdo político para obtenerlos. Un acuerdo que desde entonces no se logró y, de hecho, impidió tanto nombrar al Procurador General, como para cubrir la vacante de Highton, en octubre de 2021. Y que sería necesario para que se aprueben los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla, o de quien fuera propuesto por el Ejecutivo.
En otra paradoja, Maqueda (al igual que Rosatti) estuvo entre los convencionales que votaron esa cláusula en la reforma constitucional de 1994. Lo propio podría decirse de Eugenio Zaffaroni, que en octubre de 2014 también se retiró del organismo, una vez alcanzada esa edad.
En cuanto al cordobés, confirmó que podría "haber pensado" en la posibilidad de permanecer en la Corte por otros cinco años, pero que no tuvo oportunidad de hacerlo, porque desde el Poder Ejecutivo se le notificó que debía renunciar. "Yo no tuve tiempo de entrar en eso porque nueve meses, diez meses antes me notificaron que a los 75 años me tenía que ir. Así que a los 75 años hay que irse", sostuvo Maqueda en una entrevista para internet con el periodista Rodis Recalt, difundida en las últimas horas.
En la misma entrevista, Maqueda fue crítico con el temperamento adoptado por el tribunal que aún integra en el caso Fayt. "La Corte fue una de las primeras que desobedeció la Constitución porque declararon la inconstitucionalidad de ese límite en el caso Fayt. Eso fue corregido con el tiempo. Nos tocó a nosotros volver a poner las cosas en su lugar con el caso (que llevó el nombre del juez Leopoldo Héctor) Schiffrin, donde quedó en vigencia la totalidad de la Constitución", añadió. Un precedente ratificado con respecto a la jueza Figueroa, que ahora aplica con plenitud para el propio Maqueda, y que inevitablemente está en el radar de quienes participan del debate sobre la renovación de la Corte santafesina.