El Gobierno aceptó este lunes la renuncia de Juan Carlos Maqueda a la Corte Suprema de Justicia y ahora el alto tribunal de Justicia se quedará solo con tres miembros.
El propio Tribunal dejó sentado en una acordada los mecanismos para funcionar de esa manera. Mientras, el Ejecutivo sigue negociando por Lijo y García-Mansilla, y considerando nombrarlos por decreto.
El Gobierno aceptó este lunes la renuncia de Juan Carlos Maqueda a la Corte Suprema de Justicia y ahora el alto tribunal de Justicia se quedará solo con tres miembros.
Maqueda había presentado su dimisión debido a que cumplió 75 años y como lo establece la Constitución Nacional, tras haber desempeñado 22 años en la Corte Suprema.
A través del decreto 1128/24 firmado por el presidente Javier Milei y el ministro de Justicia, Mariano Cuneo Libarona, el Gobierno aceptó la renuncia de Maqueda presentada el pasado 27 de diciembre.
Ahora se dará la atípica situación que el tribunal quedará conformado por solo tres miembros: se trata de su presidente Horacio Rosatti, el vicepresidente Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti.
Esta situación también se produce porque el Senado aún no aprobó los pliegos propuestos por el oficialismo para que se designe como miembros del alto tribunal a Ariel Lijo y Manuel Garcia Mansilla.
Lijo y Mansilla expusieron su postulación agosto pasado ante la Comisión de Acuerdos del Senado, pero solo tenia posibilidades de avanzar la postulación del juez federal.
Si bien Lijo había reunido las firmas para el dictamen, el Gobierno quiere tratar los dos pliegos juntos y aún no tienen los dos tercios para poder aprobar esas designaciones para integrar la Corte Suprema.
Además, el Gobierno no descarta si logra un acuerdo con el interbloque de Unión por la Patria proponer la ampliación de miembros del tribunal y así impulsar también la designación de una mujer.
Para el caso de que esto no prospere, mantiene activa la controvertida posibilidad de nombrar a los nuevos magistrados por decreto y en comisión por un año, hasta que el Senado se expida.
Ante la situación planteada la Corte firmó una acordada para reglamentar con funcionar con solo tres jueces, y allí estableció que lo hará con el auxilio de conjueces. Lo hizo con la firma de Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz, el saliente Maqueda y la fuerte disidencia de Ricardo Lorenzetti.
La acordada se apoya en que, conforme ya se llevó a la práctica en otros períodos en que la Corte funcionó con integración menguada, para que se dicte un fallo es necesario que haya tres votos coincidentes; número mágico que garantizaría la mayoría aún cuando estuviesen cubiertos los dos cargos vacantes. Pero si uno de los jueces no está de acuerdo esa condición no se cumpliría, y se debe convocar a un conjuez. Los conjueces son los presidentes de las Cámaras Federales de todo el país que se designan por sorteo.
Lo que hizo la Corte en la acordada firmada ahora fue establecer un nuevo mecanismo que permitirá acelerar el sorteo de conjueces, evitando la paralización de expedientes por falta de mayorías en el máximo tribunal. Esta medida pretende evitar el bloqueo de causas y garantizar el acceso a la justicia en tiempo y forma. Pero además, se estableció que un mismo conjuez será designado para resolver casos análogos, asegurando coherencia en los fallos y evitando la atomización de la jurisprudencia que podría derivar en variaciones constantes en las sentencias de la Corte Suprema debido a la rotación de integrantes eventuales.
Al mismo tiempo, el máximo tribunal informó al Senado y al Poder Ejecutivo que las listas de conjueces se encuentran vencidas, lo que podría derivar en complicaciones si los presidentes de las cámaras federales no pudieran integrar el tribunal en determinadas causas. Se espera que ambas instituciones trabajen para actualizar las listas y garantizar la disponibilidad de conjueces idóneos.
Maqueda se retiró el viernes pasado en medio de aplausos de sus pares y de los empleados del Poder Judicial, mientras tocaba una banda de la Policía Federal.
Las muestras de cariño fueron agradecidas por el propio Maqueda que abrazó y saludo a las personas que se acercaron a las escalinatas del Poder Judicial.
Días atrás, Maqueda se despidió públicamente del máximo tribunal y reiteró sus cuestionamientos al gobierno del presidente Javier Milei, al asegurar que el país no puede quedar a "la deriva de hombres que se creen proféticos" y "ponen en riesgo la convivencia democrática".
"No podemos renegar de 300 o 400 años de civilización ni quedar a la deriva de los hombres que, en estos momentos, hacen culto a la personalidad, se creen proféticos y ponen en riesgo las instituciones de la convivencia democrática", sostuvo Maqueda al brindar un discurso en el Patio de Honor del Palacio de Justicia.
En su despedida, el entonces aún ministro de la Corte afirmó que "aunque parezca fuera de moda, tenemos que defender las instituciones de la democracia, la república y el Estado de derecho" en momentos en que "corren serios riesgos".
Maqueda se pronunció de esta manera ante la presencia del presidente de la Corte y del Consejo de la Magistratura, Horacio Rosatti; el vicepresidente del Máximo Tribunal, Carlos Rosenkrantz; autoridades judiciales, magistrados de distintos fueros, representantes del ámbito académico, funcionarios y empleados de la Corte.
En tanto, luego de agradecer a Rosatti y a Rosenkrantz; a quienes lo acompañaron a lo largo de sus más de dos décadas como miembro del tribunal; y al personal del Palacio, Maqueda instó a "sostener los pilares de la división de poderes y la independencia del Poder Judicial".
Asimismo, advirtió que actualmente la "moderación" fue "dejada de lado" y "hoy se transiten los extremos", al tiempo que sostuvo que desde el Poder Judicial se debe "volver a la prudencia" para "con independencia e imparcialidad, dejar sentada nuestra defensa de las instituciones", dijo ante más de 500 personas.
Previamente, Rosatti había definido a Maqueda como "un gran juez y hombre republicano", y resaltó que "se va por la puerta grande" y lo consideró "una referencia y guía" para sus pares y una "voz siempre escuchada, respetada, ponderada y sabia".
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