El especialista en comercio internacional Marcelo Elizondo convino en que la guerra en Ucrania "es una mala noticia para todos" y que operó como detonador inflacionario en el mundo. Pero advirtió que en el caso de Argentina "se sobrepondera" su efecto, que es menor a los factores propios, y que en realidad "los beneficios han sido mayores que los perjuicios".
"Una guerra de esta envergadura tiene impacto mundial, y es algo malo para todo el mundo: nadie sale ganando de una guerra de este tipo, para nadie es una oportunidad de beneficio puro", comenzó estableciendo el analista, en diálogo con El Litoral.
Pero a renglón seguido aclaró que "más allá de lo anterior, con relación a lo que se suele decir, en realidad la Argentina ha tenido un extraordinario auxilio por efecto de la guerra el año pasado, que ha sido el incremento de los precios internacionales de los commodities que exporta. Argentina en 2022 llegó a exportar el récord histórico medido en dólares, que son 82.400 millones. Nunca había exportado tanto. Ahora bien, en términos de volúmenes físicos despachados, despachó un 2,5% menos que en 2021. Y esto es porque la guerra generó un incremento de precios internacionales descomunal. Los precios internacionales promedio para todo lo que vende la Argentina el año pasado estuvieron 17% por encima a los de 2021, que ya eran altos. Por lo tanto, ha tenido un ingreso de dólares motivado porque subieron los precios como consecuencia de la guerra. Que si no hubieran ingresado esos dólares, hubiera tenido mucho más problemas cambiarios de los que tuvo. Es decir que, en particular, los beneficios han sido mucho mayores que los perjuicios.
"Nadie sale ganando en una guerra. Pero aquí se sobreestima los efectos negativos, y se subestima los que favorecieron a nuestro país".
- Pero en la versión del gobierno la guerra fue uno de los jinetes del Apocalipsis, después de Macri y la pandemia...
- El gobierno está diciendo que un problema de la guerra para Argentina fue el incremento de la tasa de inflación. Lo cual es verdad. En el mundo la tasa de inflación ha subido. Pero yo diría que el principal motivo fue la expansión monetaria que hubo en todo el mundo en los últimos años, acelerada por las políticas para contrarrestar los efectos del COVID.
El mundo se dedicó a incrementar el gasto público cuando puso en marcha políticas de asistencia en plena pandemia y en ese marco, cuando vino la guerra la inflación subió por el incremento de los precios. Pero ese incremento fue facilitado por toda esa expansión monetaria que el mundo había llevado adelante de manera bastante irresponsable. Y aún así, la inflación en la Argentina se elevó no tanto por contagio del mundo, sino por problemas endógenos. Su política fiscal, su política monetaria y sus razones económicas que impiden la competencia. En mi opinión, el efecto pernicioso que el gobierno encuentra en la guerra está sobreponderado. De hecho, la inflación mundial promedio en el mundo ha sido el 10% de la inflación promedio normal en Argentina.
- O sea, se sobreestima ese factor externo, con lo cual a la vez se subestima los factores internos.
-Exactamente. Y al revés, se sobreestima la parte negativa de la guerra y se subestima la parte positiva: que entraron 6, 7, 8 mil millones de dólares más que los que hubieran entrado.
- ¿Y a partir de este punto, qué perspectivas se abren?
- Hubo una serie de acontecimientos internacionales que se han venido encadenando. El último es la guerra, el anterior es la pandemia, y antes el inicio de los cambios en el mundo como consecuencia del cambio climático. Ese triángulo ha generado una serie de cambios en el planeta de distintos tipos. Y si la Argentina no acompaña esos cambios en el planeta, se equivoca mucho.
Porque yo siento que la Argentina no está mirando la agenda internacional, está muy metida en sus asuntos domésticos. En general, no hablo solamente del gobierno. Y en el mundo están ocurriendo cambios que si no los atendemos, después vamos a sufrir perjuicios económicos y sociales.
- ¿Cuáles son esos cambios?
- En primer lugar, la profunda revolución tecnológica. El mundo la acelera con nuevas tecnologías para la producción y comercialización de bienes y servicios. En Argentina hay un desacople. El mundo va en un sentido y la Argentina no acompaña.
El segundo gran cambio que está ocurriendo en el planeta es geopolítico. Están reordenándose los roles de los países con nuevas alianzas y la Argentina no está participando en esos procesos. La Argentina es, como dice Felipe de la Balze, amiga de todos pero aliada de ninguno. Eso me parece que puede generar un costo en el futuro.
La guerra tiene efectos coyunturales, pero también estructurales. Por ejemplo, el realineamiento geopolítico o incluso la generación de una agenda de las empresas mundiales que se adaptan a la nueva realidad y van generando sus propios ecosistemas de actuación global. Hay una preeminencia, una relevancia de las grandes empresas mundiales en el planeta, que son las que han permitido sobrellevar muchos problemas. Hoy no habría internet en Ucrania si no hubiera satélites privados proveyendo internet en el mundo. No hubiéramos detenido la pandemia si los laboratorios privados no hubieran desarrollado las respuestas sanitarias. No estaríamos teniendo una adecuación a las nuevas exigencias climáticas si las empresas privadas no estuvieran desarrollando los nuevos estándares de calidad, ambientales, sanitarios, de seguridad, que incluso están exigiendo a sus propios proveedores. Hay un cambio que no es solo político, que también es de las grandes empresas mundiales, y que también me preocupa que la Argentina no esté acompañando.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.