- El motivo del encuentro fue analizar las perspectivas económicas para el próximo año. Considerando el cuadro actual ¿hay motivos para tener buenas expectativas?
El diputado nacional de Juntos por el Cambio disertó en ADE, y aseguró que en un año se puede bajar la inflación al 20 %. Y trazó los caminos para lograrlo.
- El motivo del encuentro fue analizar las perspectivas económicas para el próximo año. Considerando el cuadro actual ¿hay motivos para tener buenas expectativas?
- Estando tan mal como estamos, lógicamente las perspectivas son buenas, si hacemos las reformas que tenemos que hacer. Si no, son sumamente complicadas. Sobre todo si este gobierno sigue en el camino del populismo. Vos fijáte que es un gobierno que, con un déficit fiscal escandaloso, que todo el mundo lo sabe y sabe que se está financiando con emisión, nos está poniendo al borde de la hiperinflación. El dato de inflación de agosto fue 12,4 %, y todo parece indicar que el de septiembre (considerando las mediciones semanales) va a estar también en ese rango, o peor. La inflación mayorista del mes pasado terminó en el 18,7 %, que si lo anualizás te da 682 %. Es escandalosa la inflación, la velocidad a la cual están corriendo. Y el gobierno lo que hace es acelerar en la curva, o sea, elimina el impuesto más importante que tiene la Argentina, que es el Impuesto a las Ganancias. Obviamente que obviamente todos quisiéramos menos impuestos. También quisiéramos sueldos de 500 mil pesos, como proponía Manuela Castañeira. ¿Cómo no vamos a querer eso? Pero es una expresión de deseos, todos sabemos que no se puede y que generaría inflación muy rápido. El Gobierno está dispuesto a ir a la hiperinflación, entonces es fundamental que le torzamos el rumbo, que cambiemos. Y entonces yo creo que sí, si el gobierno asume con los objetivos que nosotros tenemos, que es hacer una reforma monetaria radical desde el día 1, eso va a estabilizar la economía muy rápido. Estoy seguro de que va a ser así, porque lo que vamos a hacer es lo que hicieron Chile, Perú, Colombia. No es una propuesta alocada que requiere cuestiones técnicas muy complejas o que no se haya hecho nunca en el mundo. Es simplemente sacarle a los políticos el Banco Central, para que sea un órgano completamente independiente. Y eso es algo que depende de una ley del Congreso; yo estoy en el lugar indicado, porque voy a estar dos años más en el Congreso, y ya tuve el mensaje de Patricia Bullrich, que es empezar a trabajar para que el 10 de diciembre podamos presentar esa ley con la independencia del Banco Central.
Con la segunda ley, que es un presupuesto absolutamente equilibrado, vamos a empezar a estabilizar muy rápidamente la economía. La inflación se va a derrumbar el año que viene muy rápido. No sabemos dónde va a terminar este año, pero si terminara cerca del 200 por ciento, de 200 a 20 se derrumba el primer año.
- Parece de ciencia ficción
- No, no, es lo que es lo que pasó en otros lugares. Por eso digo que no me crean a mí, vean lo que pasó en Chile, Colombia, Perú, Uruguay, Paraguay y Brasil cuando se aplicó un programa económico de independencia absoluta del Banco Central. La inflación se derrumba la inflación, primero al 20 %. Después, del 20 al 2 % anual, que es lo que uno quiere tener, como todos los países del mundo. Eso tarda un poco más, pero tampoco es magia.
- Es como bajar de peso…
- Exactamente, la analogía no podría ser mejor. La verdad es que Argentina está al borde de la explosión, y va a bajar muy fuertemente la inflación en el primer año. Luego va a quedar para los años siguientes bajar del 20 al 2 %. Pero una cosa es tener una inflación del 1 o 2 % por mes, y otra totalmente distinta el escándalo que tiene Argentina ahora. No estoy justificando una inflación baja, que también está mal y hay que terminarla, pero el resultado más importante es salir del abismo, y a eso lo vamos a conseguir muy rápido.
- Pero un presupuesto equilibrado implica reducir el déficit, bajar el gasto público. ¿Cómo se logra eso, concretamente?
- Bueno, primero, porque no tenemos otra alternativa. Y como vamos a cortarle la maquinita al próximo gobierno, no se va a poder financiar con el Banco Central y además están cerrados los mercados de deuda para Argentina. Eso te limita. Te pone en la misma situación que un gobernador. Si vos le preguntás a Maximiliano Pullaro cómo va a hacer, te va a decir que no tiene otra alternativa que lograr estabilidad, así que tiene que hacer un presupuesto de base cero de arranque y ese presupuesto tiene que ser un presupuesto estabilizado.
Nosotros hoy estuvimos discutiendo en la presentación acá en ADE por lo menos cinco caminos para producir una reforma del Estado que reduzca fuertemente el gasto público. El primero es una política de compras en UVA (unidad de valor adquisitivo que se actualiza según las variaciones en el índice de precios), que va a permitir bajar por lo menos en dos puntos del PBI el gasto consolidado, en Nación, provincias y municipios.
La segunda política es la normalización de subsidios: hay que ir a la eliminación de los subsidios económicos. Algunos están bien, porque hay que ayudar al que no puede; a ésto lo entiende todo el mundo. Pero por ejemplo en materia de transporte, la tarjeta SUBE fue diseñada para que cuando alguien que se pueda tomar un taxi, pueda también tomarse un colectivo con comodidad, pero pagando lo que vale. Pero que cuando se sube un laburante que tiene que tomarse tres colectivos y le representa un esfuerzo más grande, él sí tenga el subsidio. Si administramos los subsidios con ese criterio, vamos a bajar el gasto primero en un punto del PBI, y más adelante en otro punto más.
En tercer lugar se tienen que terminar los privilegios, eso es algo en lo cual Patricia Bullrich está muy comprometida. Cuando se habla de privilegios todo el mundo piensa en la jubilación de la vicepresidenta, pero hay un montón de sectores privilegiados en el Impuesto a las Ganancias y en las jubilaciones. Terminar con eso es otro punto de ahorro.
Abordar el déficit de las empresas públicas es otro punto del PBI en que se puede bajar el gasto. El equilibrio presupuestario de las empresas públicas es algo que se puede lograr bajando el déficit el primer año, un 25 % en el segundo, y consiguiéndolo en el tercer año. Para eso vamos a darle un poco más de poder a los trabajadores de esas empresas, para que sean ellos los que decidan cómo van a producir el ajuste hacia adentro, y que eso no nos genere una situación de conflictividad permanente. Entonces, sabemos cómo hacerlo. Con esa lógica y con estas medidas, vamos a bajar entre 4 y 5 puntos el gasto público en el primer año.
- Habrá que renegociar con el Fondo Monetario Internacional…
- No, la verdad es que no. Yo creo que Argentina no tiene un problema con su nivel de deuda. Puede tenerlo hasta que se normalice, hasta que el mercado vea que el país tiene otra economía distinta, que ha cambiado completamente sus regla de juego. Eso le va a permitir no tomar nueva deuda, porque esa es la decisión del gobierno, del nuevo equipo económico encabezado por Carlos Melconián. Así que es la otra razón por la cual hay que ir al equilibrio presupuestario. Pero la definición es muy clara: no va a haber colocación de nueva deuda, pero sí hay que tener acceso al mercado financiero, para renovar la deuda que se va venciendo, y de a poco dejar de seguir debiéndole al Fondo.
- ¿Qué acuerdos básicos va a ser necesario procurar en el Congreso para que esto funcione?
- Bueno, esto es bastante interesante, porque Juntos por el Cambio es el primer espacio político que no va a necesitar de mayores acuerdos. Porque, si bien depende de las elecciones de octubre, conforme a lo que fueron las PASO, con mucha probabilidad vamos a tener mayoría por primera vez en la Cámara de Senadores, y una primera minoría muy holgada en la Cámara de Diputados. La cuenta nos da 109 diputados para nosotros y 94 para el kirchnerismo. Con eso nos faltarían 20 diputados para el quórum, pero hay muchos espacios donde se puede conseguir el apoyo circunstancial para cada ley. O sea que el Congreso no va a ser un problema para nosotros. En cualquier escenario vamos a estar muy bien.
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