Martes 14.12.2021
/Última actualización 11:33
En la quinta de San Vicente, donde descansan los restos de Juan Perón, Máximo asumirá la presidencia del Partido Justicialista de Buenos Aires. El kirchnerismo, derrotado electoralmente en el mapa del país productivo y de clases medias en declive, repliega su base estratégica al conurbano pobrista y se reserva el manejo de las partidas clave de las cuentas nacionales. Incluso con la primera minoría debilitada del Frente de Todos en el Congreso.
Basta mirar, por ejemplo, los “pilares” que este lunes presentó Martín Guzmán en el presupuesto 2022. Allí hay previstos $ 197 mil millones para las rutas en todo el país, y $ 133 mil millones para las obras de Aysa. Es la empresa que maneja Malena Galmarini, la esposa de Sergio Massa, que ofrece en el conurbano agua y cloacas con financiamiento de todos los argentinos, que a su vez -por caso los santafesinos- también pagan por eso mismo en sus propios distritos.
Sin que se le altere la apariencia académica, Guzmán ratificó ayer en la comisión de Presupuesto de Diputados que la inflación en el país será del 33% en 2022. Recalculando: prometió 29% en el presupuesto de 2021, que cerrará en torno del 52%. Con deliberada negación de los hechos, afirmó incluso que los controles de precios son la estrategia contra la inflación ante el FMI, mientras Roberto Feletti apenas logra ofrecer asado barato para Navidad y Año Nuevo… en el conurbano.
Subestimar la inflación es recaudar en base a la mentira premeditada y alevosa. Este año el crédito estimado de ingresos era de $ 6,9 billones, pero ya se recaudaron $ 8,6 billones y el gasto apunta a 10,9 billones. La diferencia, no presupuestada, se debe a mejoras que por ejemplo procura el IVA gracias a la inflación. Y la maneja la Casa Rosada “a sola firma”,incluyendo una emisión espuria de $ 1,5 billón en el ejercicio 2021, que no supone cuota de coparticipación obligada.
¿Tiene Alberto Fernández la birome, como dice Cristina? Formalmente es así, excepto que la caligrafía presidencial revela un dictado elemental del primer grado del manual del Instituto Patria.
Potenciar Trabajo y Plan Alimentar -que manejan el Movimiento Evita a través de Emilio Pérsico y La Cámpora, respectivamente- llevan “invertidos” $ 400 mil millones y tendrán otros $ 72 mil millones para evitar sobresaltos antes de fin de año, mientras Máximo asume en el peronismo, que busca cómo sortear las leyes bonaerenses para la reelección de los barones del conurbano.
No hubo en el informe de Guzmán ningún detalle sobre cómo convertir los planes en trabajo; eso mismo había prometido -en vano- Daniel Arroyo. Mientras tanto, hay señales en los decretos presidenciales, firmados por el que tiene la birome, que ratifican el privilegio kirchnerista en su distrito de base.
En el DNU 809 del 26 de noviembre, el presidente ordenó (a sola firma, sin pasar por el Congreso) nuevas autorizaciones para obras de inversión con incidencia en ejercicios futuros. Por ubicación geográfica, hay $ 262 millones para la provincia de Buenos Aires, con $ 14.673 millones de 2022 en adelante. A nivel nacional, las dos columnas marcan $ 200 millones cada una; en inversiones interprovinciales, $ 18 y $ 4.871. ¿Santa Fe..? no está en la lista. Sí Formosa: Insfrán recibe $ 39 millones este año y $ 349 millones más desde en ejercicio por venir.
En los análisis de la Oficina Nacional de Presupuesto del Congreso de la Nación, el ministerio de Desarrollo Social que administra Juan Zabaleta (sí, un intendente del conurbano en licencia) pasó de un crédito inicial de $ 255,7 mil millones a uno vigente de $ 535,9 mil millones. Es decir que la Casa Rosada amplió “a sola firma” más de la mitad del presupuesto social.
Guzmán -siempre con circunspección académica- ha subestimado la inflación del 2022 en al menos 20%. Allí hay recursos no presupuestados que se manejarán una vez más a discreción. Para tener una idea de su magnitud, al mes de noviembre de 2021, la Provincia de Buenos Aires recibió del Ejecutivo nacional $ 152.921 millones “a sola firma”, lo que supone un 38% del total repartido por esa vía desde la Casa Rosada. La “birome” presidencial le mandó 5% a Santa Fe.
El ministro pasó por la comisión de Presupuesto con una certeza -hay que votar antes de fin de año- y muchas dudas. El acuerdo con el FMI, las exigencias de ajustes (obras, jubilaciones, salarios) o incluso el cobro del juicio por los descuentos ilegales de Cristina a la coparticipación federal que le correspondía a Santa Fe. Todo es una incógnita inminente, excepto la cancha inclinada hacia el conurbano.