Milei volvió del Foro de Davos a una Casa Rosada presionada por el Congreso
La semana del gobierno de Javier Milei estuvo marcada por dos cuestiones que considera fundamentales: el Foro de Davos y el avance del DNU y la Ley Bases en la Cámara baja.
Milei volvió del Foro de Davos a una Casa Rosada presionada por el Congreso
El líder de La Libertad Avanza se había mostrado crítico al coloquio empresario antes de confirmar su presencia, pero entendió con el correr de las semanas que era la oportunidad para potenciar su figura a nivel internacional, aunque ello significara criticar la agenda 2030 que se promovió desde Suiza.
Si hay algo que no escapa al actual mandatario argentino es la mediaticidad que requiere la política nacional y a nivel global. Sabía que su discurso debía tener palabras clave y contrastables como “colectivismo”, “socialismo”, “libertad” y “capitalismo”, entre otras. En los pasillos de Casa Rosada más de un comedido relacionó eso de “occidente está en peligro” con lo de “la Patria está en peligro”. Al fin y al cabo, de eslóganes simples y contundentes están hechos los relatos.
Los asesores presidenciales que se quedaron en Balcarce 50 subrayaron que la exposición de su jefe tuvo claros destinatarios, los empresarios. Milei los calificó de “héroes”; de ser “los protagonistas de esta historia”, y les dio un consejo que los líderes políticos atendieron de reojo: “No se dejen amedrentar ni por la casta política ni los parásitos que viven del Estado”.
Suficiente para conjugar disrupción dialéctica con vínculos empresariales y capitostes de organismos internacionales de crédito como el FMI. No fue casualidad el pedido de selfie de la mismísima Kristalina Georgieva y su segunda, Gita Gopinath. Postales de un fenómeno que no necesitó que las mujeres del Fondo hicieran público, pero si guardaran para mostrar a familiares y amigos. “Elon Musk dixit”, esbozó sonriente uno de los cráneos de la comunicación libertaria que camina el Patio de las Palmeras cotidianamente.
Cuando las luces de Ginebra se apagaron, retornó a la comitiva presidencial que aterrizaba en Ezeiza la presión de las negociaciones parlamentarias que siguen a cargo de Martín Menem, asesorado por su padre Eduardo y Santiago Caputo, quienes estuvieron con él varias horas junto al ministro del Interior Guillermo Francos y otros operadores que cruzan Callao varias veces al día desde el Anexo de Diputados al Savoy (y viceversa). Por estos días de negociación fina, darse una vuelta por el lobby bar del lujoso hotel resulta más entretenido que el plenario de comisiones que bajó en intensidad. Allí se puede ver a comisionados que van desde Carlos Kikuchi, pasando por Omar de Marchi (secretario de Relaciones Parlamentarias) y el radical Francisco de Loredo, hasta el jefe del bloque de Hacemos Coalición Federal, Miguel Angel Pichetto.
El presidente Javier Milei al llegar este viernes al país luego de su participación en el foro de Davos.
Varios de ellos infieren que se necesitan algunas jornadas más con el objetivo de acordar detalles de un dictamen de mayoría que pase lo antes posible al Senado. Los principales puntos para tener en cuenta a la hora de intentar sellar acuerdos: jubilaciones, retenciones y privatizaciones. En el medio habrá que convivir con el paro y movilización de la CGT el próximo 24 de enero, que sumó a sectores kirchneristas encabezados por La Cámpora, gobernadores del PJ, organizaciones sociales y organismos de Derechos Humanos, que más allá de su presencia no tendría peso en el marco de las negociaciones parlamentarias, pero sí acaparará la atención de quienes han quedado desamparados de tándem CFK-Massa-Alberto Fernández. Consultado por este medio por la suma de fuerzas contra las iniciativas del oficialismo de cara al miércoles, el vocero presidencial Manuel Adorni apuntó: “Nosotros impulsamos cambios para una Argentina distinta y ellos parando y haciendo que un montón de gente no pueda ir a trabajar”. En este contexto ya está claro que la sesión en Diputados, tan ansiada por Milei, será después de la marcha opositora.
Utilizando la misma estrategia que en la convocatoria del 20 de diciembre, el Gobierno decidió habilitar la línea 134 con el fin de que quien se sienta obligado a parar haga su denuncia anónima, y agregó con el propósito de meter más presión, el descuento de la jornada laboral a los empleados de la administración nacional que adhieran al paro. “El salario es una contraprestación y quien no trabaje, es razonable, que no cobre”, advirtió el vocero presidencial Manuel Adorni, desde su atril del segundo piso de Balcarce 50 en una de sus habituales conferencias de prensa.
En el palacio gubernamental se percibe que la principal confianza de la administración libertaria sigue estando depositada en las encuestas que continúan dando una contundente imagen positiva al jefe de Estado. Los analistas libertarios entienden que mucha de esa buena noticia tiene que ver con el potente rechazo que mantiene el peronismo –en casi todas sus versiones- en la mayoría de la sociedad. “Esas son las facultades especiales que tiene Javier”, refrendó uno de los dirigentes que más visita el despacho donde está el sillón de Rivadavia.
Por ahora, desde el Palacio de Hacienda se predica que la dolarización debe esperar. “Todavía no están dadas las condiciones” para eso, y muchos menos, levantar el cepo, repite como un mantra Luis ‘Toto’ Caputo, que a su vez manifiesta en privado que, más allá de las elucubraciones de su propio equipo, la brecha entre el dólar oficial, financiero y el blue, tiene una sola explicación, la falta de billetes verdes. Por eso su táctica -descartado el “megacanje”- es generar la confianza suficiente que favorezca la posibilidad de que el Fondo Monetario entregue nuevas remesas a la Argentina. Por eso, mostrar un fuerte plan de ajuste y terminar con el déficit fiscal en tan urgente como la aprobación del paquete de proyectos enviados al Congreso.
Por lo pronto, con el presidente Milei en Olivos después de retornar de Europa, y en reuniones permanentes con Francos, Luis Caputo y el asesor Federico Sturzenegger, han decidido plantear a los legisladores opositores una –por ahora- última oferta, donde proponen con el objetivo de que se apruebe la denominada ley ómnibus en la Cámara de Diputados, limitar el plazo de vigencia de la emergencia de 4 (2+2) a 2 años, más un año prorrogable por el Poder Ejecutivo; la eliminación de la emergencia de Defensa, Social y Sanitaria; fijar el 0% en materia de derechos de exportación a las economías regionales; limitar/eliminar la facultad para aumentar dichas retenciones, y que para que el PEN pueda liquidar activos del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) se deba contar con un dictamen previo favorable de la Comisión Bicameral de Reforma del Estado y del Seguimiento de las Privatizaciones establecidas en la Ley 23.696.
Entre otro de los puntos más relevantes de la propuesta oficial, se establece la eliminación de YPF del listado de empresas a privatizar y el aumento del corte de bioetanol y biodiesel, eliminando la libre importación de biocombustibles. El documento enviado a los bloques no kirchneristas agrega otras alternativas adicionales que habrá que ver cómo recepcionan los legisladores.
Según fuentes oficiales, los intercambios de sugerencias entre la administración central y las bancadas que Adorni -en on- llamó “razonables”, continuarán durante todo el fin de semana, mientras que en las filas mileístas apuestan contrarreloj a no tener que prorrogar el período de Sesiones Extraordinarias al mes de febrero, algo que, de todos modos, no se puede descartar.