Una mirada integral para bajar los índices de violencia en Santa Fe: el desafío del Nueva Oportunidad
La provincia relanzó el plan provincial que en su momento impulsó la gobernación de Miguel Lifschitz. En un contexto distinto y una realidad social y económica acuciante, se renueva la apuesta por crear y mejorar vínculos, y "pensar trayectorias de vida y no de muerte".
Una mirada integral para bajar los índices de violencia en Santa Fe: el desafío del Nueva Oportunidad
En los últimos días de abril el gobierno de la provincia de Santa Fe relanzó el Nueva Oportunidad, un programa de inclusión social que estará bajo la órbita del Ministerio de Igualdad y Desarrollo Humano y cuyos destinatarios son chicas, chicos y jóvenes de entre 12 y 35 años.
El "Nueva" no es nuevo en la provincia: estuvo en vigencia desde el año 2016 impulsado por la gestión del entonces gobernador Miguel Lifschitz, llegó a involucrar a más de 13 personas y el trayecto desarrollado llegó, incluso, a la edición de un libro: "Nueva Oportunidad. Las huellas de un camino".
Desde entonces, la realidad cambió en forma radical luego de una pandemia que puso en jaque la respuesta sanitaria pero trastocó la vida de todos y todas. Y en un contexto social y económico donde la violencia parece, en algunos espacios, el único pan que se come todos los días.
Tan distinto es el contexto que en esta reedición la población objetivo está compuesta, de arranque, por 15 mil jóvenes. Y la franja etaria comprendida que ocho años atrás empezaba a los 14 años, inicia ahora a los 12 y se extiende hasta los 35.
Los objetivos, que mantienen como constante la importancia de abordar a las personas en su integralidad, fueron presentados en Rosario, ciudad que en su momento fue punta de lanza del programa. Y a mediados de mayo se expondrán en la capital santafesina.
Andrea Travaini es directora del programa que se enmarca en la secretaría de Políticas de Inclusión y abordajes Sociales a cargo de Ramón Soques.
En diálogo con El Litoral, la funcionaria señaló que el arranque en Rosario y Santa Fe se explica en que la meta "es mejorar la convivencialidad y bajar los índices de violencia en las grandes urbes". Sin embargo, "ya es decisión del gobernador Maximiliano Pullaro y de la ministra Victoria Tejeda que se extienda al resto de las ciudades o comunas donde tengamos población objetivo, es decir, niños, niñas y jóvenes de entre 12 y 35 años que estén atravesados por situaciones de violencia con familiares privados de la libertad, intervenciones de Niñez, vinculados a consumos problemáticos o en situación de violencia de género.
- ¿A cuántos niños, niñas y jóvenes va a alcanzar este programa?
- En la primera etapa son 15 mil jóvenes, pero no tiene techo; va de menos a más porque vamos a trabajar con esta herramienta dentro de un marco más amplio que incluye a Intervenciones Barriales Focalizadas y el Plan Abre.
En ese marco, el Nueva es una herramienta más de las que tenemos junto a otros programas. Por eso el objetivo podría ser superado si vemos que hay más población a la que tenemos que llegar.
Andrea Travaini, directora del Programa Nueva Oportunidad.
- Esta edición ¿recupera el trabajo que se hizo en la anterior gestión u observan que son necesarios otros objetivos?
- Es un programa de inclusión social que recupera mucho de lo que dejó en su momento, pero en cuatro años ocurrieron muchas cosas en el territorio: pasó la pandemia y hubo reconfiguraciones que requieren de una plasticidad extra en su implementación. No puede ser un programa rígido, sino que se tiene que adaptar a los espacios adonde hay que ir a buscar a una organización que acompañe para crear cierta grupalidad con los jóvenes.
Recupera lo más importante que es, para nosotros, la figura de los acompañantes y la del Tercer tiempo, que es la instancia en la que se pone en juego este punto en el que insistimos mucho y que es la convivencialidad, la posibilidad de crear lazos, y pensar trayectorias de vida y no de muerte. Y poder torcer algo de algunas historias familiares que parecen marcadas a fuego en los más jóvenes. En ese punto vamos a hacer hincapié ofreciendo herramientas que pueden ser trayectos pedagógicos en la formación en un oficio o en inserción laboral, pero que no son los objetivos principales. Si, en el camino, esa opción aparece como una meta que se plantea el joven lo vamos a acompañar.
- ¿Cuál es el objetivo? ¿Encontrar a los jóvenes que están en situaciones de vulnerabilidad y que puedan reinsertarse?
- Primero, encontrarlos. Segundo, proponerles otros trayectos de vida que no estén ligados a la muerte; reflexionar sobre su propia historia y a partir de ahí enhebrar con otras instituciones del Estado, escuelas, salud; porque son jóvenes que están desafiliados, es decir, por fuera de todas las organizaciones o instituciones estatales. Y sin embargo cuando los vamos a buscar, sus familias tuvieron distintas intervenciones estatales en algún momento de su historia.
Entonces, hay un trabajo para con los jóvenes y también al interior del Estado acerca de cómo intervenimos y en qué momento de la vida de las personas lo hacemos. El Estado tiene la tarea de pensar a las personas en su integralidad.
Tejeda, en la presentación de la renovado programa
- La presencia del Estado va a ser muy fuerte.
- Si, claro. La cabeza es el Estado pero por si solo no va a alcanzar. Si no podemos sumar a empresas, privados y otras personas, el Estado se va a quedar corto.
Estamos trabajando para sumar instituciones, sindicatos y grupos empresarios, quizás no en el primer momento pero si para pensar en las oportunidades laborales con inserción cuando empiecen a hacer los trayectos formativos.
- Es una franja etaria muy amplia, de 12 a 35 años. ¿Se van a dividir por grupos?
- Si, los de 12 a 14 componen un grupo al que se propone (a ellos y a las instituciones) todo lo que tiene que ver con lo recreativo, educativo y deportivo. No son trayectos de formación profesional en un oficio sino más vinculados con la prevención. Para los más grandes también proponemos actividades culturales, recreativas y deportivas porque entendemos que es un derecho el de jugar y hacer un deporte, además de formarse.
El relanzamiento del programa destinado a chicos y jóvenes de entre 12 y 35 años se hizo en abril, presidido por el gobernador Maximiliano Pullaro, en Rosario. A mediados de mayo se repetirá en la capital provincial.
- ¿Quedó algún registro de los chicos y chicas con quienes se trabajó en la primera edición del programa como para saber dónde están ahora?
- Muchos siguieron vinculados a las organizaciones con las que trabajaban y cuando empezamos a hacer las recorridas los encontramos; no partimos de cero. Por otra parte, a muchos que no lo conocían y trabajaron en la última gestión con el Santa Fe Mas le estamos haciendo la propuesta para que tomen este desafío y que podamos pensar en cómo acompañar a estos jóvenes. Muchos aceptaron y vamos a intentar transitarlo juntos para incorporar estas figuras del acompañante y el Tercer tiempo.
Cuando se pregunta cual es el objetivo del programa, creo que hay que trabajar en otras identidades juveniles de manera que no estén vinculadas a la violencia, pero sin ignorar el marco en el que los pibes viven porque, si no, sería una irrealidad. El subtítulo del programa es "construyendo comunidad" porque tiene que ser una oportunidad para los pibes pero también para nosotros como comunidad entender que no podemos mirar para otro lado. Tenemos que acompañar desde el cuidado y el afecto, desde un abrazo o el comentario positivo en alguna cosa mínima que pasa con alguna de estas grupalidades, con alguna oportunidad de inserción laboral. Es más amplio que pensar solo en los destinatarios.