El conocido dirigente de la izquierda clasista es precandidato a vicepresidente, junto a Myriam Bregman, por una de las dos fórmulas del Frente de Izquierda. Advierte que "por definición, ninguna expresión de la derecha puede ser rebelde".
Nicolás del Caño terminaba el secundario, vivía cerca de la cancha de Belgrano y también de la Cervecería Córdoba, a cuya toma (que duró más de 100 días) se sumó con compañeros del Centro de Estudiantes. Con tantos otros rumbos que luego tomó su vida, casi se le fue la tonada, pero no lo que vivió en aquellos años en La Docta. Sigue siendo "pirata" del barrio Alberdi pero también "me ha marcado lo que vivimos en la pelea en la cervecería, que me hizo ver de qué lado está cada uno".
La fábrica se cerró y se perdieron esos puestos de trabajo, tras "una violenta represión de los gobiernos de los dos partidos patronales más importantes" en 1998: el radicalismo en la provincia y el peronismo a nivel nacional.
"Un helicóptero sobrevolaba y se decía que era por la seguridad en el fútbol; espiaba a la fábrica de cerveza ocupada", recuerda.
Antes de la grabación de la entrevista, recibe con interés la historia del liso y la razón de esa palabra que desconocía, y que cualquier santafesino de bien puede relatar. Más adelante hablará del valor del tiempo libre, que tanto tiene que ver en Santa Fe con los vasos sin adornos, transparentes y helados.
- Esta vez, ninguno de los cuatro precandidatos que parecen tener más chances se esfuerza por parecer progresista, o decirse de izquierda.
Del Caño: - Todo está a la vista. Hay que mostrar la utilidad del voto a la izquierda. Nosotros no los vamos a traicionar. Los demás nos hablan de un ajuste como si hoy no lo hubiera y es porque el poder económico busca un salto en ese ajuste para cambiar el modelo de producción con reforma laboral que quite derechos y profundizar el extractivismo.
- ¿Cómo es que la derecha, los "reaccionarios" se han quedado con los valores de la rebeldía? Y lo que es peor, ¿cómo se quedaron con la idea de libertad?
- Milei ha sido construido por el poder económico y no expresa rebeldía, sino fracaso. El del sistema capitalista en la Argentina. No es más que enojo y desesperación de sectores que hoy la pasan mal. No puede por definición haber una rebeldía de derecha.
- ¿Y para qué lo habrían impulsado a Milei? Hoy hay muchas críticas a su figura.
- Para instalar una agenda muy afín al gran empresariado, a lo más concentrado del capital, como la reforma laboral para quitarles conquistas a los trabajadores que aún mantienen derechos de años de luchas; otra reforma previsional para lograr una licuación aún mayor de las jubilaciones y volver al régimen de capitalización con las AFJP. Al ponerle rótulo de "socialista" a cualquiera Milei corre todo a un lugar que muchas veces nos hace gracia… y nadie le repregunta.
- ¿Por ejemplo?
- Y…dice que Rodríguez Larreta es socialista. Su papel es que esos candidatos con el visto bueno de los empresarios parezcan a su lado moderados y prudentes.
- (Risas)
- Queremos disputarle apoyos a los que quieran una verdadera opción de rebeldía. Tiene su núcleo duro ideológico de desencantados con el gobierno de Mauricio Macri, radicalizados a la derecha. Pero en otros casos simplemente están confundidos. No comparten sus políticas pero están dispuestos a votarlo.
- El enojo otra vez.
- Los trabajadores la están pasando muy mal, además de los desocupados y los subocupados que el sistema expulsa. Para vivir se necesita tener dos y hasta tres trabajos y por eso nuestra propuesta no es demagógica, es de lucha: imponer la jornada laboral de 6 horas 5 días a la semana es la manera de recuperar los salarios y también hacer que haya más puestos de trabajo. Obviamente las patronales quieren lo contrario, avanzar requiere tocar los intereses de los poderosos.
- Es una lucha que exigiría una fuerte solidaridad.
- El tiempo tiene un valor enorme. Para tu familia, para lo que te gusta, para no enfermarse, no sufrir secuelas físicas y de salud mental, no caer en adicciones... Eso es realmente mejorar la calidad de la vida laboral.
Hablo con operarios industriales que creían que con la máquina nueva iban estar más aliviados. En efecto, donde había tres empleados ahora hay uno. Pero te lo dicen: "quedé esclavo de los nuevos ritmos de producción". Pasa en las fábricas y en otros trabajos que ya no tienen horarios, vía internet, con acoso constante por el celular.
- ¿La tecnología no es acaso parte del progreso?
- Los avances tecnológicos están en todo el mundo laboral pero eso no redundó en una mejor situación de los trabajadores. Se multiplicó la productividad del trabajo pero no su retribución, ni mejoró su calidad de vida.
- También hay más empleos más flexibles, por ejemplo con las aplicaciones.
- Hay una trampa ahí que el oficialismo presenta como su logro. A diferencia de los '90 cuando teníamos el fenómeno del desempleo masivo, hoy hay más trabajos llamados flexibles, que son de explotación y precarización laboral. El supuesto "asociado" no tiene derechos. Ese es el modelo que se busca cuando se habla de modernizar la legislación laboral. Luchar contra eso requiere recuperar los sindicatos.
Octavio Crivaro (precandidato a gobernador) - No quiero dejar pasar por alto lo que se mencionó antes. Nosotros de ninguna manera resignaríamos en el Frente de Izquierda la defensa de la libertad. Esta nueva derecha acota la libertad a lo individual. Nosotros creemos que no hay transformación si no es colectiva. Te dicen sé tu propio jefe, pero solo se libre para competir con otros cientos de miles que también serán su propio jefe. Una meritocracia de trabajadores precarizados que no es más que darwinismo social: sobrevive el que se rompe el lomo trabajando, tracción a sangre humana, premio para el que no se baja de la bicicleta, ni suelta el celular. Y que esas reglas sean para todos los trabajadores. Que no tengan tiempo para sí. Muchas veces se confunde nuestra izquierda, trotskista, con otras posiciones. Queremos socialismo y libertad. Una democracia de mucha más alta intensidad. Nosotros rechazamos los fenómenos de gobiernos latinoamericanos que se dicen socialistas para negar libertades y explotar cruelmente a sus trabajadores, como en Venezuela o Nicaragua. Somos antiimperialistas pero no avalamos ni su retórica ni a esos gobiernos. Ahí no somos oficialistas. Queremos lo que no sucede ni ha sucedido en Cuba o China. Buscamos un socialismo basado en la abundancia, gracias a la racionalidad de la distribución.
- Del Caño: Queremos que los trabajadores puedan decidir todos los días, democráticamente, con igualdad real. Defendemos todos los derechos democráticos, por eso rechazamos la reforma constitucional de Jujuy que por ejemplo buscaba quitar las elecciones de medio término, la participación, y prohibir la protesta. Somos los únicos que votamos en contra: el radicalismo y Cambiemos propusieron esos artículos reaccionarios y el peronismo los apoyó.