El presidente que se va y el que resultó electo coincidieron este domingo por la mañana en una misa “por la unidad y la paz”, en la basílica de Luján. Ambos en primera fila, con sus seres más cercanos y colaboradores.
El presidente que se va y el que resultó electo coincidieron este domingo por la mañana en una misa “por la unidad y la paz”, en la basílica de Luján. Ambos en primera fila, con sus seres más cercanos y colaboradores.
El presidente que se va terminará su mandato en tiempo y forma, en un contexto de crisis económica e incertidumbre general y el desamparo para más del 40 % de una población pobre o empobrecida. Pero, más allá e toda valoración, va a concluir sus cuatro años constitucionales de gobierno y gestión. Es el primer mandatario no peronista que lo hace.
El presidente y la vicepresidenta que se van entregarán atributos y tomarán juramento -respectivamente- a las autoridades encargadas de gobernar el país desde el 10 de diciembre, por decisión del voto popular.
Tres hitos que la historia reciente -y no tan reciente- del país han revestido del carácter de extraordinarios. Y cuyo principal desafío para la clase dirigente y para toda la sociedad, es que a partir de ahora dejen de serlo.