Tras un fin de semana atravesado por un duro cruce de acusaciones entre provincia y Nación a raíz del drama que padece la ciudad de Rosario en materia de seguridad, ambas jurisdicciones retomaron el diálogo. Fue a partir de una reunión que este lunes a última hora mantuvo el gobernador Omar Perotti con el presidente Alberto Fernández. El encuentro fue a solas en Casa Rosada sin prensa ni fotógrafos. Fue tenso en el inicio, con reproches y con compromisos asumidos, después.
Según pudo saber El Litoral, el presidente se comprometió – por ejemplo- a "revisar" el accionar de la Nación en territorio santafesino para intentar frenar el avance violento del narcotráfico. Prometió, también, acelerar la instalación en Rosario de una sede la Unidad de Información Financiera (UIF), y enviar al Congreso en extraordinarias los proyectos para fortalecer la estructura de la justicia federal en la provincia. Perotti pidió, además, que se instalen inhibidores de señales en los penales federales, e insistió en la necesidad de reforzar la presencia de fuerzas federales en Santa Fe, pero con más logística y recursos para garantizar un mejor despliegue y desplazamiento. El gobernador le pidió al presidente, además, que "se involucre" y registre lo que "a diario" sucede particularmente en Rosario, sobre la base de ratificar que el problema es también de Nación atentos a que los ilícitos más resonantes son de jurisdicción federal.
Perotti repitió ante el presidente lo que había dicho más temprano en declaraciones periodísticas en esta ciudad; el mandatario le planteó que desde este miércoles, tendrá en su gabinete a un hombre que conoce Rosario a su perfección para narrar en primera persona lo que allí sucede. Perotti aludió a Agustín Rossi, quien asumirá en las próximas horas como Jefe de Gabinete. Fue una expresión con ironía; ambos – Rossi-Perotti- prácticamente no tienen relación desde la confrontación interna que protagonizaron en las últimas elecciones legislativas nacionales. El gobernador también tiene un vínculo espinoso – quedó a la vista con el cruce del último fin de semana- con el ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández. La política partidaria es la que dejó huellas y mella los lazos en los dos casos. La institucionalidad debería estar por encima de las rencillas internas; la gravedad de los hechos que mantienen en vilo a la sociedad no deja margen para otra cosa. El gobernador dice estar dispuesto a "no mezclar" la política con ello; resta saber qué actitud adoptará el resto de los interlocutores.
La conversación – discusión, en los primeros tramos- de este lunes en Casa Rosada fue el corolario de una confrontación verbal que fue escalando entre el propio Perotti y Aníbal Fernández. Tras nuevas balaceras en Rosario, el mandatario había reclamado a Nación mayor asistencia; el ministro respondió diciendo que Perotti no sabía de seguridad y que debía ser el propio gobernador quien resolviese el problema con su policía. Perotti replicó con una sentencia: "La Nación abandonó a Santa Fe". El domingo, la respuesta de Nación llegó a través de una solicitada publicada en los diarios con la enumeración de las acciones supuestamente desplegadas durante los últimos meses en territorio santafesino. Mientras los cruces discursivos se generaban, más víctimas se sumaban a la lista que en la ciudad de Rosario, ya cuenta casi cuarenta crímenes en lo que va del año.
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