Palo Oliver: "No puede haber grieta en la gestión y en el manejo de la pandemia"
El diputado radical relató la experiencia de su proceso de contagio, internación con intubación y su posterior proceso de recuperación. "No se puede permitir lo de Médicos por la Verdad" afirmó y relató un crudo episodio vivido en la clínica con la difusión de la protesta del sector.
Con 18 kilos menos, marcas en el cuello de los tratamientos utilizados para oxigenarlo, todavía alguna dificultad para manejar su miembro superior izquierdo y la vitalidad política a pleno, el diputado Fabián Palo Oliver volvió en esta semana a su oficina y retomó su actividad legislativa tras los 73 días en que el Covid 19 lo tuvo internado, primero en el hospital José María Cullen, y luego en el Centro Integral de Rehabilitación Aprepa en la localidad de San Jerónimo Sur, dpto San Lorenzo. "No puede haber grieta en la gestión y en el manejo de la pandemia", señala como afirmación ante la actual situación.
"Estoy con alta médica, sigo con la rehabilitación por la lesión del brazo. Voy al Centro de Rehabilitación e Investigación Dr. Esteban Laureano Maradona de esta ciudad tres veces por semana para hacer trabajo en gimnasio, meter carga y volver a tener masa muscular en los brazos; en las piernas ya lo he recuperado y allí es impresionante lo que ayuda la pileta", explica a El Litoral
"No. Nunca me imagine que mi iba a tocar el Covid de esta forma. Yo exageraba con el uso del alcohol en gel y el cuidado" admite en una larga charla con El Litoral y con C&D donde relata la experiencia vivida donde hay largos días en blanco que corresponden al lapso en que estuvo intubado e incluso corriendo serio riesgo su vida. El agradecimiento al personal de salud, pero también al aguante de Gabi, su pareja, y al respeto con que los medios de comunicación de la zona trataron el tema. "Mi familia optó por algún parte médico para no sumar preocupación a mi madre que tiene 81 años y a quien le fueron informando en forma dosificada sobre mi estado de salud".
-¿Qué te dejó como enseñanza este proceso?
- Hay tres cosas que remarco: primero, que respeto a todos los sectores que se manifiestan (monotributistas, autónomos, comerciantes que no pueden producir), son sectores que generalmente se manifiestan en forma responsable. Los respeto y tienen derecho a manifestarse porque el Estado no supo, ni quiso asistirlos como corresponde. Hubo una asistencia más simbólica que efectiva para que muchos evitaran fundirse o que puedan subsistir dignamente. Segundo, no hay que darle lugar, ni reproducirlos - y el Estado debe ser muy firme en esto- con los negadores de la pandemia. Antes de contraer el Covid fui muy respetuoso de las decisiones sanitarias que tomó el gobernador o el intendente. Jamás lo discutí, jamás discutí si había presencialidad o no en las escuelas. Esas decisiones tienen que ver con el asesoramiento que les dan a los que están a cargo de los ejecutivos. Es más, fui crítico porque muchas veces no escucharon a tiempo a las ciencias médicas. Los profesionales de la salud son los que ven curvas de contagio, sistema sanitario, etc. Podemos discutir desde la política cómo se gestionó la pandemia, la vacunación. Santa Fe está última en el país en cantidad de vacunas, es una de las más lentas en vacunar, seguimos sin vacunar los fines de semana. Esto es válido para discutir desde la política, lo que no se puede discutir es lo que no discute el mundo ni la OMS y allí sí repudio a los negacionistas, anticuarentena. No solo a este grupo de disparatados e imbéciles de médicos por la verdad sino también a algunos que lo hacen desde la política. Lo de (Elisa) Carrió -para poner un ejemplo, es patético. No puede haber grieta en la gestión y en el manejo de la pandemia.
Tercero: no estamos cuidando a los verdaderos héroes de la pandemia que es el personal de salud: médicos, enfermeros, auxiliares y el personal de mucama. Tengo dos ejemplos para remarcar. Claudia era la enfermera que me asistía en el Ala 3 en los momentos más difíciles. El año pasado había perdido un hijo de 32 años que era quien trasladaba a todo el personal auxiliar y de enfermería a los distintos destinos. Contrajo el virus y se murió. En la otra ala, Rita estaba trabajando cuatro días después de haber perdido a su mamá cuando por convenio tienen siete días de duelo. No se consiguen reemplazos. Ese persona, con toda las mochilas, las historias personales están poniendo el cuerpo y alma para cuidar, asistir a cada uno de los contagiados por Covid. Cuidarnos es necesario no solo en lo personal, sino también para proteger al personal de salud porque no habrá quien nos cuide en el corto plazo.
Hoy Palo Oliver ya volvió a las reuniones políticas con los cuidados indicados, asumió la presidencia de la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados a pedido de las autoridades de bloque. Luego, trota, anda en bicicleta y lo espera el desafío de su médico y amigo Mario Montenegro quien le propuso el desafío de correr maratones cuando la vida vuelva a ser más normal.
Negacionistas
En los últimos cuarenta días de internación, Palo Oliver compartió la habitación con Jorge, un rosarino que también estaba recuperándose. Se fueron de alta el mismo día. "Era un tipo calmo, de hablar pausado. El día de la protesta de los negacionistas en el Monumento a la Bandera en Rosario le avisan de la muerte de su hermano por Covid y empezó a insultar por la imagen de la protesta que le traía la pantalla de televisión. Le informaban de la muerte del hermano y esos tipos en el parque negaban la enfermedad. Nunca lo ví tan sacado a Jorge, y lo entendí".
El calvario de 73 días
Palo Oliver no duda en afirmar que se contagió durante una cena en un restaurante de Reconquista, o en el hotel de esa ciudad a la habían viajado la mayoría de los integrantes de la Comisión Especial de la Cámara de Diputados que sigue el concurso preventivo de Vicentin. Fue el 3 de marzo. El 10 de marzo tuvo síntomas, al día siguiente dio positivo y el 16 lo internaron en el Cullen.
Su médico personal, Mario Montenegro, lo atendía por videollamadas debido a que había sido contacto estrecho de él y otros dirigentes con los que habían comido un asado. "Por suerte no contagié a nadie", afirma.
"Arranqué el 10 de marzo con mucha fiebre, 39.5°. Al día siguiente me dio positivo. Mejoré algo el sábado, el domingo almorcé un pedazo de vacío con mi familia. El lunes, bien aunque disfónico y el martes empecé a levantar temperatura. A las 20, Gabi me llevó al Cullen tras la insistencia de Mario. No quería ir, me sentía bien", rememora.
"Gabi me dejó en la guardia Covid donde había mucha gente para hisoparse. Me llevaron a una pieza para controlar signos vitales, me hicieron tomografía y se confirmó la neumonía bilateral. A la medianoche me llevaron a terapia. Recuerdo que le escribí a Gabi: le informé que me llevaban a terapia, que tenía neumonía bilateral y le pedí que recen por mí. Estuve tres días absolutamente consciente, me pusieron plasma, corticoides y antibióticos. El 19, a las 23 me intubaron, a Gabi le avisaron 15 minutos antes. Estuve así hasta el 2 de abril. El 31 me hicieron la traqueó, me estabilicé. De esto no tengo ningún registro. Me acuerdo todo de los tres primeros días; nada de los días que estuve intubado con coma inducido; el 2 de abril me despertaron y me sacaron el respirador. La semana antes, viernes, sábado y domingo estuve regrave. Me ingresaron tres virus intrahospitalarios. Estuve a punto de hacer disfunción renal. Los médicos me marcan que zafé. Soy paciente hipertenso, tomo medicación; fui fumador, dejé hace 15 años, y tenía mínima actividad física".
Flavio Raina
Foto: Flavio Raina
El 3 de abril lo pasaron a terapia común. "Tengo un escenario confuso. Me acuerdo que vino Gabi, y me dijo 'mi amor ya pasó lo peor, tenés que rehabilitarte. Allí me di cuenta de que no podía hablar pero no era consciente de que tenía la traqueotomía. Es más, nunca me toqué porque no movía los brazos, las manos y no era consciente de eso. En esos días tuve delirios, sueños de la confusión, de la terapia. Uno de los sueños era que me secuestraban en un avión y los secuestradores eran los médicos que yo veía todos los días y uno de ellos era el entregador. La otra, tengo un amigo al que le gusta el rock pesado, a mi no me gusta. Como no me daban el alta -porque no había lugar para la recuperación- soñaba que mi amigo, todos los días, a las 19, armaba un escenario y hacía un recital frente al Cullen exigiendo mi salida".
Después recuerda el traslado en ambulancia hasta Aprepa en San Jerónimo Sur. Estuvo allí hasta el 27 de mayo. Pasó 73 días sin ver a su hija en forma personal, solo por videollamadas. Su pareja se instaló cerca de él después del proceso de aislamiento para evitar todo contagio. "El sistema de visitas fue muy importante para el sostenimiento anímico en el proceso de recuperación", reconoce.
"La primera vez que dimensioné el daño físico fue al ver mis manos. En mi mano izquierda, los dedos no tenían más de tres centímetros, el resto era un hematoma negra por falta de irrigación sanguínea. Eso fue cambiando con vendajes y kinesiólogo durante siete días". Cuenta que el instituto tiene tres salas o espacios, cada uno de ellos asociado a la complejidad que trae el paciente. Ingresó al Ala 3 donde los pacientes aún no caminan e incluso tiene dificultades fisiológicas, con habitaciones totalmente adaptadas para la contención. "Cuanto más independiente sos, vas cambiando de alas". Le fueron sacando la traqueo, empezó a respirar por sus propios medios y al avanzar de sala se encontró con otros pacientes en el gimnasio y en la rehabilitación. "Los primeros días no tenía control del tronco. A los 17 días ya caminaba contenido por el kinesiólogo, a los 20 tenía andador y cuando me vine a los 50 días, hacía 25 días que caminaba solo, podía andar".
La vuelta a la comida también va por etapas comenzando por papillas. Le demandó 45 días llegar a la dieta simple. Relata los estudios de video deglución que les hacen, el trabajo con la fonoaudióloga, los cuidados en el tomar agua cuando le sacaron la sonda nasogástrica. Agradece no haber tenido lesiones en los bronquios por la tráquea.
"Los fonoaudiólogos están para volver a comer sin riesgo a broncoaspirarte; el kinesiólogo es para recuperar la movilidad y los terapistas ocupacionales para reaprender todo lo que tiene que ver con la funcionalidad. Ahora viene la etapa de seguir trabajando con kinesiólogo por la lesión en el brazo, con terapistas y kinesiólogos en el Maradona. Lo que viene es agregar peso".
Señala que la rutina arrancaba a las 8.30; a las 11 gimnasio con kinesiólogos; de 11 a 12 la pileta; de 12 a 13 almuerzo; a las 15 kinesiología hasta las 17; luego terapista ocupacional; mas adelante fonoaudiólogas que te enseñan masticación y deglución. "Tenés que aprender todo de nuevo", admite.
Lifschitz
Mientras Palo Oliver llevaba adelante su recuperación en la clínica de San Jerónimo Sur, se produjo el contagio, posterior internación y fallecimiento del presidente de la Cámara de DIputados, Miguel Lifschitz. Todavía guarda en su teléfono celular los últimos intercambios vía WhatsApp con el socialista.
"El 17 de marzo me preguntó como andaba. Le informé que estaba un poco complicado, internado en el Cullen y poco oxígeno. 'Tengo neumonía bilateral, espero salir pronto. Estoy tranquilo pero preocupado', le escribí. Allí me contesta no hay virus que pueda con un radical libre. Suerte, abrazo".
El siguiente cruce es el 14 de abril donde dice alegrarse por la recuperación y me cuenta que padece Covid "con un poco de fiebre, sin otras complicaciones, estoy en el quinto día y tengo que esperar 4 o 5 días más para que pase la zona de riesgo. Desde ya una alegría sinceramente que te recuperes,. Te necesitamos. Un abrazo" me escribe. Le contestó con un mensaje de voz "a media vez por mi estado donde le cuento como iba mi recuperación".