Domingo 21.7.2024
/Última actualización 10:26
Los entredichos en el Gobierno de La Libertad Avanza siguen generando cortocircuitos internos que atraviesan a la Casa Rosada y al Congreso nacional. “Se fue a la miércoles (Victoria) Villarruel con lo que escribió”, se quejó en el último día de la semana un alto colaborador de la Secretaría General que explicó que la titular de esa área tuvo que ir a la embajada de Francia porque “el asunto requería que fuera Karina (Milei) por las implicancias políticas que generó el tema”. Se refería al mensaje que la vicepresidenta había publicado en su cuenta de X -en medio de las derivaciones por los cánticos de integrantes de la Selección argentina considerados racistas por los medios galos- donde tildó a ese país europeo de colonialista.
Este fue otro capítulo más en la tensa relación entre las mujeres más poderosas que rodean al presidente. De hecho, la propia Giorgia Meloni (primera ministra italiana) hizo una acusación de tinte parecido –salvando las distancias- refiriéndose al sistema monetario con que ella entiende que los franceses someten a varios países africanos. Sin embargo, la divergencia quedó en el marco de las discusiones ideológicas con respecto a la inmigración que se dan en la Unión Europea, sin que fueran consideradas tan graves como para poner en riesgo las relaciones diplomáticas.
Victoria Villarruel y un posteo en redes sociales que despertó polémica. Crédito: Reuters.Ante el planteo, asesores gubernamentales pusieron como justificativo a la decisión que dejó afuera de la mediación a la canciller Diana Mondino, el viaje que entre el 24 y 25 de este mes los hermanos Milei realizarán a París para participar de la inauguración de los juegos olímpicos, y en particular el encuentro que el mandatario argentino tendrá con su par Emmanuel Macron. “Karina fue como representante del Poder Ejecutivo para separar las aguas entre lo que piensa Villarruel y el jefe de Estado, punto”, exclamó otro colaborador ministerial que reiteró que el puesto de la ministra de Relaciones Exteriores, Comercio y Culto de Argentina no corre peligro, pese a que la propia titular del Palacio San Martín haya quitado el cargo que ocupa de su propio perfil de la ex Twitter, donde ella misma se describe como “Economista. Mamá y abuela”. Justamente el primer título con el que se autodefine y sus relaciones en ese ecosistema es el que le ha generado rispideces con los Milei, pese a que siga la desmentida permanente desde Balcarce 50.
Con la expulsión de los asesores económicos presidenciales, Fausto Spotorno y el empresario textil Teddy Karagozian, tanto el titular del PEN como su jefe de consultores en esa materia financiera, Demian Reidel, pretendieron dejar en claro que no se van a aceptar más discrepancias y críticas si se pertenece a la administración central. El costo a las diatribas desde adentro no es sólo la eyección sino el descrédito. Al primero se lo acusó -entre bambalinas- de querer obtener información con el objetivo de utilizarla en su actividad privada como consultor, y al segundo, entre otras cosas, de ser "vocero de los devaluadores seriales”.
La canciller argentina, Diana Mondino. Crédito: ReutersEl propio Milei había amenazado en su momento que al que tocara a Luis Caputo “le cortaba la mano”. En ese sentido el ministro de Hacienda tomó las licencias del caso como para potenciar sus argumentaciones con respecto a combatir la inflación y la falta de dólares. Así salió a decir que "en breve la gente va a tener que vender dólares para pagar impuestos". Consultado por El Litoral sobre a quiénes se refería el funcionario, ya que la capacidad de poseer moneda estadounidense corresponde a un sector minoritario de la población, el vocero Manuel Adorni respondió que “lo que va a ocurrir ante un crecimiento futuro de la economía es que, a mayor cantidad de necesidad de dinero y una cantidad fija de pesos, lo que te ocurre es que efectivamente los sectores que tengan dólares, o que reciban dólares, van a tener que venderlos para pagar impuestos. Por supuesto, Peralta, que si no tenés dólares, no tenés dólares. ¿Qué va a ser? La vida es así”, cerró el comentario en tono de broma hacia este cronista.
La semana había comenzado con los anuncios que el Presidente había hecho desde EEUU en línea con quitar pesos de la base monetaria camino a la “emisión cero”. Lo cierto es que el lunes hubo una marcada baja del blue y de los financieros pero no del Riesgo País. En ese contexto, este diario también le preguntó al portavoz del Ejecutivo por qué se daba el fenómeno. Adorni expuso que “no nos importa el valor del dólar, no estamos preocupados por el dólar ni nos ocupa el riesgo país”, añadiendo que lo que preocupa y desvela a la gestión libertaria es el peso.
“Ven que sube el Riesgo País porque miran la foto pero no la película completa… ¿a cuánto estaba el riesgo cuando asumió este gobierno”, enfatizó sobresaltado un funcionario que defendió las iniciativas económicas frente a los periodistas acreditados en la sede ejecutiva. De todos modos, la tendencia alcista de los dólares en el Mercado Único y Libre de Cambio (MULC) y los financieros se mantuvo los últimos cuatro días hábiles y el índice que mide el Banco JP Morgan Chase, quedó cerca de los 1600 puntos.
La escalada política intestina en LLA escaló más aún cuando se hizo público que un grupo de legisladores oficialistas fueron hasta el penal de Ezeiza a ver al ex marino Alfredo Astiz, detenido por crímenes de lesa humanidad. Una fuente oficial señaló que “no gustó nada la visita”, aunque añadió que “aparentemente la movida fue engañosa, parece que llevaron a algunos diciéndoles que iban a visitar presos, sin aclararles nada más”. La versión surgió de la Cámara baja y produjo una discusión entre los propios integrantes del bloque libertario, que desde la salida de su ex jefe, Oscar Zago, no paró de sumar diferencias que atraviesan desde la diputada Marcela Pagano hasta la mediática Lilia Lemoine.
Caputo, Karina Milei y Guillermo Francos, tres figuras importantes en la gestión nacional. Crédito: Reuters.Otro punto conflictivo que debió encararse de manera pragmática, aunque no termina de cerrarse, es el de las acreditaciones de los periodistas que desarrollan su actividad de manera permanente en Casa Rosada. La no renovación de la misma a la colega Silvia Mercado derivó en un recurso de amparo que habilitó la feria judicial para ser tratado a la brevedad e hizo retroceder la intención -nunca aclarada- de por qué se le impedía desarrollar su tarea. Un tema que todavía afecta a otro trabajador de prensa de Radio Provincia y se aguarda solución, mientras que se incorporó a gente de dudosa actividad periodística. Cuestión que alimenta el fantasma de la censura y un potencial ataque al derecho constitucional a la libertad de prensa y expresión. Una situación, que más allá de problemas que hubo con otras gestiones, nunca alcanzó tanta gravedad en el marco de la democracia y tampoco en épocas dictatoriales. El tema se debatió internamente en las filas libertarias y por ahora se mantiene -de cara al futuro- la conformación de una nueva resolución que, según se aseguró desde el sector de Comunicación, será debatida con organizaciones de periodistas, medios y los propios acreditados en Balcarce 50.
En lo que sí se trató de bajar los decibeles de controversia y confrontación fue con el ala macrista del PRO. Finalmente, el encuentro entre Jorge Macri (intendente porteño) y el ministro Caputo derivó en el pago del 2,95% de la coparticipación que corresponde a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, luego de un fallo de la Corte Suprema. En una visita de jefes de bloques dialoguistas al despacho de Guillermo Francos (JGM), Cristian Ritondo (titular del bloque de Propuesta Republicana) había reclamado -al igual que los primos Macri- que se respete lo decidido por el alto tribunal, ya que de no ser así se ponía en riesgo la seguridad jurídica del país y el republicanismo, que es lo que intenta representar el espacio antibullrichista que va por el camino de ser una oposición responsable y más “centrista”, como advirtió un integrante de la mesa chica del ex presidente.
Uno de los capitostes de la fuerza liberal libertaria que comanda los destinos de la Argentina infiere que las disidencias endógenas se van a terminar “cuando tengamos mayoría en el parlamento el año que viene y evitemos en nuestras filas a los que creen que esta es una alianza transversal”. Ese mismo asistente presidencial consideró que la conducción, especialmente en momentos como el que vive la Argentina, “debe ser verticalistas, sin librepensadores que desvirtúan la esencia del plan de gobierno que se pretende ejecutar cuando tenés a la política vetusta pugnando por volver a llevar el país a la ruina”.
En rigor de verdad, pareciera que LLA se debate entre proseguir (o intensificar) un proceso de radicalización y conflicto permanente entre propios y extraños -un modelo que como observan muchos críticos de CFK ya llevó adelante el kirchnerismo con los resultados que conocemos- o cultivar dentro de márgenes bien definidos una apertura controlada que tenga como única finalidad el crecimiento de ese partido nuevo con el que sueñan los Milei y ese pequeño anillo de poder que los rodea incondicionalmente.