Ignacio Hintermeister
La medida de fuerza de este lunes tiene respaldo de la Iglesia; Pablo Moyano pide más protestas en la calle para evitar que los Gordos “hablen” con la Rosada. Marco Lavagna asesora al conductor del “Bailando” y admite negociar Presupuesto 2019.
Ignacio Hintermeister
Ya lo había planteado el presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, monseñor Jorge Lugones. Es un hombre allegado al Papa que en las horas previas a la medida de fuerza de este lunes habló de la importancia de lograr “un diálogo efectivo”; también dijo algo que resonó más: que “la huelga”’ es “una herramienta que propone la doctrina social de la Iglesia”.
Lejos de las responsabilidades de gobierno, Sergio Massa se mostró por Twitter en una foto con Marcelo Tinelli, mientras en el Senado las disputas transversales por la despenalización del aborto reglaron la visibilidad de una disputa política de fondo: el Presupuesto 2019.
Tanto el bloque de Miguel Pichetto como el massismo empezaron a dar señales de diálogo, menos por convicción que por conveniencia, sobre ese capítulo que incluirá el ajuste por las condiciones del préstamo del FMI.
No quieren que Mauricio Macri tenga la herramienta que usó Cristina Kirchner en 2010, cuando -sin ley de Presupuesto aprobada por el Congreso- recondujo la norma del año anterior y (con alta inflación mediante) quedó liberada de números obsoletos. Es decir que manejó el Presupuesto -de hecho- sin limitaciones legales.
Lejos de Tinelli o del Papa, el peronismo que sí tiene resoponsabilidades de gobierno en las provincias quiere un Presupuesto 2019 “de consenso” para que el recorte no lo decida sólo la Casa Rosada y recaiga especialmente en las provincias. Ése es el espanto que alienta el diálogo, además del fantasma de un escenario electoral al que llegue un peronismo dividido y un gobierno “ajustado” pero con menos inflación. Perspectivas de las que hoy carece.
“La voluntad es aprobar el Presupuesto, pero claro, todo depende de la magnitud del ajuste que se quiera instrumentar”, sintetizó a La Nación el diputado massista Marco Lavagna, ahora asesor del conductor televisivo del “Bailando”.
Eso y la posibilidad de paritarias al 25 % -con una inflación que rondará el 30 %- según ensayó Frigerio. “Si el empresariado lo puede pagar”, condicionó el ministro del Interior. Frigerio, afirmó que “no tiene ningún sentido” el paro convocado por la CGT y las CTA al asegurar que “ni siquiera la gente sabe por qué está parando” y aclaró que pese a la medida de fuerza por 24 horas desde el gobierno “no rompemos el diálogo”.
El ministro político analizó también que el de Cambiemos “es el gobierno más débil desde el punto de vista parlamentario de los últimos 100 años” porque, dijo, “asumimos con un tercio de los diputados y un quinto de los senadores y tenemos 5 gobernadores sobre 24”. Pese a ello, remarcó que lograron “generar muchas cosas en el Senado y arreglar muchas cosas de la herencia recibida”.
Por su parte el secretario adjunto del gremio Camioneros, Pablo Moyano, dijo que “tiene que haber una continuidad” después del paro del lunes 25 convocado por la CGT porque, estimó, “no sirve de nada llevar a cabo un paro contundente, como va a ocurrir, y al otro día volver a sacarse una foto con el ministro y los funcionarios”.
“Lamentablemente este gobierno está llevando a cabo un plan económico que perjudica a los trabajadores y la única forma de revertirlo es saliendo a la calle, expresándose y el próximo año en las urnas”, agregó Moyano
Eduardo Amadeo (diputado del PRO) advirtió que “respetamos el derecho de huelga pero creemos que es obligación de quienes piden el paro proponer soluciones. Estamos dialogando, pero también quisiéramos que, del otro lado, la Iglesia y los sindicatos nos dieran propuestas”.
Medida fuerte, polémica abierta
En todo el país no habrá bancos, colectivos de corta, media ni larga distancia o recolección de residuos. Tampoco habrá clases en las diferentes modalidades y niveles; no funcionarán las oficinas municipales ni provinciales y sólo habrá guardias en los efectores de salud.
El ministro de Trabajo, Jorge Triaca, advirtió que “el paro no sirve para nada porque no arregla los problemas de los argentinos”. Desde la vereda de enfrente, el triunviro de la CGT Héctor Daer vaticinó que el paro será un “reclamo contundente de la inmensa mayoría de la sociedad” y pidió al gobierno que “tome nota” y “reflexione” sobre el significado de la medida de fuerza.
“Han generado una debacle colectiva de la sociedad en términos económicos que se va a expresar contundentemente el lunes”, aseguró. Por su parte, otro integrante de la conducción cegetista, Juan Carlos Schmid (Dragado y Balizamiento) advirtió que si luego del paro “no hay ninguna corrección” por parte del gobierno “va a haber mayor confrontación”, al tiempo que consideró que “la huelga convocada por la central obrera será una “formidable manifestación del malestar social”.
El referente del Sindicato de Metrodelegados, Claudio Dellacarbonara, aseveró que “sobran razones para hacer un paro contundente. El gobierno y su pacto con el FMI le han declarado una guerra al pueblo trabajador, lo que implicará un derrumbe del salario”.
Movilizados por izquierda
Sobre la metodología de la medida de fuerza también hubo diferencias entre los dirigentes de las agrupaciones sociales que se adhieren a la huelga dado que algunos sectores como Barrios de Pie obedecerán la consigna de la CGT de no protagonizar movilizaciones, mientras otros como la Corriente Clasista y Combativa marchará en La Plata y La Matanza y la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (Ctep) no movilizará en la ciudad pero dejó en libertad de acción a las delegaciones territoriales.
“Estamos de acuerdo con la medida de la CGT pero no vamos a movilizarnos en las calles el lunes porque la central dispuso que no haya movilización”, dijo el jefe de Barrios de Pie, Daniel Menéndez. A su vez, el Movimiento de Agrupaciones Clasistas (MAC), una corriente gremial vinculada al Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT) difundió un cronograma de cortes y actos que realizarán sindicatos combativos el lunes desoyendo el pedido de la CGT de que no haya movilizaciones.