En un año en el que la inflación cerrará por encima del 50%, pero en el que también se celebrarán elecciones, la provincia no tiene previsto aumentar las tarifas de los principales servicios públicos que dependen de las empresas estatales. Sólo se aplicará el incremento del 9% que ya se había estipulado a principios de 2021 para la luz, y que se liquidará en noviembre.
Consultada por El Litoral, la ministra de Infraestructura, Silvina Frana, desestimó nuevos retoques en las facturas, al menos antes de fin de año. De su firma dependen las autorizaciones para los eventuales aumentos, tanto para el caso de Aguas Santafesinas como de la EPE.
"Por el momento, el gobernador no nos planteó ningún esquema de aumento tarifario y ya a esta altura del año, aunque uno lo pensara, sería materialmente imposible poder aplicarlo", planteó la funcionaria. El proceso implicaría, por ejemplo, la convocatoria a audiencia pública, con una serie de plazos que trascenderían el corriente ejercicio. Consultada sobre cuál es la situación de las empresas – ASSA y EPE- en términos financieros en función del impacto de la inflación, Frana recordó que ambas reciben "un importante aporte" del tesoro provincial. "Es allí – dijo- donde se valoran las cosas que muchos cuestionan: tener las cuentas en orden, haber logrado sanear las cuestas públicas… Eso permite sostener a las empresas para que los aumentos en los costos no se traduzcan en aumentos tarifarios con el perjuicio que ello genera, más aún en un momento donde hay que revitalizar la actividad económica".
En el caso de la empresa Aguas Santafesinas S.A., el presidente del directorio, Hugo Morzán, confirmó que las revisiones de tarifas quedarán para el año que viene. Consultado por El Litoral, recordó que el último aumento que se aplicó en el caso de este servicio, fue en enero de 2020, producto de un proceso que había quedado inconcluso en 2018. El funcionario admitió que la inflación ha generado un fuerte impacto en las cuentas de la empresa, sobre todo a partir de la bajante del río. Esa situación obligó a utilizar nuevos insumos – en su mayoría, importados- y generó costos extras en materia energética para el funcionamiento de las bombas de extracción.
"Nuestros costos aumentaron tanto por la inflación como por las derivaciones de la bajante que implica otro proceso para la captación del agua de superficie. Eso nos exige una mayor cantidad de insumos y un mayor consumo de energía eléctrica para bombear agua hasta nuestras plantas. Sin embargo, todo lo que implique cambios en la tarifa, entrará en discusión el año próximo y a partir de allí veremos qué es lo que se plantea. Hoy por hoy – aseveró-, las tarifas están congeladas. Estamos tratando de hacer el mayor esfuerzo para sostener la eficiencia en este contexto. Se cierra 2021 sin aumento tarifario", sentenció.
En el caso del servicio energético, el titular de la EPE, Mauricio Caussi, confirmó que no hay nuevos aumentos previstos; sólo se trasladará a la tarifa energética el anunciado a principios de año y que se liquidará en noviembre. Sería el tercer tramo de una reconfiguración tarifaria, en este caso del 9%, que se trasladará tanto a usuarios residenciales como comerciales, industriales e institucionales de baja demanda.
De acuerdo con lo que se había estipulado a comienzos de año, los aumentos no podrían en ninguno de los segmentos de consumo superar el 31% respecto de las tarifas vigentes al 30 de abril. La primera suba había sido del 14% en mayo, la segunda del 8% en junio y, la tercera en noviembre del 9%. Asimismo, usuarios de grandes demandas percibieron un aumento de un 115 en mayo, un 7 en julio y 7 en noviembre.