Emerio Agretti | [email protected]
El catedrático de la Universidad de Florida y experto en medios habló sobre el rol del periodismo en la era de las redes sociales y las fake news, y también sobre desafíos y estrategias de supervivencia.
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“Los periodistas debemos abrazar dos roles fundamentales. El primero, es el de ser ‘perros guardianes’: es decir, el de ‘vigilar’ y mantener al Estado ‘cortito’, controlando bien de cerca si están haciendo bien su tarea. Y, por otro, como sabemos que el Gobierno no puede saber todo ni estar al tanto de todo, tenemos que ser la voz de quienes no tienen voz y hacer saber las cosas que provienen de quienes no tiene la fuerza para hacerse escuchar”.
La reflexión de Steven J. Collins, catedrático de la University of Central Florida (EEUU) y especialista en medios, actualiza criterios fundamentales de la esencia misma de la profesión y los contextualiza en un marco de crisis de sustentabilidad para las empresas periodísticas, y de replanteo de la manera en que se desarrolla la actividad, en la era de las redes sociales, la proliferación de fake news y el imperio de la pos-verdad.
Lo hizo invitado por la Universidad Católica de Santa Fe, en diálogo con El Litoral, y en el marco de una cargada agenda de actividades, que incluyó charlas con alumnos, encuentro con organizaciones de la ciudad y visitas a los medios de comunicación.
La referencia inicial alude a una dicotomía que, por oposición, define al buen periodismo: aquél que oficia como “perro guardián” y no como “perro faldero” del poder. Pero a la vez, el que ejerce ese rol de manera consecuente: “No se trata de ladrar a todo, sino de reservar los ataques para aquéllo que necesita ser atacado”.
En la conversación, surgirá también otro cometido, acorde a los tiempos que corren y a la comunicación directa que desde el poder se establece con la comunidad, aprovechando los recursos de internet: operar como un “filtro” para el aluvión informativo cotidiano que satura las redes, chequeando la veracidad de los datos, seleccionando en base a parámetros de razonabilidad e importancia, y proveyendo elementos para un análisis crítico.
Sustentabilidad y roles
“Creo que hay gente dispuesta a pagar para tener una información certera, especialmente respecto de la política, y de la economía y de las empresas”, dice Collins a El Litoral, a propósito de la sustentabilidad de los medios y de su experiencia a nivel internacional. De hecho, en EEUU -y particularmente en Florida, que es donde yo vivo- hay un sitio en internet que ha contratado a cinco o seis muy buenos periodistas, y que trabaja de esa manera. Entonces, quizás podemos pensar como algo viable reemplazar los ingresos provenientes de las publicidades por suscripciones.
-¿Hay más experiencias de este tipo?
- La tendencia en EEUU es a que organizaciones vinculadas con el periodismo se agrupen y trabajen de manera conjunta en la generación de contenidos. Hay una entidad privada, que se llama Propública, que reúne distintos medios para trabajar mancomunadamente. Entonces, no sé si sería una salida en Argentina, pero la idea es que varias empresas de medios periodísticos, con distintos propietarios, puedan formar una especie de alianza estratégica, que permita confrontar las dificultades económicas. E incluso superar el hecho de que la mayor parte de los ingresos provengan de la publicidad política. Espero que en los próximos 20 o 25 años se haya podido salir de esta crisis económica y los medios no dependan tanto de la publicidad política, para poder autofinanciarse y con eso a la vez gozar de mayor independencia.
-Hoy los medios son dejados de lado a veces por el contacto directo de los actores políticos con la ciudadanía, a través de las redes sociales. Pero a la vez, es alarmante la proliferación de noticias falsas, que requieren ser chequeadas. ¿Cómo posiciona ésto al periodismo?
-En los últimos diez años he estado pensando mucho en la importancia que han asumido las redes sociales. Hace un tiempo fui convocado para una revista de golf, me hicieron un reportaje, y previamente hice un sondeo y advertí que los golfistas y las empresas que ponen avisos en la revista twitean mucho más que la revista misma. Esto puede ser trasladado a otros ámbitos, como puede ser el gobierno. Entonces, es cierto que el rol del periodismo como intermediario entre el gobierno y el público ha menguado, se ha visto modificado e incluso ha quedado relegado. Pareciera que no se lo necesita al periodista. Pero esto es también un gran desafío. Mucha gente que tuitea y retuitea, puede leer lo que escribe el presidente, o el gobernador, pero son tantos los políticos -y ni hablar si nos trasladamos al campo de los actores económicos y sociales, o el de cualquier actividad que nos interese-, que Twitter se vuelve abrumador. No nos alcanzaría el tiempo para leer todo. Y el que lee Twitter necesita del periodista para chequear esa información, y compilarla de alguna manera.
-El catedrático español Miquel Pellicer habla de la función de “curaduría” de contenidos, en cuanto a selección cuanti y cualitativa.
-Es un desafío, un nuevo rol. Enfrentar toda esa superproducción de contenidos y chequearlos, ir a las fuentes y brindar a los lectores las herramientas para tener una actitud crítica respecto de esa información. Lo que el periodista hace, además de establecer si se trata de fake news o no, es hacer un análisis crítico de lo que se está transmitiendo.
-EEUU tiene una tradición de periodismo independiente, de investigación, de control al poder; la figura del perro guardián. ¿Cómo se concilia esta trayectoria con el actual contexto de crisis y con la impronta propia de la era Trump?
-La gran mayoría del periodismo en EEUU sigue siendo autónomo e independiente, y sigue ejerciendo el rol de perro guardián. Pero hay dos grandes desafiós. El primero es que en los últimos años ha surgido una minoría, un segmento, que no es imparcial. Y que pareciera estar a favor de uno u otro bando, y que divulga información interesada. El otro es que el periodismo está prestando mucha atención a lo que tuitea el gobierno, en lugar de prestársela a lo que hace o a lo que no hace. Y esto quizás tenga que ver con que en el gobierno de Trump, las agencias del gobierno no tienen la cantidad de personal que deberían tener. En cantidad, no en calidad. Entonces, el perro guardián tampoco puede ir al extremo de ladrar a todo lo que dice o hace el gobierno. Tiene que estar atento para atacar cuando es necesario. Por ejemplo, en este gobierno hay poco staff. Entonces, a lo mejor el rol de perro guardián pasa por cuestionar por qué falta en determinadas áreas, o por qué no se acomete tal o cual política, en lugar de centrarse en las declaraciones. No se puede ignorar lo que se dice en Twitter, pero tampoco quedarse con eso.
En la UCSF
Steven Collins disertó en Santa Fe en la UCSF, en el marco del Ciclo de Conferencias sobre Políticas Públicas para el Desarrollo Local. Sus conferencias abordaron desde el rol del periodismo en la promoción del desarrollo hasta los factores que influyen en los contenidos mediáticos.
En su visita a Santa Fe, a Collins lo esperaba una agenda cargada de actividades: además de las conferencias, recorrió algunos medios locales, fue entrevistado por varios periodistas, y también se reunió con alumnos, docentes, investigadores y miembros de la UCSF con el objetivo de generar espacios de aprendizaje, discusión y comenzar a delinear posibles proyectos en conjunto.
Sobre los proyectos que comenzaron a delinearse durante su visita y que le gustaría desarrollar junto con la UCSF, mencionó dos en particular: “El primero, con el equipo de investigación, con el que hemos empezado a hablar sobre la posibilidad de investigar juntos los contenidos de los medios; y, por otro lado, un proyecto que me entusiasma muchísimo porque tiene que ver con un equipo de debate que hay en mi Universidad. Por lo que me han dicho, en Argentina no es muy común el debate, ni político, ni ético, ni de otros temas y nosotros, en la Facultad de Comunicación, tenemos al director del equipo de debate, pero los integrantes son interdisciplinarios, es decir, que están representadas todas las facultades de nuestra Universidad.
“Para mí sería un sueño poder enviar a este equipo de debate para entrenar a los estudiantes de la UCSF y para que, a su vez, puedan asistir a colegios u otras instituciones de la ciudad para replicar lo que aprendieron, sus habilidades retóricas, y fundamentalmente, aprender a debatir temas y no posturas personales. Esta sería una instancia de crecimiento muy importante, y por las conversaciones y reuniones que hemos tenido con los estudiantes, me da la impresión de que puede tener mucho éxito y, sobre todo, que puede ser un vector de cambio muy grande”, concluyó el especialista.