Ivana Fux
ifux@ellitoral
El escrito fue presentado este mediodía. También ayer hizo su reclamo el PRO.
Ivana Fux
ifux@ellitoral
Este mediodía, también el Frente Justicialista para la Victoria ingresó formalmente al Tribunal Electoral de la provincia un escrito pidiendo que se abran todas las urnas utilizadas en la elección del domingo. Ayer, los apoderados del PRO formularon idéntica solicitud.
El escrito del PJ advierte que para “garantizar la transparencia de los cómputos definitivos” es “necesario disponer la apertura de la totalidad de las 7628 mesas y proceder al recuento de todos los sufragios emitidos, en los términos del artículo 118 del Código Electoral de la Nación”. El partido reclama la apertura de las urnas “como único recurso para asegurar la protección de la voluntad popular y de los principios democráticos y republicanos, plasmados en nuestra Constitución Argentina”.
Para fundamentar la petición, los apoderados -Esteban Borgonovo y Martín Palacios- citaron que en el escrutinio provisorio no se ha sumado la totalidad de las mesas -sólo el 95,4 %-, y que de ese total escrutado hay “sólo un punto y medio” de diferencia entre los tres primeros candidatos a gobernador (Miguel Lifschitz, Miguel del Sel y Omar Perotti).
Advierten que resta contabilizar un número aproximado de “92 mil votos”, y hablan de “evidentes inconsistencias” entre la documentación electoral y la información suministrada por la web oficial del escrutinio.
Este mediodía, en tanto, el Tribunal Electoral tenía previsto constituirse y empezar a analizar los planteos formulados. Su presidente, Roberto Falistocco, recordó que el antecedente más cercano que tiene la provincia de apertura de todas las urnas fue en 1995, cuando después del escándalo por la caída del sistema informático y tras un acuerdo de todos los partidos políticos se resolvió contar manualmente voto por voto.
Ese proceso demandó 45 días.
Planteo del PRO
En el caso de la presentación del PRO, su apoderado Lucas Incicco alerta sobre el “estado social y político grave de desconfianza pública” que ha generado el escrutinio provisorio, a partir de la gran paridad entre los tres primeros candidatos, y en función de una serie de “irregularidades” que el propio partido señala en el escrito.
En ese sentido, se menciona una mesa en la localidad de Chanear Ladeado, donde el PRO había obtenido “73 votos” para la categoría gobernador según el telegrama confeccionado por la autoridad de mesa, mientras que en la web del escrutinio, Miguel del Sel aparece con cero voto.
Más adelante, el escrito puntualiza tres casos en los que se invirtieron los resultados: en Casilda se cargaron 104 votos a Lifschitz y 84 a Del Sel, cuando el telegrama indicaba exactamente lo contrario. Lo mismo pasó en Armstrong con 128 votos para el PRO y 82 para el Frente, que también se cargaron de manera invertida. En Santa Teresa se invirtieron los datos entre el PRO y el PJ; le cargaron a Perotti 147 votos que eran de De Sel, y al PRO le computaron sólo 22 que eran para el PJ.
La presentación realizada ante el Tribunal habla de “errores y omisiones”, y además de la descripción de situaciones específicas sobre telegramas y mesas, advierte sobre una “cantidad importante de urnas rotas o con las fajas de seguridad” también dañadas. Por todo ello, reclamaron “con carácter urgente, la colocación de cámaras de grabación” en el Tribunal, mientras se desarrolle el escrutinio definitivo. Por fin, reclaman que se abran todas las urnas utilizadas el domingo.
Para Tulio, es ilegal
En tanto, y en diálogo con El Litoral, el director electoral nacional, Alejandro Tullio, aseguró este mediodía que se votó el domingo “con normalidad”, y enfatizó que el escrutinio definitivo “es un acto regulado en la ley, y que no deriva de la paridad” que obtienen los candidatos en el proceso. Recordó que en esta instancia se utiliza “un documento (acta electoral) que está en poder de la Justicia Federal”, y que es diferente al documento usado en el recuento provisorio (telegrama).
“El recuento final consiste en verificar que las actas cumplan con los recaudos formales para que se le otorgue validez, y luego en hacer la suma de los votos obtenidos en cada categoría. La apertura de urnas de la que se está hablando se da en los casos en que la ley prevé que el acta pueda ser nula. Entonces, antes de anular la elección, el Tribunal puede abrir la urna y contar los votos. Pero sólo en los casos en que podría haber causal de nulidad. Si el acta está completada regularmente de acuerdo a las normas y no hay objeciones de su validez, la urna no se abre”, planteó.
—¿Sería ilegal, entonces, proceder a la apertura de todas las urnas?
—El Tribunal Electoral debe cumplir con la ley, y la ley establece en los únicos casos en los que se puede abrir la urna. Por lo tanto (esa resolución a favor de una eventual apertura total de las urnas) no estaría amparada bajo el paraguas de la ley; sería objetable, por no contar con sustento legal. Es una decisión que difiere de lo que dice la ley.
—¿Incluso cuando, como en este caso, ya son dos los partidos que piden esa apertura total de urnas?
—Es que no se puede pedir “formalmente” porque la formalidad se da según lo que dice la ley. Y lo que se juzga es la validez de las actas.
—¿No cabría, entonces, una decisión política del Tribunal?
—No hay decisiones políticas. En materia electoral no puede haber decisiones políticas. Son legales o no son legales.
Cuántos votos
El ministro de Justicia de la provincia, Juan Lewis, consideró esta mañana que es erróneo plantear que “hay más de cien mil votos” por computar. Lewis dijo que si bien es cierto que faltan contabilizar 347 mesas, es “erróneo” calcular por cada una 350 electores, porque en ningún caso se dio un ciento por ciento de asistencia. A su juicio, si se proyecta el porcentaje de asistencia de votantes (76%), los votos que restarían computar son “alrededor de setenta mil”.
Votos nulos
Ante la pretensión del Frente Justicialista para la Victoria de reconsiderar los votos anulados -más de 58 mil-, la secretaria Electoral de la provincia, Claudia Catalín, aclaró a El Litoral que “los votos nulos son considerados votos muertos”, es cuando la autoridad de mesa escruta el voto, lo “califica” y pone a consideración esa calificación al resto de los miembros de la mesa. “Si el voto terminó siendo nulo, es porque el resto de los integrantes también consintieron esa calificación para el voto”, planteó.