El peronismo plantea hacer las mismas obras y con los mismos recursos, pero en dos cuotas. Una para lo que resta del año y otra en 2017. Eso sí, con otra ley (y otra discusión).
Luis Rodrigo
El bloque de Senadores del justicialismo se reunirá mañana para analizar qué hacer con el proyecto de ley de endeudamiento que tiene media sanción de la Cámara de Diputados y autoriza a tomar hasta U$S 1.000 millones para realizar obras.
Ya no se discute que le harán fuertes modificaciones al texto que sancionó la Cámara Baja. Lo anunció el presidente de la bancada opositora, Armando Traferri (PJ-San Lorenzo) y dejó entrever qué alternativa aprobará el Senado.
Se trata -de acuerdo con los testimonios que hoy pudo recoger El Litoral- de bajar a la mitad el monto del endeudamiento que solicita el gobernador Miguel Lifschitz.
En lugar de esa cifra en dólares (unos 14 ó 15 mil millones de pesos), la mitad: U$S 500 millones. Y la idea es no reducir en esa proporción la ejecución de las obras, sino que el Ejecutivo haga las asignaciones presupuestarias para 2016 de acuerdo con esa cantidad de recursos.
“Si por ejemplo, tenemos hoy en el proyecto de ley que hay equis cantidad de pesos para equis obra, bueno se baja a la mitad y se plantea lo que resta para una segunda etapa”, explicó un senador que prefirió reservar su identidad porque “aún restan detalles al proyecto alternativo” que discutirá el bloque.
La propuesta consiste en fijar “un compromiso público de los senadores justicialistas” para aprobar, en 2017, una segunda ley de endeudamiento, por otros U$S 500 millones y así completar lo previsto por el mensaje.
Argumentos
La subejecución de obras del gobierno anterior es el principal argumento de la oposición. En esa dirección, durante la sesión del jueves pasado se aprobó un pedido de informes que espera que sea el propio gobierno el que haga una suerte de confesión, y diga que en 2015 no se pudo ejecutar lo presupuestado.
La visita de tres ministros a los senadores del PJ, el 9 del corriente, no logró ablandar a la oposición. Todo indicaba que podía instalarse una discusión sobre el número de obras para cada departamento, pero en su lugar se produjo una fuerte controversia sobre las características y sobre el monto del endeudamiento.
La primera opción que algunos senadores dejaron trascender estaba aún más alejada del proyecto oficial: tres cuotas anuales, hasta completar 1.000 millones de dólares. Sin embargo, debe también decirse que hubo senadores interesados en aprobar incluso más y llegar a 1.500. (Ver aparte).
“Los U$S 500 millones son 7.500 millones de pesos. Que junto a los 11.000 millones ya aprobados en el presupuesto, suman 18.500 millones de pesos para ejecutar en obra pública este año... Es mucho. Si logran ejecutar todo eso, para lo cual hay tiempo material, en 2017 les habilitamos otros 500 millones de dólares”, resumió Traferri.
¿Habrá sesión?
La reunión de mañana del bloque de senadores del PJ, además de definir cómo se modificará el proyecto de ley, avanzará respecto de si es o no conveniente sesionar el jueves. Si pagará o no los costos políticos por buscar poner al reloj de su lado.
El paso del tiempo puede incomodar al oficialismo para que acepte bajar a la mitad la autorización para tomar deudas en el exterior. En cambio, para los senadores opositores la presión vendrá de sus propios territorios.
análisis L. R. Pulseada A diferencia de lo que ocurrió durante el gobierno de Antonio Bonfatti, hoy el gobernador Miguel Lifschitz cuenta con mayoría oficialista en la Cámara de Diputados. Desde que gobierna el Frente Progresista, el Senado ha sido siempre un refugio para el Partido Justicialista, que gobernó Santa Fe desde 1983 hasta 2007. Allí el peronismo -fuera reutemannista, obeidista, kirchnerista, sciolista o simplemente justicialista- nunca perdió la mayoría. Hoy tiene 11 de las 19 bancas, pero ahora no cuenta con los dos tercios (como cuando gobernó Hermes Binner). Si para el tema del endeudamiento se impone una discusión de Cámara a Cámara (en caso de que Diputados insista con el mensaje original), ganará quien llegue a los dos tercios. Y en la Cámara Baja el oficialismo tiene más recursos para ello, que la oposición en el Senado. Con una ventaja extra: la Casa Gris la eligió como Cámara de origen. Sin embargo, el mecanismo legislativo para que se confirme el despacho de la Cámara a la que el Ejecutivo envió su mensaje exige algo que para el gobierno vale tanto como los dólares que busca afuera: tiempo. [email protected]