El presidente Javier Milei envió al Senado los pliegos del juez federal Ariel Lijo y el abogado y catedrático Manuel José García Mansilla para ocupar cargos en la Corte Suprema de Justicia.
En los fundamentos se destacan las cualidades de ambos postulantes para integrar el Alto Tribunal y se responde las críticas. Contarían con el apoyo del Senado para su aprobación, con la colaboración del kirchnerismo.
El presidente Javier Milei envió al Senado los pliegos del juez federal Ariel Lijo y el abogado y catedrático Manuel José García Mansilla para ocupar cargos en la Corte Suprema de Justicia.
Lijo y García Mansilla son propuestos por Milei para ocupar el cargo vacante que dejó Elena Highton de Nolasco y el que quedará libre el próximo 29 de diciembre, cuando Juan Carlos Maqueda cumpla 75 años, ya que no ha presentado un pedido para permanecer en el alto tribunal más allá de esa fecha.
En los fundamentos, el gobierno no solo alude a las cualidades que atribuye a ambos postulantes, sino que también responde las impugnaciones que les fueron formuladas; fundamentalmente en el caso de Ariel Lijo, una figura con mucha mayor exposición por su condición de juez federal (y correlativamente su desempeño como tal), y visibilización en el ámbito político, desde donde vinieron algunos de los cuestionamientos.
Más allá de esas críticas, y de las observaciones producidas sobre todo por organizaciones vinculadas al mundo jurídico, Lijo contaría con el apoyo de suficientes senadores de distintos espacios políticos, peronismo incluido, como para alcanzar los dos tercios necesarios para ser elegido ministro de la Corte. El apoyo, que el propio magistrado gestionó en una sucesión de reuniones y contactos, también es amplio en el fuero federal, que advierte la oportunidad de tener un contacto de primer nivel en el Alto Tribunal, hoy integrado exclusivamente por miembros que provienen de la política o del mundo académico.
Lijo, pese a su rol en el procesamiento de Amado Boudou y algunas impugnaciones puntuales por su desenvolvimiento en determinadas causas (vinculadas sobre todo al manejo de los tiempos procesales), tiene buena recepción en el peronismo en general y en el kirchnerismo en particular, que al menos en buena medida estaría dispuesto a acompañarlo con el voto. García-Mansilla, en tanto, es una figura mucho más respetada en el ámbito académico, con una impronta fuertemente conservadora, y marcada afinidad ideológica con el Presidente.
Pero la movida impactó sin dudas en la propia Corte, que con el ingreso de los dos nuevos ministros y la salida de Maqueda vería alterada la actual relación de fuerzas, con una mayoría compuesta por el cordobés junto al presidente Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz, frente a Ricardo Lorenzetti, en una interna que quedó expuesta a la luz pública recientemente y en duros términos, luego de la creación de una nueva secretaría penal. Precisamente, la postulación de Lijo se atribuye a sugerencias de Lorenzetti.
"Finalizado el procedimiento de participación ciudadana, conforme el Decreto Nº 222 del 19 de junio de 2003, modificado parcialmente por el Decreto N° 491 del 29 de mayo de 2018 y por el Decreto N° 267 del 20 de marzo de 2024, se procede a la elevación de la presente propuesta teniendo en cuenta la capacidad técnica y jurídica del citado profesional", afirman los pliegos que proponen a Lijo y Garcia-Mansilla, y que llevan la firma presidencial y la del ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona.
En el marco de dicho procedimiento, "se recibieron presentaciones de instituciones, de organizaciones no gubernamentales y asociaciones profesionales del quehacer judicial y académico; de los derechos humanos; sindicales y sociales y de juristas de reconocida relevancia tanto a nivel nacional como internacional y de la ciudadanía en general, destacándose el gran número favorable a su propuesta".
En el caso de García-Mansilla el Gobierno subrayó que "la mayoría de las opiniones fueron a favor" y señaló que se "sustentan en su acreditada idoneidad para el desempeño del cargo de que se trata, su trayectoria como docente universitario, los numerosos artículos del que esautor y su reconocida solvencia intelectual".
Las objeciones, en su mayor parte, estuvieron dirigidas a cuestionar sus posicionamientos sobre la jerarquía de los tratados internacionales de derechos humanos y sobre los derechos sexuales y reproductivos, que podrían afectar la eficacia de los derechos humanos y la ausencia de candidatas mujeres para el cargo.
Tras dar detalles sobre su carrera y estudios, el Gobierno expresó que García-Mansilla "ha dado muestras a lo largo de su trayectoria personal y profesional de respeto irrestricto a nuestra Carta Magna, al sistema democrático, y compromiso con la defensa de los Derechos Humanos, todo lo cual lo erigen en un digno aspirante a ocupar un sitio en la Corte Suprema de Justicia.
En tanto, en el caso de Lijo, el Poder Ejecutivo remarcó que "la mayoría de las opiniones a su favor se sustentan en su acreditada idoneidad para el desempeño del cargo de que se trata, su trayectoria en el Poder Judicial de la Nación, su labor como docente universitario y su notable formación jurídica y permanente especialización en el campo del Derecho Penal".
Sobre las impugnaciones contra el juez federal, el pliego señaló que "una cantidad considerable de ellas no versa sobre las cualidades o condiciones del doctor Lijo en particular, sino que, en cambio, en general trasuntan consideraciones vinculadas al procedimiento de preselección regulado por el Decreto N° 222/03 y a la composición del Máximo Tribunal en materia de equilibrio de género, exigencia que, en la medida de lo posible, corresponde ser tenida en cuenta, pero que de ninguna manera resulta excluyente para la postulación del presente candidato".
"Con relación a otros argumentos impugnatorios que se basaron en la falta de aptitudes morales e intelectuales, habilidades y/o experiencia del candidato y que resultan exigibles para ocupar el cargo en la Corte Suprema de Justicia de la Nación, se señala que dichos extremos fueron sólidamente aclarados por el mismo postulante en ocasión de formular su descargo, no revistiendo ninguno de ellos entidad suficiente para erigirse por encima de las consideraciones en que se apoya la postulación", se indicó.
Los pliegos necesitan el apoyo de dos tercios de los miembros presentes del Senado: 48, si los 72 senadores estuvieran en sus bancas. El Gobierno tiene solo siete votos propios en la Cámara alta, por lo que la única forma de que el Poder Ejecutivo consiga los dos tercios es un acuerdo político con el bloque de Unión por la Patria y con Cristina Kirchner, que controla al menos a la mitad de los 33 miembros de la bancada.
En el trámite de apoyos y objeciones, que culminó el 9 de mayo, Lijo sumó 3578 adhesiones y 328 impugnaciones. García-Mansilla recogió 3126 avales y 110 objeciones a su candidatura. En total se recibieron 7142 presentaciones a favor y en contra.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.