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Tras una extensa audiencia judicial, la viuda del ex secretario privado de Néstor Kirchner regresó al penal de Ezeiza. Bonadio buscará corroborar sus declaraciones antes de homologar el acuerdo como arrepentida.
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El juez federal, Claudio Bonadio, no otorgó la figura de arrepentida a Carolina Pochetti, viuda de Daniel Muñoz, quien fue secretario de Néstor Kirchner, en la causa de los cuadernos de las coimas.
Por este motivo, Pochetti volvió a la cárcel de Ezeiza luego de mantener una extensa audiencia de más de cinco horas, donde respondió distintas preguntas en el juzgado. El contenido de esa declaración se mantiene reservado.
La audiencia
La viuda de Daniel Muñoz fue trasladada por la mañana desde su lugar de detención para ver al juez Bonadio, luego de llegar ayer a un acuerdo con los fiscales del caso, Carlos Rivolo y Carlos Stornelli, para ser “imputada colaboradora” a cambio de aportar información relevante a la investigación.
Estuvo desde la mañana en la sede del juzgado, en el cuarto piso de los tribunales federales del barrio porteño de Retiro para cumplir con la llamada “audiencia de homologación”, a la que según la Ley del Arrepentido debe convocar el juez para preguntarle al acusado si declaró libre de presiones y para que ratifique sus dichos. En este caso, la audiencia duró cinco horas donde Pochetti estuvo asesorada por su nuevo abogado, el defensor oficial Juan Martín Herminda.
Según fuentes judiciales, el juez buscará corroborar algunas de sus afirmaciones antes de suscribir el acuerdo que podría derivar en beneficios para la acusada a la hora de una sentencia condenatoria, como rebaja de pena y un pedido de excarcelación inmediato, que podrá o no ser concedido por el magistrado.
La declaración que dio en la fiscalía se mantiene en reserva, aunque fuentes del caso destacaron que para ser aceptada como arrepentida tendría que “hablar del principio, el origen del dinero, de dónde vino o del final, donde está en la actualidad, porque la parte del medio los fiscales ya la tienen”.
“Pieza clave”
Pochetti es considerada una “pieza clave” en la parte del caso Cuadernos que investiga el lavado de dinero por unos 70 millones de dólares por parte de Muñoz, fallecido en el 2016, y su entorno, que se sospecha provinieron del cobro de sobornos a empresarios adjudicatarios de obra pública y concesiones.
La sospecha de los investigadores es que ese dinero provino del pago de sobornos por parte de las principales empresas de obra pública en el kirchnerismo y se trata de determinar si Muñoz actuó como testaferro del fallecido ex presidente.
Al quedar detenida en octubre pasado, Pochetti fue indagada y aseguró que nunca supo de dónde provenía el dinero de su marido y agregó que el jefe del fallecido secretario era el ex presidente Néstor Kirchner y que siempre le decía -ante publicaciones sobre supuestos ilícitos- que eran cosas de la política y que buscaban perjudicar al ex mandatario.
Pochetti está sospechada de haber participado de las maniobras para ocultar el verdadero origen de unos 70 millones de dólares que, según los investigadores, su marido sacó de la Argentina y movió en los Estados Unidos para la compra de propiedades que luego se vendieron y ese dinero habría sido escondido en paraísos fiscales.