El empresario Sergio Lifschitz remitió una nota a El Litoral afirmando que “es falso” que haya socavado la protección del túnel y que en cambio “se aumentó la cubierta y protección” en la cabecera del lado Paraná.
“No existen lotes arriba del túnel. Los lotes que se venden están ubicados al este y al oeste del viaducto con un amplio margen de separación”, dice el empresario. Afirma que la restricción a la zona “fue dictada dos años después de que la caleta y la mayoría de la obra estuvo terminada y no tiene ningún valor jurídico para restringir el derecho de propiedad de un particular”. Advierte que “cualquier restricción al dominio privado requiere ser indemnizada y debe ser dispuesta por el órgano legislativo” competente, “cosa que no sucedió”.
Aclara que “nunca se dragó sobre el túnel” y que incluso “se aumentó la cubierta”. Dice que la caleta “se realizó en 2001 con un diagrama que se acordó con las entonces autoridades del túnel”. Alude a una consulta formal del municipio al túnel “y éste no planteó ninguna restricción”.
Dice que “la ejecución de la caleta y el tablestacado corresponde a la esfera de competencia de la Dirección Nacional de Construcciones Portuarias y Vías Navegables” que “aprobó las obras”.
Asegura Lifschitz que “es falso” que el terreno esté bajo jurisdicción del túnel porque el decreto del Poder Ejecutivo Provincial 2950 MOYSP del 04/10/1976 dejó sin efecto la declaración de utilidad pública y la sujeción a expropiación del inmueble en cuestión, desafectando el mismo.
Aclara el empresario que no compró los terrenos a la Municipalidad sino en un remate del 26 de diciembre de 1997, en una “ejecución hipotecaria promovida por el Banco Municipal de Paraná”. Recuerda que el predio “se encuentra inscripto en el Registro de la Propiedad Inmueble, sección Dominio Urbano, desde 1965”.
Dice que “nunca estuvo afectado” al túnel en el marco del acuerdo Silvestre Begnis-Uranga. “Más aún, este terreno quedó afuera del cercado que constituye el predio de las instalaciones del túnel, de manera que la información es absolutamente falsa”.
Evalúa Lifschitz que el calificativo de “insólito” para su emprendimiento inmobiliario “es agraviante” y que Amarras del Sol tiene permiso de uso para la construcción del complejo urbanístico por parte del municipio desde 1999.
También argumenta que “es falso” que conocía que los terrenos eran de propiedad provincial porque “estaban inscriptos en el Registro de la Propiedad” desde 1965 como privados a nombre del Banco Municipal de Paraná.
También dice que “es falso” que se apropió del terreno sobre la cabecera entrerriana del túnel unilateralmente. “Por errores técnicos de la mensura original no se computó en la superficie del predio el área extrapoligonal y se relevo el límite con el río Paraná hasta el pelo de agua, con la cota de 5.48 mts. el día de la medición, siendo que la altura de la línea de ribera era 4,30 metros.
Esto surge del dictamen 08/03/2000 de la directora de Catastro y Cartografía Urbana de la Municipalidad de Paraná”.
Plantea por último que la publicación de los informes “causan una afectación a mi derecho y el honor y generan daños económicos al emprendimiento inmobiliario Amarras del Sol”, y consecuentemente pide que el diario “se abstenga de realizar nuevas publicaciones”.