Martes 4.5.2021
/Última actualización 18:18
El gobernador Omar Perotti logró este lunes el apoyo de los intendentes de las principales ciudades de la provincia para insistir ante el gobierno nacional con el pedido de que se revise la decisión de considerar a los departamentos Rosario y San Lorenzo como regiones en "alerta epidemiológica". Ello redunda en la suspensión de la presencialidad en las escuelas.
Como se sabe, el propio mandatario expresó el domingo por la noche que no estaba de acuerdo con ese postulado, y que en consecuencia, había iniciado ya una gestión ante Jefatura de Gabinete de Nación para que se corrigiese esa clasificación. Es que uno de los parámetros que se utilizan para definir dicha categorización es la disponibilidad de camas críticas. Y es cierto que las plazas están casi agotadas, pero el argumento de la provincia es que muchos de los pacientes que recibe la gran urbe del sur provienen de distritos ajenos al departamento Rosario, y a veces, hasta de otras jurisdicciones.
"En nuestros hospitales y sanatorios atendemos pacientes de toda la provincia; por eso no tenemos disponibilidad de camas", dijo a El Litoral el intendente rosarino, Pablo Javkin. Con esa explicación como principal argumento, el dirigente del Frente Progresista ratificó en la reunión y ante el gobernador el pedido para que los alumnos puedan retornar a las aulas. Asimismo, reclamó mayor autonomía de la provincia a la hora de determinar cuáles son las restricciones que se deben adoptar en el territorio, así como a la hora de precisar los criterios que deben regir para tomar dichas medidas.
Un planteo similar formularon algunos intendentes del norte provincial; en ese caso, pidieron que las diferentes regiones tengan la posibilidad de flexibilizar las medidas restrictivas, en caso de que la situación sanitaria no sea de tanta complejidad.
De la videoconferencia participó, incluso, una funcionaria del Ministerio de Salud de la Nación que escuchó los planteos, pero defendió la decisión del gobierno central. Perotti, por su parte, estuvo acompañado de los ministros de Salud, Sonia Martorano; de Gestión, Marcos Corach; de Gobierno, Roberto Sukerman; del Fiscal de Estado, Rubén Weder; y del secretario de Municipios, José Luis Freyre.
Así como los funcionarios provinciales y el propio gobernador recogieron y compartieron el planteo de los intendentes, también advirtieron acerca de los efectos jurídicos y hasta penales que implicaría desobedecer una disposición nacional. "No es tan sencillo salirse de lo que establece un Decreto de Necesidad y Urgencia; no hay tanto margen y las consecuencias pueden ser graves para Santa Fe", dijo una fuente del Poder Ejecutivo a El Litoral, parafraseando lo expuesto en el encuentro. Las "consecuencias" serían jurídicas pero también políticas.
Por lo tanto, gobernador e intendentes convinieron rubricar una suerte de acta con la firma de todos para elevarla con más fuerza a la Nación. Pero algo quedó claro; no habrá marcha atrás con la decisión de suspender la presencialidad, si el gobierno nacional no lo autoriza. Y ello sólo será si se logra convencer al Jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, de que debe recategorizarse a Rosario y San Lorenzo. Santa Fe no se saldrá de lo que el DNU estipule. Esa gestión, entre idas y venidas, probablemente consuma toda la semana. Por lo tanto, de ser exitosa, la provincia podría en el mejor de los casos evitar que también la semana próxima deba suspenderse la presencialidad en las escuelas del sur. De lo contrario, deberá prorrogarse hasta el 21 de mayo la determinación que impide que los alumnos puedan retornar a las aulas.
Este martes, en diálogo con la prensa, Perotti explicó que es el Jefe de Gabinete de Nación quien tiene facultades para modificar la norma que suspende la presencialidad en las escuelas de Rosario y San Lorenzo. "Pedimos la reconsideración de la situación sanitaria de Santa Fe y la necesidad de trabajo con los equipos de salud en la provincia que ya ayer participaron de la reunión con intendentes a fin de que vean cómo estamos trabajando, incluso, ampliando la infraestructura de salud e involucrando localidades pequeñas que no tienen problemas. Algunos nos plantearon por qué no se comunicó rápido la decisión (de suspender las clases) el domingo… Y fue porque estuvimos hasta último momento con eso. La presencialidad no tiene discusión en Santa Fe porque para eso nos preparamos en las escuelas y vacunamos a casi todo nuestro personal docente de todos los niveles. No declamamos clases y escuelas; lo hicimos, pero aquí estamos discutiendo un cuadro epidemiológico y de necesidad de camas para contener", explicó.
Consultado acerca de qué podría suceder en las próximas horas en las localidades de La Capital, el gobernador admitió que se comenzarán a analizar "medidas diferenciales" para los diferentes departamentos.