El presidente Alberto Fernández reapareció en público tras haberse aislado una semana por ser contacto estrecho de un contagio de Covid y reconoció que la negociación con el FMI atraviesa tensiones por el ajuste que estaría reclamando el organismo internacional.
"Por eso nuestra pelea con el Fondo Monetario por más que algunos se disgusten; donde firmemente decimos que queremos tener derecho a crecer según nosotros creemos cómo debemos crecer", señaló al respecto el mandatario al encabezar en el Microestadio Municipal Diego Armando Maradona de Morón una campaña de vacunación para garantizar la presencialidad plena de los alumnos durante el ciclo lectivo 2022.
En este sentido, prosiguió: "Debemos recordar que cuando los ajustes llegaron, nuestro pueblo padeció. Sólo recuerden el 2001 lo que significó para la Argentina. Y recuerden que el ajuste más cercano que el fondo le pidió a la Argentina hizo desaparecer el Ministerio de Salud, el de Trabajo y el de Ciencia y Tecnología".
El Gobierno deberá afrontar el viernes próximo el primer vencimiento del año con el FMI, por U$ S 731 millones, en concepto de amortización de capital por el préstamo que el organismo otorgó a la Argentina en 2018.
Apenas unos días después, el primero de febrero, habrá otro vencimiento, por U$ S 368 millones, por intereses de ese mismo crédito stand by que el Poder Ejecutivo busca renegociar.
Por el momento, la Casa Rosada no confirmó si se realizará el pago del viernes 28 de enero. Las negociaciones con el Fondo Monetario están empantanadas: el ministro de Economía, Martín Guzmán, reconoció recientemente que el "sendero fiscal" es el eje de las diferencias con el organismo.
Durante la semana pasada, el jefe del Palacio de Hacienda insistió con que el país "necesita más tiempo para pagar y quiere llegar a un acuerdo, que es necesario para ambas partes".
"La diferencia que tenemos con el FMI es la velocidad de consolidación fiscal y las combinaciones entre gastos e ingresos. No queremos penalizar la demanda cuando la economía se está recuperando", argumentó Guzmán, en un reportaje que concedió a un matutino francés.
El funcionario aseguró que el programa stand by de 2018 con el FMI "no logró ninguno de sus objetivos: no permitió que Argentina retomara su crecimiento, no controló la inflación, ni protegió a los más vulnerables. Por el contrario, ha agravado la recesión, el desempleo, la pobreza y la inflación"..
La Argentina se encuentra en serias dificultades para hacer frente a los dos vencimientos que se avecinan, ya que las reservas netas del Banco Central están en su nivel más bajo desde 2016: el viernes último se ubicaron por debajo de los U$ S 39.000 millones.
En marzo operan dos vencimientos más, por un total de U$ S 2.828 millones y, hasta ahora, en el Ministerio de Economía admiten que es imposible saber si se podrán postergar. Desde que asumió, Alberto Fernández abonó al FMI un total de U$ S 6.359 millones, por el préstamo récord de 2018.
El presidente aseguró que la negociación con el FMI busca proteger el crecimiento del país, pero al enunciarlo, cometió un furcio que rápidamente modificó. "Por eso nuestra pelea contra el Fondo Monetario… con el Fondo Monetario Internacional", corrigió el mandatario, y continuó: "es importante, porque firmemente decimos que queremos tener derecho a crecer y a cómo queremos hacerlo. Recuerden que el ajuste más cercano que el fondo le pidió a la Argentina hizo desaparecer el ministerio de salud, el de trabajo y el de ciencia y tecnología".
Más vencimientos que reservas
El economista Daniel Marx detalló que "esta semana hay que pagarle al Fondo U$ S 720 millones. Después hay otro vencimiento dentro de un mes que es de algo más de 300 millones de dólares, y en marzo hay un vencimiento más grande, que es de 2.900 millones de dólares aproximadamente".
Para el economista. el Gobierno apuntaba a presentar un programa vigente para el mes de marzo que habilite "el desembolso para el pago". "Marzo era un poco el objetivo, no solo por el monto sino porque el mismo Gobierno expresó que se estaba apuntando a tener un programa vigente para el mes de marzo que habilite un desembolso para el pago", sostuvo.
Por otra parte, señaló que las reservas brutas publicadas por el Banco Central son de "alrededor de 39 mil millones de dólares", y diferenció 29 mil millones de dólares que corresponden a un swap de monedas acordados con el Banco Central de China, que no pueden ser utilizados para pagos debido a su liquidez.
"Hay casi dos mil millones de dólares que corresponden a la liquidez de los bancos que respaldan los depósitos en dólares", afirmó Marx, y sentenció: "Si uno redujese los importes a las reservas brutas, se queda alrededor de cero".
Aseguró que los países emergentes "tienen niveles de reservas superiores computados en referencia a los pagos que deben hacer". "Estamos pasando por la escases de reservas, a la espera del acuerdo con el FMI que nos permita repuntar para adelante y no generar cuestiones de incertidumbre sobre los niveles de reservas", ponderó, y sumó: "No es fácil cerrar el acuerdo antes de marzo, pero el Gobierno lo busca y parece que el Fondo lo desea".
También, destacó que el FMI "siempre pide más" de lo que los países ofrecen y muestran como límites propios. "Están viendo el programa general, cómo se relaciona la cuestión fiscal con la evolución de la oferta de dinero y las consecuencias sobre la inflación", declaró. Por último, celebró la visita de Cafiero a Blinken y definió la negociación de la deuda como una gestión "trabajosa y compleja".
En su reaparición pública, Fernández estuvo acompañado durante el acto por el ministro de Educación, Jaime Perczyk; el intendente local, Lucas Ghi, y por el jefe de Gabinete, Juan Manzur, en medio de los rumores sobre el eventual alejamiento del tucumano por diferencias con el Presidente. Al respecto, Manzur buscó bajarle el tono a las versiones sobre su posible renuncia al Gabinete y manifestó tener "una excelente" relación con Fernández. Por otro lado, el Presidente respondió los polémicos dichos de la ministra de Educación de la Ciudad, Soledad Acuña, sobre el presente de los chicos que debieron abandonar la escuela durante la pandemia.