Miércoles 11.11.2020
/Última actualización 18:31
La opinión que adelantara el gobernador el viernes respecto de suspender excepcionalmente las PASO el año que viene, además de generar controversia en el arco político opositor, disparó el desafío de resolver y encontrar el mecanismo por el que se deberían sustituir esas internas. Omar Perotti, ante la consulta de El Litoral, anticipó que en virtud del escenario generado en el país por la situación sanitaria y teniendo en cuenta el costo oneroso de realizar una elección primaria, sería recomendable suspender el proceso el año que viene. Como se sabe, el 2021 conlleva un calendario electoral con comicios nacionales para renovar bancas de diputados y senadores en todo el país; y también elecciones en la provincia de Santa Fe para renovar las más de 300 comunas, concejos deliberantes y algunas intendencias.
Perotti se sumó con su declaración a la postura de otros gobernadores que, incluso ya formalmente, le han solicitado a la Nación eliminar provisoriamente las PASO. Aunque su opinión no es compartida ciento por ciento por todos los referentes de su partido.
Si se suspenden las primarias, que constituyen el mecanismo natural para la selección de candidatos de acuerdo con el sistema electoral vigente tanto en el país como en Santa Fe, la pregunta inmediata es por qué mecanismo se resuelven, entonces, esas candidaturas.
En diálogo con El Litoral, el presidente del Partido Justicialista, Ricardo Olivera, razonó sobre la problemática que implica carecer de esa instancia de definición de postulantes. "Nosotros defendemos las PASO y la boleta única porque es, además, el sistema que hemos votado. La suspensión de las primarias atenta contra la participación de los santafesinos – planteó- . Pero si se considera que lo más recomendable es suspenderlas, la pregunta que me hago en mi carácter de presidente del partido es cómo resolvemos las candidaturas". Y en el afán de encontrar una respuesta, ensayó hipótesis. "¿Cómo hacemos? - insistió -. A nivel nacional son pocas candidaturas y se puede trabajar sobre una lista de unidad. Pero en la provincia, donde tenemos que resolver las candidaturas de más de 300 localidades, cómo hacemos… ¿Internas partidarias? No se puede. ¿Resuelve un Congreso partidario? Somos 400 congresales y eso es materialmente imposible. ¿Se eligen, entonces, a dedo los candidatos en una mesa entre cuatro o cinco personas? Ninguna de estas tres opciones es posible. Hay que pensar en cómo se sustituye ese mecanismo de selección de candidatos", insistió.
- ¿Mediante un sistemas de lemas o neolemas?
- Ley de Lemas, no. A título personal creo que el sistema de neolemas sería sí para estudiar, siempre refiriéndonos a la instancia provincial, que es la que mayor complejidad presenta para la resolución de candidaturas. Debería ser un sistema acotado, por ejemplo, donde se limite la cantidad de opciones electorales a presentar por cada partido para evitar el festival de boletas que hemos tenido algunos años. Algo similar al sistema uruguayo. Y siempre, pensando en sostener la boleta única. Pero todo esto tiene que ser planteado y propuesto a través de un proyecto de ley, que debe ser consensuado, sobre todo en la cámara de Diputados que integro, donde el Justicialismo tiene sólo seis legisladores.
Olivera insistió en aclarar que la opinión vertida en torno de los sistemas alternativos era "a título personal". De hecho, todas fuentes del Poder Ejecutivo consultadas por este diario negaron tener en estudio alguna iniciativa en ese sentido.
El sistema de "neolemas", tomando como base para el ejemplo el Partido Justicialista, implicaría que todos los candidatos peronistas se presentarían bajo los mismos símbolos partidarios. Pero a diferencia de la Ley de Lemas tradicional, los votos no se acumularían en el postulante que mayor porcentaje de votos haya recibido, sino que se computarían por separado.
El antecedente más recordado en el país fue el de las elecciones presidenciales de 2003, cuando a instancias del por entonces presidente Eduardo Duhalde, se propuso dicho sistema con el propósito de evitar que Carlos Menem acopiase respaldo electoral, ante la fragmentación del voto peronista.