Los funcionarios de la repartición habían sido acusados por un narcotraficante prófugo de “manejar” la venta de drogas en el sur. Y el fin de semana montaron un cuestionable operativo con periodistas, para demostrar cómo se podían fabricar acusaciones. Pero desde el Ministerio de Seguridad desvincularon la decisión de los cuestionamientos; dijeron que se trató de “un ciclo cumplido”.
Ivana Fux
En simultáneo con el megaoperativo antinarco de ayer en Rosario, el gobierno de la provincia dio a conocer la decisión política de relevar a la cúpula de la División Judiciales de esa ciudad. Se trata de siete policías: el comisario inspector Cristian Romero, el comisario principal Raúl Saccone, el subcomisario Luis Quevertoque, el oficial Néstor Quirós, los suboficiales principales José Luis Ramonda y Ariel Lotito, y el agente Matías Joel Lotito.
La repartición había sido blanco de críticas en las últimas semanas después de que en una entrevista televisiva, uno de los miembros prófugos de la banda de Los Monos -Ramón “Monchi” Machuca- los sindicara como partícipes de la comercialización de la droga en el sur. A ello se sumó el lamentable episodio del fin de semana relatado por El Litoral, donde los funcionarios policiales aludidos citaron a tres periodistas para demostrarles -cámara oculta mediante- cómo se podía fabricar un video que los inculpara en un presunto delito.
Esta mañana, sin embargo, en diálogo con este diario, el secretario de Seguridad Pública, Matías Drivet, desvinculó la determinación del descabezamiento de los cuestionamientos citados; dijo que era una decisión que se venía evaluando, y aclaró que no pesa “ninguna imputación” sobre los desplazados.
“Es una decisión que veníamos evaluando desde hace un tiempo, concretamente, desde que la causa central que tenía a cargo esta división, que era la famosa causa (de Los Monos) instruida por el juez (Juan Carlos) Vienna había llegado a una etapa con un grado de avance procesal importante. Y ya casi con un toque final, nos pareció pertinente tratar de encontrar el final a eso, que tiene repercusiones y consecuencias personales y humanas (para los investigadores), porque en esto hay un desgaste propio de la exposición pública del tema”, planteó.
—¿Entonces fue una decisión para resguardarlos?
—No. Fue una decisión como las que se toman habitualmente, en el marco de la administración de la policía en su complejidad. No tiene un motivo fundamental, un detonante, sino que tiene que ver con una medida que se estaba meditando y sobre la que se estaba trabajando. Tiene como principal motivación el desgaste producido por esta causa, y que dicha causa (como se dijo) llegó a una etapa procesal, que más allá de las personas (que se designen) a partir de ahora, cobra una entidad y circunstancias propias. Tenemos más de treinta detenidos, una cantidad de pruebas secuestradas muy importante, entonces, este tipo de reemplazos ya no afecta el desarrollo de la investigación. De hecho, ninguno de los casos (de relevo) se trata de algún tipo de consecuencia por alguna imputación judicial.
—¿Un ciclo cumplido?
—Exactamente.
—Más allá de esta explicación oficial, ¿no incidieron las declaraciones televisivas de Machuca y el episodio con tres periodistas en Rosario?
—No, cada una de esas cosas deberán acreditar su entidad en la vía respectiva. La cuestión con los periodistas a nosotros no nos pareció bien; no fue la mejor decisión pero también exigimos que el personal pidiera las disculpas del caso. No fue feliz el ejemplo; no fue feliz la metodología ni la forma en que se realizó. Con respecto a la entrevista televisiva, hay una investigación abierta. Desde el mismo momento que salió el video se iniciaron las actuaciones con comunicación del fiscal regional Rosario que ya ordenó numerosas medidas de prueba. Se han presentado espontáneamente las personas mencionadas en el informe a declarar; hay dos personas que se hicieron cargo y dijeron quiénes eran los que estuvieron en ese lugar, cuál fue el motivo, en qué fecha aproximada; con lo cual, la situación en principio estaría medianamente abordada.
—¿Los relevados serán reubicados en otras funciones?
—Hay que ir definiendo a partir de ahora qué función van a cumplir. Lo importante es que en ningún caso se trata de una imputación de tipo delictiva o pase a disponibilidad, por el momento, por supuesto.
—¿Cuándo anunciarán a los reemplazantes?
—En realidad, todo esto se da en el marco de una reestructuración que tiene que ver con ir dándole cada vez más entidad a la Policía de investigaciones nueva, creada sobre fines del año pasado. Y tiene mucha importancia cómo hagamos ese tránsito entre las áreas de investigación que corresponden con el viejo sistema procesal, hoy residual, y el nuevo esquema que se va abriendo y va ganando cada vez más volumen y entidad. En este sentido, lo que estamos haciendo es ver cómo estamos llevando a cabo el tránsito y el pase. No necesariamente quiere decir que las actuales estructuras tengan que seguir existiendo. Muy probablemente algunas de ellas irán reemplazándose, pero no está definido cuál se disolverá y cuál se mantendrá.