Desde que inició la gestión de Maximiliano Pullaro, el pasado 10 de diciembre, el Ministerio de Seguridad santafesino implementó un plan de inspecciones sorpresa que se realizan de manera aleatoria en todas las unidades de la provincia.
Tras el ataque a los micros del Servicio Penitenciario, se realizaron requisas sorpresivas en la cárcel de Piñero, al estilo Bukele en El Salvador.
Desde que inició la gestión de Maximiliano Pullaro, el pasado 10 de diciembre, el Ministerio de Seguridad santafesino implementó un plan de inspecciones sorpresa que se realizan de manera aleatoria en todas las unidades de la provincia.
Ya se han llevado a cabo más de 500 requisas, con resultados diversos. Los portavoces de la gobernación indicaron: "El objetivo es establecer un segundo anillo de control sobre aquellos reclusos que intentan ejercer violencia en las calles desde las cárceles".
En tanto, el sábado se registró en Rosario un ataque a tiros contra dos colectivos que transportaban a cien efectivos del Servicio Penitenciario de Santa Fe.
En el lugar -donde además resultó herido un agente penitenciario- se encontró un cartel en el que los agresores exigían la flexibilización del régimen para los reclusos de alto perfil, endurecido por el gobernador Pullaro.
Este episodio se suma a una serie de ataques contra personal y funcionarios de la provincia, que incluyen tiroteos y amenazas.
La persistencia de estos ataques desencadenó dos inspecciones sorpresa en la Unidad Penitenciaria Nº 11, en Piñero, que alberga a presos vinculados al narcotráfico de la ciudad de Rosario.
Las intervenciones fueron llevadas a cabo por Grupos Tácticos Especiales y los reclusos sometidos a registro son, puntualmente, miembros de la banda narco de Fran Riquelme.
Según informó el gobierno provincial, se les incautaron teléfonos celulares que ya han sido entregados a la Justicia para su peritaje.
Tras las inspecciones, el gobernador Maximiliano Pullaro y el ministro de Seguridad, Pablo Cococcioni, publicaron las imágenes en sus cuentas de Instagram.
Las fotos evocan el material que suele publicar el gobierno de Nayib Bukele en El Salvador, donde se implementó una política rigurosa de control en las instalaciones penitenciarias: se observa a los presos con el torso descubierto, sentados con las manos atadas por la espalda y la cabeza inclinada y fuertemente custodiados.
"Desde las cárceles salen las órdenes para hacerle la vida imposible a los santafesinos. Se terminó el tiempo de home office liberado, sin control y con empleados penitenciarios que eran apercibidos si molestaban a los presos", dice el texto que acompaña las imágenes, en alusión a las liberaciones que se llevaron a cabo en la pandemia, durante el gobierno de Alberto Fernández.
El comunicado añade que el gobierno santafesino no va a "retroceder ante las amenazas". "Tenemos el mandato del pueblo santafesino para restaurar la tranquilidad de los vecinos", concluye el mensaje.
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