Se realizó este miércoles por la tarde en nuestra ciudad, al igual que en varios puntos del país y del mundo (Francia, Israel, Italia, Inglaterra, Estados Unidos, España, Uruguay y Australia, por ejemplo), la Marcha del Silencio, popularmente conocida como “18F”, en la que se conmemoró un mes del fallecimiento del fiscal Alberto Nisman y que sirvió para reclamar celeridad en la investigación que busca esclarecer las circunstancias en las que se produjo su deceso.
A pesar de las malas condiciones climáticas, miles de personas (10.000 según cálculos de la Municipalidad) se concentraron espontáneamente (no hubo “acarreo” de gente en colectivos ni combis) en la explanada de la Legislatura provincial, en calle General López y Urquiza, y desde allí marcharon hacia la Plaza 25 de Mayo, frente a la Casa de Gobierno, donde siguieron llegando manifestantes.
Si bien había gente esperando ya en el lugar final de la concentración, fue imponente el ingreso de la columna que marchaba en silencio desde la Legislatura, por avenida General López.
Tal cual como se promovió, la marcha cumplió con la consigna de manifestarse en silencio, con respeto, por la paz, reclamando justicia y contra la corrupción. Allí no hubo discursos, consignas políticas, ni cantos. Sí hubo aplausos, se entonó el Himno Nacional y, por momentos, la manifestación hizo recordar a las marchas por los derechos humanos cuando los asistentes enunciaron la consigna “Nisman, presente. Justicia, ahora y siempre”.
Muchos coincidieron en afirmar que ningún cacerolazo reunió en nuestra ciudad tanta gente como esta Marcha del Silencio, la que es comparable como aquella primera gran manifestación tras la trágica inundación de 2003. En esta oportunidad la mayoría de los presentes eran adultos, mayores de 40 años, y también se vio a muchas familias. Fue una manifestación muy grande, que duró poco, pero que se hizo sentir.
En Buenos Aires
Bajo una lluvia torrencial se realizaba la marcha en la Ciudad de Buenos Aires. La columna de la Marcha del Silencio, en homenaje al fiscal Alberto Nisman, marchaba nutrida a lo largo de la Avenida de Mayo y la calle Rivadavia, en el tramo de diez cuadras que une la Plaza de Mayo con el Congreso Nacional.
Entre los asistentes estaban la madre de Nisman, Sandra Garfunkel, así como su exmujer, la jueza Sandra Arroyo Salgado, y las hijas que tuvo con Nisman, Iara y Kala
También estaban numerosos fiscales y jueces, incluso del interior del país. En primer plano se vio a los fiscales impulsores de la marcha -José María Campagnoli, Guillermo Marijuan, Carlos Rívolo, Ricardo Sáenz, Carlos Stornelli y Germán Moldes- y al jefe del gremio de los trabajadores judiciales, Julio Piumato.