Luis Rodrigo | [email protected]
Para la secretaria de Energía santafesina se trata de “probar lo que en el campo se sabe hace años”.
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“Es una prueba sin antecedentes por la magnitud de la muestra y porque va a contar con una validación técnica inobjetable”, anticipó en diálogo con El Litoral la secretaria de Estado de la Energía de Santa Fe, Verónica Geese, respecto de la prueba -con 400 colectivos de la ciudad de Rosario- que utilizarán una mezcla con 25% de biodiésel en sus tanques.
Durante 6 meses, las empresas Mixta y Semtur llevarán a esa proporción el corte, que hoy la ley fija en un 12% “y en realidad no se cumple por completo”, advirtió Geese.
“Hay reparos y prejuicios sobre el biodiésel, esta prueba quiere despejarlos. Vamos a mostrar con datos estadísticos y mediciones de todo tipo lo que en el campo se sabe de modo práctico desde hace años: que el diésel puede ser reemplazado incluso en un 100% con biodiésel. Hay muchos productores que lo usan en sus maquinarias sin ningún inconveniente”, recordó.
Subir la cuota obligatoria de biodiésel implica crear una política nacional de “triple impacto: social, económico y ambiental”.
Detalló que “queremos aumentar el mercado interno para proteger a las empresas productoras de biodiésel de los vaivenes del mercado internacional, como ya nos ha pasado con Europa y los Estados Unidos, que recae sobre el precio del aceite y recae en la materia prima y en el productor; son factores que complejizan muchísimo la situación del campo, lo que limita nuestra potencialidad”, indicó tras mencionar que Santa Fe es la primera en biodiésel del país.
“Cuanto mayor sea el corte con biodiésel menores serán las emisiones de gases de efecto invernadero y de particulado nocivo para la salud. Además, los empleos verdes de Santa Fe podrían aumentar”, agregó.
Prejuicios e intereses
“Hay tantos actores en el sector, desde la producción de combustibles hasta los fabricantes de vehículos, pasando por talleres mecánicos y usuarios, que nos parece necesario despejar todas las dudas. Queremos demostrar que no hay ningún inconveniente técnico para aumentar el corte de biodiésel en el diésel. Cada vez que planteamos subir el corte para el combustible verde tenemos respuestas vagas, imprecisas, que se basan en un supuesto inconveniente técnico... Vamos a demostrar que es posible”, dijo la funcionaria.
“Con esta validación va a ser mucho más fácil sentarse en una mesa con el gobierno nacional y las otras partes para llegar a una estrategia nacional que es lo que nos está faltando en biocombustibles y sobre todo para el biodiésel. Un corte al 25% significa importar menos diésel y tener una industria que exporta biodiésel en mejores condiciones, al asegurarle un mercado interno estable”.
En Buenos Aires
El 19 de junio, el gobernador Miguel Lifschitz encabezará la firma del convenio marco con representantes de la Municipalidad de Rosario, de la Cámara Argentina de Biocombustibles (Carbio), de la Cámara Argentina de Empresas Regionales Elaboradoras de Biocombustible (Cepreb), de la consultora ALG y de la empresa Shell. El acto comenzará, a las 13, en el predio de La Rural en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
“Es posible hacer esta prueba -dijo Geese- porque la Municipalidad de Rosario tiene 400 buses de flota pública, en dos empresas, y vamos a tener tres unidades que funcionarán al 100% con biodiesel. La Consultora ALG de Alberto Garibaldi (de Autotécnica) cuenta con un alto prestigio en el sector y ha llevado adelante una prueba similar -con una muestra más pequeña- en Uruguay, con otro corte. Vamos a trabajar con las dos grandes Cámaras de biodiésel y ellos también van a contratar una auditoría para aprovechar esta experiencia”.
“Los argentinos subsidiamos al petróleo”
—¿Por qué para Santa Fe es tan importante elevar el corte de biodiésel del 12 al 25%?
—Para nosotros es clave. Y en nuestra gestión este proyecto es uno de los más importantes de este año. Lo venimos planteado desde hace dos años al gobierno nacional y con el ex ministro Juan José Aranguren habíamos logrado formar una mesa de análisis de estos temas que, con las urgencias de las tarifas y otros problemas, lamentablemente nunca se puso en marcha en nuestro país. Esperemos que el próximo ministro lo haga. Los argentinos necesitamos una política clara al respecto. Brasil nos lleva 20 años en este tema, y desde hace diez ellos avanzan en biocombustibles para su aviación, eso les abriría un mercado importantísimo.
—Santa Fe cuenta desde hace años con una legislación especial, con exenciones impositivas para promover el biodiésel.
—La 12.692, es la misma ley que promueve todas las energías renovables, los biocombustibles. Es una norma (de 2006) que tiene la virtud de definir políticas de Estado, se hizo pensando a futuro. No había por entonces un desarrollo del sector tan importante. Lo mismo la legislación nacional que obliga a un corte del 12%, que no se cumple, pero que tiene la virtud de darle la prioridad a las empresas pequeñas y medianas del sector. Las excenciones impositivas fueron una señal muy clara para esta industria y los resultados están a la vista.
—¿Hay una capacidad ociosa en las empresas productoras de biodiésel de Santa Fe?
—Sí. Sobre todo en las grandes empresas exportadoras por la pérdida de mercados externos. Y en las pequeñas y medianas por idas y vueltas con el precio, que está regulado en el mercado interno. Hubo empresas que postergaron sus planes de inversión y expansión a la espera de definiciones sobre el mercado argentino de combustibles.
En Santa Fe nos interesa especialmente su desarrollo, porque es eventualmente el último paso al agregarle valor a esta materia prima que producimos en la provincia. Es un círculo perfecto y si queda toda esta actividad dentro de Argentina, mejor aún.
—¿Por qué “eventualmente”?
—Porque hay un desarrollo en los bioplásticos que todavía no hemos explorado y que puede generar una explosión de productos como antes ocurrió con las bioenergías.
—El cuidado del medio ambiente es un aliado para la buena imagen del biodiésel ante la sociedad... Lo más difícil será convencer al sector petrolero, que tiene mucho que perder.
—Sí, seguramente, pero tampoco es un sector que sea excesivamente conservador, al menos a nivel internacional. En el mundo, ya se ha comprendido que la presión social en favor del medio ambiente obliga a cambiar, y que no se podrá seguir apostando sólo a las energías fósiles. En nuestro país, los que lo vean a tiempo intentarán aportar a estos nuevos desarrollos para una matriz energética diversificada, y los que no seguramente tratarán de sobrevivir y de seguir entorpeciendo... hasta que la realidad se los lleve por delante. Más tarde o más temprano, va a suceder
Uno puede pensarlo en el sentido más romántico en favor del ambiente y de nuestra salud. Pero también en términos prácticos y económicos las energías verdes se van a imponer.
—El petrolero es un sector con poder.
—Sí, pero esto no tiene retorno. Cuando las sociedades avanzan y resuelven sus temas económicos más urgentes de inmediato revisan su calidad de vida y eso tiene directa relación con el ambiente.
—Cuando carguemos el tanque con 25% de biodiésel en lugar de 12%, ¿vamos a tener los usuarios por fin un ahorro?
—En este momento, significaría un pequeño ahorro.
- Los voceros de la industria petrolera a viva voz reclaman aumentar en un tercio los combustibles.
—Por eso, depende de muchas cuestiones, no sólo es importante por el valor del bio frente al valor del combustible que reemplaza. Más allá de esa cuestión, lo que tenemos que ver los usuarios es que desde hace más de 100 años los argentinos estamos subsidiando la industria petrolera, en sus diversas variantes. Hay casos en los que está muy bien, por ejemplo, Vaca Muerta porque necesitamos ese gas. Pero no veo por qué subsidiar un tipo de energía (la petrolera) y no subsidiar a otras. Hoy el biodiésel está bien con sus precios, pero lo lógico es que el Estado busque apoyar las energías verdes, con subsidios si hiciera falta, o con políticas más activas.