El anuncio del gobierno nacional de incrementar las restricciones en el régimen y la modalidad de visitas carcelarias a los internos de alto perfil no tomó de sorpresa a las autoridades santafesinas.
Es el mismo sistema que ahora aplica la Nación para presos federales de alto perfil. Incluye el uso del blindex en las visitas. Y en la provincia, también el uniforme naranja.
El anuncio del gobierno nacional de incrementar las restricciones en el régimen y la modalidad de visitas carcelarias a los internos de alto perfil no tomó de sorpresa a las autoridades santafesinas.
Según indicó a El Litoral la titular del Servicio Penitenciario, Lucía Masneri, eso es exactamente lo que está pasando en la provincia desde el 11 de diciembre de 2023, esto es, desde que se inició la actual gestión de gobierno.
"Las medidas federales, así como en el caso del sistema de alto riesgo, vinieron a replicar nuestra resolución de diciembre del '23. Para Santa Fe no es en ninguna instancia novedoso", consignó la funcionaria. E incluso precisó que, desde esa fecha, "todos los internos nivel uno reciben sus visitas a través de un blindex".
De hecho, una de las primeras medidas de Maximiliano Pullaro al asumir como gobernador fue rehabilitar los pabellones de alto perfil construidos durante el gobierno del socialista Miguel Lifschitz, cuando él mismo estaba al frente del Ministerio de Seguridad, con el fin de albergar a los delincuentes más peligrosos.
Sin embargo, durante la gestión de Perotti esos presos fueron trasladados a salas comunes.
"Los jefes narcos y sicarios van a volver a pabellones de alto perfil y eso nos va a permitir tener un mayor control de estos reclusos".
"El objetivo es que desde los penales no se cometan delitos; esto significa que si ese preso cometió un delito grave desde la cárcel, van a hablar con sus familiares y abogados a través de un blindex y van a estar monitoreados las 24 horas", explicó Pullaro en aquel momento.
La batería de medidas que acompañó esa decisión desató la inmediata respuesta de las bandas mafiosas, que cuando la gestión Pullaro aún no había cumplido una semana balearon un banco, una escuela y el Hospital de Emergencias de Rosario, donde dejaron mensajes amenazantes contra el gobernador y su familia.
La tensión llegó a su punto máximo en marzo, luego de la difusión de fotografías de requisas en cárceles "estilo Bukele", el asesinato de un playero en Rosario y nuevas amenazas de muerte contra el gobernador y su ministro de Seguridad, Pablo Cococcioni, entre otras acciones intimidatorias.
Los controles y restricciones en las cárceles continuaron y se incrementaron, al amparo de las leyes de emergencia en seguridad penitenciaria votadas por la Legislatura santafesina. Así es como, desde septiembre de 2024, los presos de máxima peligrosidad también están sujetos a condiciones de mayor visibilidad, obligados a utilizar uniformes de color naranja.
La propia Masneri lo explicó en aquel momento: "Consideramos que esto es un antes y un después en la seguridad carcelaria de Santa Fe. Esto viene no sólo a acomodar lo que desde un primer momento decíamos que estaba muy desprolijo, sino además a definir un criterio de seguridad, definitivo y por encima de otros criterios o estándares".
En ese sentido, la funcionaria agradeció "al Poder Legislativo, porque es una tranquilidad saber que estamos haciendo esto en el marco de nuestra nueva Ley de Ejecución N°14.243, que comenzó a regir en enero de este año, y que en su Artículo 24 nos permite categorizar a los internos, y progresivamente ir colocando uniformes".
A través de una resolución publicada el 5 de febrero en el Boletín Oficial, la cartera que conduce Patricia Bullrich implementó "modificaciones para neutralizar las mafias intra carcelarias y controlar las visitas autorizadas" a los internos incorporados en el "Sistema Integral de Gestión para presos de Alto Riesgo en el Servicio Penitenciario Federal".
Según se informó entonces, la restricción del contacto físico incluía medidas como la instalación de mamparas en las salas de visitas, la reducción del número de encuentros presenciales y la intensificación de las requisas tanto a internos como a visitantes.
"Buscamos cortar los canales de comunicación que permiten a estos delincuentes seguir operando desde la cárcel", señalaron desde el Servicio Penitenciario Federal.
Consultada en esta oportunidad por El Litoral, Masneri consignó que, a la fecha, hay 600 presos de alto perfil en las cárceles santafesinas, 70 de ellos de nivel 1; esto es, de máxima peligrosidad. Y precisó que "nosotros permitimos visitas semanales de media hora, Nación las implementó quincenales de 60 minutos; numéricamente es lo mismo.
Con lo cual se aplican medidas similares a las de Santa Fe, que Nación toma como ejemplo de lo que estamos haciendo acá hace mucho".