Por qué el Senado nacional ya no sesiona: un lesivo juego de intereses y extorsiones
La negativa de la oposición a acudir al recinto y el factor electoral. Convocatorias escasas y direccionadas. La pulseada con legisladores díscolos, con premios y castigos, y la agenda judicial de la vicepresidenta. La falta de voluntad para consensuar un temario mínimo.
Por qué el Senado nacional ya no sesiona: un lesivo juego de intereses y extorsiones
"Necesitamos que la oposición se siente a las bancas. Ayer una vez más, la oposición se ausentó en el Senado para aprobar leyes importantes. La oposición está paralizando el Congreso desde principios de año. Volvemos a pedirles que, con su carácter democrático y republicano, vayan al Congreso, el lugar donde tienen que estar y vayan a trabajar, a votar a favor o en contra de las leyes que necesita la ciudadanía".
La frase de la vocera presidencial, Gabriela Cerruti, contiene en su enunciado una pauta de conducta parlamentaria esencial al desenvolvimiento institucional, a la vez que sintoniza con los dictados del sentido común, y con el pensamiento de buena parte de la sociedad. En el que confluyen tanto los críticos acérrimos y automáticos de la oposición, los militantes de la anti-política, los ciudadanos "no alineados" atentos a las obligaciones del sector político, e incluso simpatizantes de Juntos por el Cambio, a los que incomoda la paralización del Congreso como efecto de la medida de restar quórum a la sesión. Pero ese enunciado, de inexpugnable razonabilidad, encubre o soslaya un verdadero juego de extorsiones cruzadas, en los que se define mucho más que el temario del frustrado orden del día, y atañe a los propios pilares del sistema.
Sin sesión
Este miércoles, la sesión del Senado, en la que estaba previsto debatir los ascensos de 75 jueces, fiscales y defensorías y una decena de proyectos de ley vinculados a temas sanitarios y de educación, se frustró debido a la falta de acuerdo entre los bloques políticos para dar el quórum requerido. Según la oposición, la sesión (que hubiese sido la segunda en todo el año para tratar proyectos) se cifraba exclusivamente en el interés de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner de, por un lado, prorrogar por cinco años el mandato de la camarista de Casación Penal Ana María Figueroa. Y, por el otro, de procurarse la aprobación de nuevos jueces pretendidamente afines.
Los miembros del interbloque del oficialismo que preside José Mayans bajaron al recinto de sesiones, pero no consiguieron el número de 37 senadores presentes para abrir la sesión, y el interbloque de Juntos por el Cambio (JxC) decidió no presentarse a debatir.
El senador justicialista santafesino Marcelo Lewandowski no tardó en pasar la factura a sus pares Carolina Losada y Dionisio Scarpin (los tres, candidatos en las PASO del próximo domingo): "Lo que más pide Santa Fe es combatir el delito y el narcotráfico. Pero cuando tenemos la posibilidad de contribuir desde el lugar que institucionalmente nos toca, los senadores de Juntos por el Cambio de la Provincia de Santa Fe no vienen a trabajar y obligan a la Provincia a seguir esperando", disparó. En conferencia de prensa, Juntos por el Cambio ratificó que no dará quórum mientras se quieran "imponer" pliegos judiciales (pese a estar de acuerdo con algunas designaciones), no solo por los que se iban a discutir en este caso, sino por otros muchos que esperan turno a continuación, y que el kirchnerismo tiene interés en aprobar antes del recambio de autoridades.
Sin quórum
De hecho, la oposición ya había anticipado la decisión de no prestar quórum, y solo asistir a la sesión en caso de que el oficialismo lo obtuviera por sí mismo, para votar en contra de esos nombramientos y de que se permita seguir en su cargo a la camarista Figueroa. Por eso, el FdT esperaba contar con los votos de senadores del bloque disidente Unidad Federal, como Guillermo Snopek (Jujuy) y Edgardo Kueider (Entre Ríos). Pero éstos no se presentaron, así como tampoco el habitual aliado, el gobernador electo de Río Negro, Alberto Weretilnek.
La razón por la cual el entrerriano Kueider habría decidido no colaborar con el Frente de Todos tuvo que ver con el hecho de que el oficialismo no dictaminó un proyecto suyo para reducir el costo de la tarifa eléctrica en las "zonas cálidas" de las provincias del norte entre los meses de diciembre y marzo.
Este miércoles se cayó la sesión del senado por falta de quórum. Crédito: Télam
La baja de Snopek se debió a que el jujeño habría exigido (sin respuesta positiva) que a cambio de su apoyo se interviniera al PJ en Jujuy y que, además, se bajara la lista de precandidatos a diputados nacionales que presentó La Cámpora en su provincia para no tener competencia en las PASO.
Snopek dio otra versión, y sostuvo que el oficialismo "incumplió con constituir la Comisión de Asuntos Constitucionales", donde él iba a ser ratificado como presidente e iba a plantear su proyecto que propone la intervención del Poder Judicial de Jujuy.
En cualquier caso, en la misma jornada de la fallida sesión, la Junta Electoral de Unión por la Patria decidió desacoplar de la boleta presidencial de Sergio Massa y Agustín Rossi a la lista que lideran en Jujuy Carolina Moisés y el propio Snopek. Y lo atribuyeron al hecho de que Moisés presentó una impugnación "inentendible" contra sus competidores internos Leila Chaher y Alejandro Snopek, y al fallo judicial que le dio la razón, "donde el Juez Esteban Hansen, maliciosamente, se entromete y pretende decidir con qué fórmula presidencial debemos competir en las PASO".
Sin acuerdo
En cuanto a la camarista Ana María Figueroa, la idea del oficialismo era que el Senado le otorgase el acuerdo para prorrogar su mandato mas allá del 9 de agosto, cuando cumplirá 75 años, edad tope para ejercer la magistratura. Figueroa compone el Tribunal que podría reabrir el caso Hotesur y los Sauces contra Cristina Kirchner. En esa causa por lavado de dinero, la vicepresidenta y sus hijos Máximo y Florencia Kirchner fueron sobreseídos sin que se realizara un juicio oral. Esa decisión es ahora revisada por la Sala I de la Cámara de Casación, integrada por Figueroa y sus colegas Diego Barroetaveña y Daniel Petrone.
El fallo viene demorado desde fin del año pasado. Restaba el voto de Figueroa, que lo emitió el miércoles 28 de junio pasado, pero cuyo contenido se conocerá luego de la feria judicial. Esa misma semana, el viernes 30 de junio, el Senado empezó a activarse para realizar una sesión que le permita tratar el pliego de Figueroa para darle un nuevo acuerdo.
No es difícil, en esta enumeración y sucesión de conexiones, detectar un sistema de premios, castigos y presiones. De la oposición, que se vale de la herramienta constitucional de restar quórum o de condicionar su asistencia, para modificar el temario. Del oficialismo, que sólo acepta tratar temas de interés general (como los jueces para Santa Fe) si van dentro de un "paquete" con motivaciones más particulares. De determinados senadores, que atan su conducta a la concesión de determinadas peticiones, de distinta naturaleza. Y del Senado en su conjunto, incapaz de sesionar de manera regular, acudiendo para ello al mecanismo habitual de acordar en reuniones de comisión parlamentaria un temario al menos mínimo, factible y alineado con las necesidades de la población. Y no solamente librado al juego de intereses y extorsiones cruzadas, que subvierten el marco de negociación propio de estos espacios de la democracia, llevan innecesaria e inexcusablemente a la parálisis. Y no dejan de alimentar el descrédito de la política que alienta la prédica anti-sistema.