La organización del tercer debate obligatorio de la República Argentina propuso que los equipos técnicos y políticos que acompañan a cada uno de los candidatos presidenciales se sentaran entremezclados y de forma mixta en el privilegiado recinto donde se verán las caras Javier Milei, Patricia Bullrich, Sergio Massa, Juan Schiaretti y Myriam Bregman. Sin embargo, habrá cambios.
Mirá tambiénPor qué la Cámara Electoral organiza el debate presidencial en Argentina"Quiero tener un punto hacia donde mirar con seguridad o dónde apoyarme cuando busque comodidad con la mirada" argumentó uno de los participantes, para exigir lo mismo que el resto: que se sectorice a cada grupo de forma separada. De esta manera, además de los invitados especiales, cada equipo del peronismo, pro, liberalismo e izquierda tendrá su propio lugar donde se sentarán todos sus integrantes juntos y no dispersos. En la realidad, se suma también el interés de los acompañantes de acceder a una distribución ecuánime en la sala, que les permita ir comentando y analizando continuamente lo que pasa en el escenario para poder efectivizar el balance que hagan con los candidatos en cada corte.
Mirá tambiénDebate presidencial: cómo verlo y qué candidatos participanPor otro lado, un elemento que llamó la atención de la mayoría de los debatientes es "el botón del derecho a réplica". Éste se encuentra disimulado en todos los atriles y cada candidato podrá apretarlo cada vez que se sienta aludido por el discurso del contrincante electoral que esté en uso de la palabra. Ante eso, digitalmente, se los registrará en orden de toque para responder a la cuestión que pretendan aclarar o salvar. Si varios participantes aprietan el botón para reaccionar a un mismo discurso, y para chequear que el orden que los conductores den para replicar corresponda con el orden real, un delegado de cada político integrará una mesa con la organización y una computadora donde aparecerá en tiempo real el nombre y orden de cada uno que presione el novedoso mecanismo. Así, en esa secuencia, tendrán tiempo asignado para decir lo que crean necesario rebatir.
Mirá tambiénNuevo debate presidencial: la todavía nueva y sana costumbre de discutir cara a cara Finalmente, se reforzó la idea de que habrá dos cortes publicitarios durante la contienda. El primero durará 12 minutos y el último 8, para volver al recinto y hacer un cierre individual para finalizar el debate. Esos momentos están lejos de ser tiempos muertos, ya que cada postulante a la Casa Rosada tendrá tiempo para ir a una especie de búnker personal, sin micrófonos, con cinco personas de confianza y analizar los aspectos y recursos que crean necesarios corregir, aplicar o quitar de cara a los siguientes cruces durante una noche que promete alta tensión política. En esos mismos espacios cerrados, cada figura de la noche tiene un amplio e iluminado espejo para poder maquillarse y practicar. Algunos adelantaron a El Litoral que llegarán a ese lugar a las 17 para prepararse, ensayar sus estrategias y esperar en máxima concentración la llegada de las 21... cuando no quedará más que enfrentar a las cámaras y a los otros que buscan la presidencia de la Nación.
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